Tuesday, April 22, 2008

Un año sin Kurt

La muerte de un escritor suele sepultar a los lectores en muchos sentidos. Porque, como sabemos, leer no es solo leer sino ser visto leyendo y para eso (para mantener el status) tienes que saber elegir cuándo y cómo leer a ciertos escritores. Por eso, la muerte de un escritor da pie para que te acuerdes de él, o lo comiences a conocer o, simplemente, para leerlo en secreto y quejarte de aquellos que empiezan a conocerlo.

CRISTÓBAL CARRASCO WWW.PANIKO.CL

Lo de Kurt Vonnegut es, en este caso, excepcional. A pesar de la difusión de su muerte y de la seguidilla de pequeños y honestos homenajes, no siguió, al menos en la industria editorial iberoamericana, una explosión de reediciones y traducciones, tal como sucedió con Norman Mailer. En muchos sentidos, esto era esperable: Kurt Vonnegut nunca fue demasiado seguido en habla hispana y, de todas maneras, las traducciones nunca fueron tan exitosas como para volverlas famosas ahora muerto. Por eso, lo único que recibimos en el post mortem fue la traducción de A man without a country y los créditos en Sicko, de Michael Moore.

Pero tenemos pena. Y la pena surge porque o lo conocimos muy tarde, o porque estamos muy lejos, o porque no hemos aprendido demasiado de él, o simplemente porque cada vez que releemos Matadero Cinco, y nos topamos con ese pedazo de novela en 150 páginas, nos damos cuenta que aunque hubiésemos querido, aunque hubiésemos sido prudentes y juiciosos a la hora de leerlo, nunca habríamos sido tan buenos como él.

Eso es Kurt Vonnegut: pura bondad.

Entonces, ¿por qué hablamos de él? Si nadie se acuerda y a nadie le importa y nadie va a hacer nada. Supongo que lo hago ahora– a un año de su muerte– porque espero que algún día, de forma inesperada y caprichosa, la obra de Vonnegut sea adjuntada a las mallas curriculares de nuestra nación de la misma forma que lo ha sido The cather in the rye, porque esa es la época justa en que todos deberían leerlo, y que cuando nos acostemos y nos riamos de todo lo que leímos de él, no sintamos vergüenza de haberlo leído en el momento equivocado.

Entonces diremos que Kurt Vonnegut no habrá pasado guerras y tormentos porque sí. Diremos que lo hizo para que lo leyéramos en tercero medio y nos hagamos personas decentes por él

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