Saturday, January 19, 2008

LA PATOGALLINA FRIKCHOU

A la salida del metro Quinta Normal, en la entrada del parque, hay instalada una carpa. Pero no es de gitanos. Es el escenario para las dos nuevas obras que acaba de dar a luz La Patogallina, el mítico colectivo teatral: Frikchou y Los Caminos de Don Floridor. Imperdible para este fin de semana.

Por Isidora Tupper www.zona.cl

FRIKCHOU

Llegar a esa carpa es como entrar a otro planeta. Compras tu entrada, haces la cola, entras. Ya en la pista, entre las luces de colores, las cortinas de brillos y la banda tocando desde lo alto, te reciben dos tiernas raritas.

Este circo es administrado por Madame Bavaroa y familia. Gente especial, a la que les sobran o faltan piernas. Retrasados mentales con alma de artistas. Pero como sabemos que son actores, y muy buenos, da risa. Esta serie de personajes mutantes serán los encargados de amenizar el espectáculo, entre número y número.

Toda la obra consiste en una serie de actos circenses ejecutados por buenas-personas-normales. Nueve actos sobre nueve odiosos elementos del sistema, transformadas en actos de circo. Desde una escuela donde el profesor se dedica a domar a sus alumnos, a la imagen publicitaria de una familia feliz. Se ven normales, pero son más mutantes que los friks del "chou".



En esta, la sexta obra de La Patogallina —el mítico colectivo responsable de obras como 1907, el Año de la Flor Negra y El Húsar de la Muerte— exploran el color, llenando todo de brillos y fosforescencias (obvio, es un circo), y mantienen la intensidad de sus obras anteriores, esa actuación de movimientos precisos y “limpios” (si lo hacen cien veces, les va a salir igual cada vez), los trucos artesanales y una estética cuidada llena de detallitos, logrando esta vez construir personajes más “reales” y menos de “cómic”, a pesar de tratarse de un circo.

Acá la crítica de La Patogallina apunta hacia quienes nos están vendiendo la pomada todos los días, y lo hacen desnudando las fachadas que ellos construyen para tapar el mundo real: la idea de la familia perfecta, la jubilación “digna”, la estupenda salud pública, la cirugía, los culos en la tele, la comida rápida apoyando el deporte. Puras rarezas a las que estamos demasiado acostumbrados


Si eres de los que creen que un payaso es más gracioso cuando está muerto, este es tu panorama. Aquí las ideas entran por la vista, no es arte conceptual sino concreto. Al Tío Sam se le queman los dedos con el calentamiento global. La rutina del cura ilusionista es extrañamente parecida a todo lo que te dijeron cuando chico que hacía Jesús. Notable es también el profesor-domador y sus perritas, y el ballet artístico de “actualidad y cultura general” lleno de referencias a la tevé local.

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