Wednesday, January 16, 2008

Lucio Anneo Séneca
2 AC-65. Filósofo latino.

La mayor rémora de la vida es la espera del mañana y la pérdida del día de hoy.

No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas.

El que no quiera vivir sino entre justos, viva en el desierto.

El colmo de la infelicidad es temer algo, cuando ya nada se espera.

Un hombre sin pasiones está tan cerca de la estupidez que sólo le falta abrir la boca para caer en ella.

La amistad siempre es provechosa; el amor a veces hiere.

Teméis todas las cosas como mortales y todas las deseáis como inmortales.
¡Estudia! No para saber una cosa más, sino para saberla mejor.

En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; el pasado, cierto.

No es pobre el que tiene poco, sino el que mucho desea.

El trabajo y la lucha llaman siempre a los mejores.

Lo que has de decir, antes de decirlo a otro, dítelo a ti mismo.

La vida es como una leyenda: no importa que sea larga, sino que esté bien narrada.

Los que saben mucho se admiran de pocas cosas, y los que no saben nada se admiran de todo.

El pobre carece de muchas cosas, pero el avaro carece de todo.

Considera las contrariedades como un ejercicio.

El lenguaje de la verdad debe ser, sin duda alguna, simple y sin artificios.

Existe el destino, la fatalidad y el azar; lo imprevisible y, por otro lado, lo que ya está determinado. Entonces como hay azar y como hay destino, filosofemos.

Los hombres aman sus vicios y al mismo tiempo los odian.

La recompensa de una buena acción está en haberla hecho.

No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba.

No hay cosa más fuerte que el verdadero amor.

No podemos evitar las pasiones, pero si vencerlas.

Lo que de raíz se aprende nunca del todo se olvida.

Lo que las leyes no prohiben, puede prohibirlo la honestidad.

La voluntad es la que da valor a las cosas pequeñas.

El hombre más poderoso es el que es dueño de sí mismo.

Forma parte de la curación el deseo de ser curado.

Importa mucho más lo que tú piensas de ti mismo que lo que los otros opinen de ti.

Igual virtud es moderarse en el gozo que moderarse en el dolor.


Ninguno ama a su patria porque es grande, sino porque es suya.

Muy sentida es la muerte cuando el padre queda vivo.

Sin estudiar enferma el alma.

Para saber algo, no basta con haberlo aprendido.

El favor consiste no en lo que se hace o se da, sino en el ánimo con que se da o se hace.

El cabalgar, el viajar y el mudar de lugar recrean el ánimo.

Escucha aún a los pequeños, porque nada es despreciable en ellos.

Si me ofreciesen la sabiduría con la condición de guardarla para mí sin comunicarla a nadie, no la querría.

Nuestra naturaleza está en la acción. El reposo presagia la muerte.

Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos, concordar las palabras con la mente.

Si quieres que tu secreto sea guardado, guárdalo tú mismo.

No existe ningún gran genio sin un toque de demencia.

No hay árbol recio ni consistente sino aquel que el viento azota con frecuencia.

Hay ciertas cosas que para hacerlas bien no basta haberlas aprendido.

No os espante la muerte; o extermina o transforma vuestra existencia.

Sólo en la fortuna adversa se hallan las grandes lecciones del heroísmo.

Los deseos de nuestra vida forman una cadena, cuyos eslabones son las esperanzas.

Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos.

Es rey quien nada teme, es rey quien nada desea; y todos podemos darnos ese reino.

Estar en ocio muy prolongado, no es reposo, es pereza.


El mejor límite para el dinero es el que no permite caer en la pobreza ni alejarse mucho de ella.

El tiempo descubre la verdad.

No os espante el dolor; o tendrá fin o acabará con vosotros.

Los hombres aprenden mientras enseñan.

No hay mayor causa de llanto que no poder llorar.

No es preciso tener muchos libros, sino tenerlos buenos.

Una esperanza reaviva otra esperanza; una ambición, otra ambición.

Todo poder excesivo dura poco.

Tan grande como la turba de los admiradores es la turba de los envidiosos.

Es, a menudo, más conveniente disimular que vengarse.

Toda la armonía total de este mundo está formada de discordancias.

Viven más contentos aquellos en quienes jamás puso los ojos la fortuna, que los otros de quienes los apartó.

¿Qué importa saber lo qué es una recta si no se sabe lo que es la rectitud?

El ardimiento juvenil en sus comienzos es fogoso, pero languidece fácilmente y no dura; es el humo de una fogata liviana.

Desdichado es el que por tal se tiene.

El fuego prueba el oro; la miseria los hombres fuertes.

El camino del vicio no solamente se desliza, sino que se precipita hacia abajo.

Aquel que tiene gran poder debe usarlo livianamente.

¡Oh, cuán extemporáneo es comenzar a vivir cuando se ha de dejar de vivir!

Pesa las opiniones, no las cuentes.

¿Preguntas qué es la libertad? No ser esclavo de nada, de ninguna necesidad, de ningún accidente y conservar la fortuna al alcance de la mano.

A vivir se aprende toda la vida, y toda la vida se ha de aprender a morir.

Ningún descubrimiento se haría ya si nos contentásemos con lo que sabemos.

Merece salir engañado el que al hacer un beneficio, cuente con la recompensa.

Seas parco en elogiar, y más parco todavía en vituperar.

Un gran marinero puede navegar aunque sus velas sean de alquiler.

A los que corren en un laberinto, su misma velocidad los confunde.

Si os sujetáis a la naturaleza, nunca seréis pobres; si os sujetáis a la opinión, nunca seréis ricos.

Nunca fue fácil el aprendizaje de la virtud.

No os espante la pobreza; nadie vive tan pobre como nació.

Una era construye ciudades. Una hora las destruye.

Vencer sin peligro es ganar sin gloria.

No recibimos una vida corta, sino que nosotros la acortamos. No somos de ella indigentes, sino manirrotos.

No hay ninguna cosa buena que no tenga su base en la razón.

No he nacido para sólo un rincón, mi patria es todo el mundo.

No hay viento favorable para el que no sabe donde va.

Cuanto mayor es la prosperidad tanto menor se debe confiar en ella.

Lo mismo es nuestra vida que una comedia; no se atiende a si es larga, sino a si la han representado bien. Concluye donde quieras, con tal de que pongas buen final.

Las obras se tienen medio terminadas cuando se han comenzado bien.

Quien da pronto da dos veces.

Languidece la virtud sin adversarios.

La naturaleza nos ha dado las semillas del conocimiento, no el conocimiento mismo.

La esclavitud más denigrante es la de ser esclavo de uno mismo.

La armonía total de este mundo está formada por una natural aglomeración de discordancias.

La adversidad es ocasión de virtud.

El sabio en su retiro es útil a la comunidad.

El poder y el despotismo duran poco.

El hombre es un animal racional.

Este día que tanto temes por ser el último, es la aurora del día eterno.

Gran parte de la bondad consiste en querer ser bueno.

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