Monday, April 21, 2008

Qué bueno que no tengamos cine (Mi egoísmo neoliberal)

Lo dijo Alberto Fuguet. Ahora la cartelera está donde uno quiere que esté. En tiempos de Dvds, pantallas planas, respaldo de películas de la red, definición perfecta y sonido impecable acostado en mi cama, los cines ya no son necesarios.
O sea, lo son, pero da la impresión que ahora es sólo una parte del menú en las múltiples opciones cinematográficas, cuando antes era la única o por lo menos la principal.
Los cinéfilos ortodoxos me odiarán, pero me da lo mismo.
En tiempos de Home Theater, no es necesario salir de la home para ir al theater. En vez de escuchar horribles ringtones de teléfonos celulares, gente comiendo palomitas, imbéciles llegando atrasados, es mejor el dulce hogar y disfrutar del cine cómo uno quiera y cuántas veces quiera. En tiempos donde las series de televisión están superando al cine y en ella estamos viendo la mejor literatura.
¡Qué buena serie es "Dexter" por la chucha! y "Battlestar Galactica" supera pero con creces a todas las películas de ciencia ficción de los últimos 5 años y tal vez más.
El tema de la falta de cine en Copiapó ya es una discusión cliché. Escucho reclamar a gente que uno huele a leguas que no le interesa ni saben de cine. Claro, hay que reclamar y no callarse ante la situación que en una capital regional no exista cine, pero no sé, estoy llegando a un punto en que encuentro bueno que no tengamos cine. El cine, aunque tuviéramos un sala con sonido estereofónico y los últimos estrenos, nunca ha sido tema de conversación.
Para un cinéfilo asqueroso como es mi caso, tener un cine ayuda harto, pero no es fundamental disfrutar de las películas que a uno le gusta teniendo uno. Ahora que la señora “Tecnología”, (que siempre he mirado con desconfianza en todo caso) llegó al cine, todo cambió para siempre y nos hicieron un favor a los verdaderos fanáticos. “Si una ciudad no tiene cine,y nadie hace nada, se lo merecen”, me dijo una pragmática y siempre orgullosamente neoliberal amiga serenense. Sí, tal vez tiene razón, y las películas llegan a la gente que de verdad las busca. Yo, personalmente, estoy cada vez más entusiasmado con el cine personal que tengo en mi casa.
Copiapó no tiene cine y me importa un carajo. Grítenme egoísta, llámenme amargado,díganme lo que quieran... me importa un carajo.

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