Monday, April 07, 2008

THE PELICULASTA (EL WES ANDERSON) POR HERMES

Ya. Ahora sí que me las mandé (seco). Después de ver Viaje a Darjeeling quedé tan impresionado con el peliculasta que agarré la tarjeta del videoclub y la plata que hay en el jarrón de mi vieja (para emergencias) y partí a arrendar todas las películas que el compadre había hecho antes. Casi me morí de la sobredosis de onda, pero sobreviví (apenas) y aquí está mi Súper Reportaje Maestro. The Peliculastas: Hoy, el compadre que hizo Viaje a Darjeeling.



Wes Felipe Anderson Loyola nació no sé dónde hace caleta de tiempo. Dicen las malas lenguas que no tenía amigos, vivía al lado de un persa, la mamá tenía una disquería alternativa, y el papá nunca le abrochaba las zapatillas, ni lo llevaba a jugar a la pelota, ni le decía que los dibujos le quedaban bonitos, etc. Típico viejo que no pesca al hijo ni en bajada.

Cuando creció le dio con hacer películas, y dejó la crema porque hizo cosas que nadie había hecho antes, como poner personajes friquis disfrazados con ropa colorinche y con música ondera, que hablan como enfermitos y así y todo terminan las películas y uno feliz, como si hubiera estado con un amigo buena onda todo el rato.

Es tan la zorra el compadre que en cuanto empezó a hacer películas, todos los que hicieron películas después de él le copiaron, y querían ser como él, fenómeno que en el mundo de la medicina fliméfila se conoce como la Tarantinitis Virulenta.



La dura. Si no fuera por este compadre el Napoleón Dinamita sería un nerd cualquiera que seguro hablaría como la gente, y nica votaría por Pedro. El Scrubs de Garden State no andaría con tanta cara de pasmado detrás de la Natalie Portman ni caminaría en cámara lenta jurándose la crema de la Rayita.

Yo cacho que los Little Miss Sunshine andarían en un auto más piola y la familia sería más normalita, y para qué estamos con cosas (me va a llegar) Junohabría tenido un pololo que se vestiría como la gente, y nada de teléfonos choris, y ninguno de esos cortes cuáticos/ animaciones/ letras arriba de la película, etc.

En fin. La lleva el compadre. Y como quise hacerla pro, aquí está mi lista de las cosas que más repite este compadre en sus flims, para que vayan preparando el ojo y después no salgan reclamando porque no había explosiones, o porque la película no se trataba de nada.



PUROS FRIQUIS

En la primera película que hizo (The Bottle Rocket) los personajes son tres compadres que se meten a ladrones porque sí nomás. Uno es uno medio loco que estaba en el manicomio, y el otro es uno ocioso que se jura seco pero hace puras tonteras.

Después Rushmore se trataba de un compadre que había repetido primero medio como cincuenta veces, pero se juraba el más seco de todos, y se metía a todas los cursos extra programáticos (que dan lo mismo) que podía, pero en los ramos realmente importantes que uno más ocupa en la vida después (química, geometría, historia, etc) al compadre le iba pésimo.

Lo dejan condicional, se enamora de una profe y aparece el típico abuelito chistoso ese de Perdidos en Tokio, que después que lo ocupó este compadre se transformó en viejo con onda de una.



Después se mandó Los Excéntricos Tennembaums (Hermes Award año no sé cuanto) y después de esta podría instalarse con un Zoológico de friquis si quiere, porque ni te cuento. Se trata de la media familia, y TODOS tienen alguna profesión cuática, son millonarios, andan con la cara seria todo el día y tienen los medios disfraces.

La polola del Coldplay por ejemplo anda con los medios abrigos de piel, y se pinta los ojos como mapache, y habla toda ronca. El rubio ese que tiene la media piporra (Starsky o Hutch) es un vaquero ridículo famoso, etc.

Ahora la que se pasó para ser friqui es la de La Vida Cuática. Aquí el mismo viejo con onda de la otra es un viejo que anda por el mar haciendo películas chantas y que es como una especie de Jack Custó, pero como dice el título, más cuático. (Jack Custó es un viejujo que hacía programas de animales, como el abuelo del Profesor Rossa, el bisabuelo del cazador de cocodrilos, y el tatarabuelo de Lindorfo, pero en el mar).



Es igual a Jack Custó ahora que lo pienso, porque tiene el mismo gorrito, dice las mismas cosas, incluso el barco se llama Belafonte y eso es homenaje porque el barco de Jack Custó se llamaba Calipso, pero Belafonte era un cantante famoso por cantar ¿qué música? Obvio, calipso. (¿Cómo te quedó la pepa con ese dato? ¿Ah? Eso es para que vayan tasando el ojito que me gasto, no me vengas con cuestiones después).

En fin, puros locos con ropa colorinche. Lo que nos lleva al siguiente punto.



SÍNDROME ARTEL

Como vivía al lado de la feria artesanal y del persa, este compadre le pone tanto color a las cosas que se ven en la escena, que dan ganas de ponerle un marco a la pantalla, y colgar la película en el living y después pegarse las medias quebradas.

Cuando vean alguna película de él fíjense que hasta la taza que está botada al fondo en el lavaplatos parece que la hubiera buscado con pinzas, y ahí uno se achaca porque en la casa tiene puras tazas del Líder. El papel de las paredes ni te cuento, y los colores llegan a zangolotear la pupila. Hasta mi tía la profe de Historia vio sus películas y dijo que se había emocionado con los colores, y la pobre es daltónica y tiene los ojos chuecos, así que imagínense.

En estas películas todo es estiloso, bonito, del año del ñauca y cuático. Todo eso al mismo tiempo. Por ejemplo en La Vida Cuática todos los pescaditos son de plasticina y hechos con animación de dinosaurio de película antigua. Y en Los Excéntricos Tennembaums el compadre se mete a una carpa amarilla con una lámpara de mapamundi a escuchar discos de vinilo (unas cuestiones redondas plásticas antiguas con música, que también se derriten y se hacen maceteros). O sea.



Y además de eso el compadre le pone pino para filmar las cuestiones y siempre pone la cámara donde mejor se ve todo, y aplica cámara lenta para que a uno no se le pase ningún detalle y alcance a decir “ándate cabrito” tranquilo, y sin estresarse. También hace cosas raras como mover la cámara para todos lados, o hacer zooms a pito de nada, o poner letras arriba de las cosas, o hacer flashpacks de pronto. ¿Y quién va a reclamar? Nadie, porque la hace preciso.

Da lo mismo de qué se trata la película, uno la puede ver hasta sin volumen y se entretiene mirando como loco y todos felices. Pero si uno le baja el volumen, se perdería el siguiente punto de la lista.

LA MÚSICA A TODA ZORRA INDIE ALTERNATIVA ADULTO JOVEN FOLK ANDA A ENCONTRAR EL DISCO, Y EN EL MOMENTO PRECISO:

Eso mismo.




EN RESUMEN (LOS TRES PUNTOS ANTERIORES): LA ONDA.

Porque claro, con todas esas tres cosas mezcladas, ¿cómo no va a tener onda? Si sus películas fueran persona, seguro andarían en Lastarria comprando teteritas en las antigüedades con los franceses y tomándose un frappuccilatte, o no sé como es la cuestión. Si fuera computador sería un iMac de lana con un hoyito para el incienso. O sea, pura onda.

Para que cachen la onda que tiene, en La Vida Cuática el compadre pone a un negrito que es marino, con gorro de lana rojo, y el mar de fondo, a cantar en guitarrita canciones del David Bowie, pero en portugués. O sea que si el negro estuviera comiendo humus y fumando pipa sería la escena con más onda de la historia del cine, pero sería ilegal porque induciría un coma ondero. Buena onda.




LAS TALLAS CUÁTICAS A PITO DE NADA

Yo sé que a estas alturas están pensando que por nada del mundo hay que ver películas de este compadre. Ahora que leo todo lo que puse igual me está cayendo mal por florerito el gil, pero lo que más me gusta a mí es que los flims son para matarse de la risa.

En serio. Y lo mejor de todo es que son tallas realmente buenas y a pito de nada cuando uno menos se las espera. Son tan cuáticas las tallas además que si describo alguna para que cachen no va a sonar ni gracioso. Igual lo voy a intentar. Son ENE (N) cosas chistosas por película, pero aquí están algunas de mis favoritas.

En The Bottle Rocket por ejemplo, los que quieren ser ladrones planean un asalto a una biblioteca. Y cuando llegan allá se enojan porque los bibliotecarios no les tienen ni miedo. Y cuando piden que les pasen una bolsa para guardar la plata, el bibliotecario les pasa bolsitas chiquititas como las que dan en la farmacia cuando uno compra vitamina C y los giles meten la plata ahí.



En Los Excéntricos Tennembaums está el Pagoda, que es un viejujo todo Apu que es como el esclavo de la familia, y que anda siempre serio y no dice nada. Yo no sé de dónde sacaron al viejujo, pero basta que aparezca de fondo en una escena para que uno se empiece a reír. Y la última talla que les voy a contar es la de La Vida Cuática.

En una parte está el Jack Custó sentado conversando con la viejuja, y de pronto cacha que tiene una lagartija amarilla toda bonita en la mano, y el viejo pone cara de asco y le pega un coleto. (Me acuerdo y me da risa). En todo caso es más realista, porque de más que el Profesor Rossa agarra a su perro a patadas cuando se manda alguna embarradita. En fin, que uno lo pasa chancho. Hasta que aparecen:




LOS DRAMAS CUÁTICOS A PITO DE NADA

¿Qué onda Wes Anderson? Uno lo está pasando chancho viendo la película y de pronto zás, se muere un personaje súper importante. O pasa algo heavy como el minoco que se corta las venas en los Tennembaums. O como el [no pienso poner spoilers de ninguna película para que después no anden reclamando].

O sea que uno no puede disfrutar en paz porque cualquier cosa puede pasar y vamos filosofando. A veces uno se confunde porque juraba que estaba viendo algo entero light y no se esperaba la mansa embarradita, y eso es top ahora que lo pienso porque eso es justo lo que pasa en la vida real. Por ejemplo cuando fuimos con mi viejo a la playa, íbamos todos felices cantando de lo mejor y comiendo pan con huevo, y de repente se murió mi hermana chica.

No, mentira, eso no pasó, dónde la viste. Pero lo mismo que sintieron leyendo eso, pasa con las películas de este socio. Y claro, cuando algo heavy pasa en la vida real uno también se siente así. Así que bien, encuentro yo. ¿Y por qué tiene que hacer esas cosas este peliculasta? Yo cacho que porque:



EL PAPÁ NO LE ABROCHABA LAS ZAPATILLAS

Claro, pobrecito. Se nota que en la casa del compadre eran todos densos y pasaban agarrados de las mechas, porque te encargo las medias peleas.

Todas sus películas tienen mínimo tres familiares agarrándose del moño por alguna cuestión. Siempre los papás no están ni ahí con los cabros chicos, o las mamás no les hablan a los papás o los hermanos andan con sangre en el ojo con el otro.

Pero como uno siempre igual perdona al viejo y a la vieja, aunque se hayan ido en la volada con el castigo, no hayan dado permiso o no se rajaran con el último juego que uno quería, este compadre igual termina en buena.

Todos terminan abrazándose y perdonándose las embarraditas, aunque sea un poquito. Los personajes pelmazos cambian un poco, los buena onda quedan más contentos, etc. Y uno feliz, obvio, si a quién no le gusta que le hagan cariñito en el alma. Y más todavía si la pantalla es gigante y los parlantes se escuchan la zorra.



VIAJE A DARJEELING

Se estrenó hoy día y me tinca que la voy a ir a ver de nuevo.

Como al peliculasta no le quedaban cosas lindas y onderas que filmar en su propio país (las gastó todas) se tuvo que ir a la India. Y esta película (era que no) se trata de tres hermanos que andan peleados y que el papá no les abrochaba las zapatillas.

Uno de ellos quiere ponerse en la buena, pero los otros dos andan apestados, viajan en tren, viven mil cuestiones chistosas/dramáticas, etc. Todo lo que dije antes pero ahora en la India.



Actúa el mismo cara de lápiz de El Pianista, el rubio de la media piporra que sale en todas las películas de este compadre (Starsky o Hutch) y el mismo tacuaco que salía en Rushmore, pero ahora más viejo y más galán.

Yo me maté de la risa con la película, para qué voy a decir que no. Tiene los mismos chistes cuáticos a pito de nada que dije antes y los personajes friqui haciendo tonteras. Y también tiene las partes donde me quedé piolita por los dramas a pito de nada, además de las escenas que me dejaron filosofando y diciendo cosas profundas.



Cando terminó me dieron ganas de que fuera Navidad para poder regalarles cosas a mis hermanos y a mis viejos sin que me miraran raro, o pensaran que me habían echado del colegio y les estaba haciendo la pata por anticipado.

Así que ya saben. Cuando quieran pasarlo pork viendo y escuchando cosas bonitas y que más encima se les pase la rabia con la familia, vean películas de este loco. Y la del Darjeeling les sirve de más, así que partieron.

Cuatrocientos millones setecientos cincuenta mil siete estrellas.

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