Tuesday, January 29, 2008

¿SUEÑAN LAS OVEJAS CON HUMANOS ELECTRICOS?



Ya está en la calle la nueba edición de revista CERO UNO, con un completop ensayo acerca de ese totem llamado Blade Runner, a acargo de este humilde reportero. La ilustración de entrada es del gran Marcelo Perez y estuvo a punto de ser portada, hasta que el área comercial dijo lo contrario. Por Francisco Ortega

BLADE RUNNER, 25 AÑOS DE VISIONES PELIGROSAS

La anécdota es real. Ridley Scott, director de Blade Runner la contó durante el estreno de la llamada “edición definitiva” de la película, en el marco de la última versión del festival de Cannes. Según el realizador, en una ocasión estaba comiendo en un restaurante de Nueva York, cuando se le acercó un individuo y le dijo que por su culpa había perdido el trabajo de su vida. El tipo era ingeniero de sistemas y estaba postulando a un importante puesto dentro de Microsoft. Tan clave, que la entrevista final era con el propio Bill Gates. El ingeniero había pasado todas las pruebas y sólo faltaba la conversación final con el jefe. Supuestamente Gates apareció y le hizo una sola pregunta: “¿Has visto Blade Runner”. Con timidez, el ingeniero respondió negativamente, resultado: no fue integrado a las filas de la multinacional de Seattle. “Y desde entonces odia la película y todo lo que tenga que ver conmigo”, concluyó Scott entre las risas de los presentes.
Tras el anecdótico paréntesis, el director (responsable también de Alien, Gladiador y Thelma & Louise) reflexionó acerca del inusual alcance de su filme, más allá de los límites de una obra estrictamente cinematográfica. Confesó que la razón que lo impulsó a realizar un “cuarto” corte (ver glosario) exclusivo para DVD, se la dio –además del desencuentro con el ingeniero rechazado por Microsoft– el ejercicio de teclear Blade Runner en la barra de búsqueda de Google. Cualquiera que lo haga encontrará más de 6 millones de sitios con referencia a la cinta, más del doble que La Guerra de las Galaxias y casi tres veces El Señor de los Anillos. Gracias a la red, Ridley Scott descubrió que su obra se había convertido en la película más “googleada” en la historia del buscador y que el demorado DVD encabezaba la lista de consultas en sitios como Amazon, Metacritic e IGN.
Y hay más anécdotas para la bitácora. Hace tres años la revista Wired publicó una entrevista a Steve Jobs, en la que el amo y señor de Apple Computers declaraba que para trabajar en su empresa no se pedía currículo, sólo haber leído a William Gibson (Neuromante), Neil Stephenson (Snow Crash), tener alguna consola de videojuegos en casa y haber visto más de una vez Blade Runner. ¿Extra de postre?, cuando el director Christopher Nolan (Memento) se embarcó en la tarea de resucitar a Batman en Batman Inicia reunió a su equipo y los obligó a ver y ver Blade Runner bajo la idea de empaparlos en la lúgubre y húmeda estética del filme de 1982, “así quiero que se vea Gotham City”, les dijo. Y es cosa de revisar la cinta del vigilante encapotado para notar que los planos de calles atiborradas de gentes y ciclistas de distintas nacionalidades son prácticamente un calco de la de la visionaria epopeya protagonizada por Harrison Ford. Algo similar sucedió con los hermanos Washowski, quienes se embarcaron en Matrix con la idea de filmar “la Blade Runner del nuevo siglo”. Larry Washowski, uno de los integrantes de la dupla, declararía, “obviamente no lo logramos, pero el intento estuvo”. Y no hay que ser muy lúcido para ver que así fue. La fotografía de la archiconocida saga de Neo y Trinity “samplea” la paleta de colores de Blade Runner; el futuro dominado por las máquinas –y donde la raza humana es una colmena de mestizaje– es una cita hiperventilada a la profecía fílmica del 2019 según Ridley Scott; además las naves hovercraft de la resistencia humana, respetan el diseño de los “spinner” voladores de la policía de Los Angeles en Blade Runner.
¿Pero qué tiene esta película, que ni siquiera está entre las 200 más taquilleras de la historia del cine, como para influir de tal manera? ¿Por qué esta obra de ficción, basada en un relato de Philip K. Dick, ha resultado tan importante; tanto para el cine como para el negocio de la alta tecnología? ¿Cómo es que una revista, cuyo tema es el consumo electrónico, dedica su portada a un filme de hace 25 años? El escritor, cinéfilo y cineasta Alberto Fuguet (Mala Onda, Se Arrienda) nos ayuda con algunas respuestas.
“A veces, pocas veces, el apellido de un creador –un pintor, un escritor, un cineasta– se transforma en adjetivo. Ridley Scott pudo ser un autor o nos engañó. El asunto es que Blade Runner supera a su creador director y es la suma de todos los talentos ligados (de Philip K Dick a Vangelis). Pero no sólo eso, ya que acá el nombre supera a la película. No sé si la cinta es tan, tan buena. Me quedo con la primera versión, con la voz en off, pero a lo que quiero llegar: he escuchado a mucha gente usar Blade Runner como actitud, como sinónimo. Decir “esto es muy Blade Runner” como una suerte de taquigrafía. ¿Qué es tan Blade Runner? Generalmente una ciudad que se rebalsó, algo donde tercer mundo se une con el primero más algo del cuarto. Es lo high tech y lo low, lo digital y análogo, es el roce de megaricos con los megapobres, la fusión de razas y lenguas. Los Angeles, por cierto, terminó siendo muy Blade Runner porque Scott y su gente captaron lo que ya estaba pasando ahí. Tijuana y el DF y quizás Miami y Houston y NY y Tokio y los suburbios de París y hasta Santiago y Lima y Nairobi. Todo muy Blade Runner, justo donde el futuro se tropieza sobre el pasado art–decó y vomita sobre el presente. El presente: demasiada información, demasiada gente, demasiada mezcla, demasiada contradicción. Todo es muy Blade Runner”.

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