Wednesday, December 26, 2007





Pascal Quignard

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(Francia, 1948)
Escritor francés nacido en Verneuil-sur-Avre (región de Alta Normandía). De niño fue ligeramente autista un par de veces y la primera de ellas, su tío, que había salido del campo de concentración nazi de Dachau, le volvió a enseñar a hablar y a comer haciéndole chupar un palo de regaliz que parecía una rama. Pintor hasta 1968, organista y violonchelista, licenciado en filosofía, fue profesor de la Universidad de Vincennes y de la Escuela Práctica de Estudios Superiores en Ciencias Sociales. Ha publicado una veintena de obras donde la ficción se mezcla con la reflexión. Entre sus escritos destacan las novelas, El salón de Wurtemberg (1986), Las escaleras de Chambord (1989), Todas las mañanas del mundo (1991), que Alain Corneau adaptó al cine y que cuenta la vida recluida de Monsieur de Sainte-Colombe, compositor barroco que cayó en el olvido; Vida secreta (1999), Terraza en Roma (2000), Les ombres errantes (Premio Goncourt, 2002) y Las tablillas de boj de Apronenia Avitia (2004), novela que recrea la biografía de un misterioso personaje, una patricia nacida en el año 343 sobre cuya identidad sólo se conocen algunas hipótesis aventuradas y unas cuantas tablillas de madera de boj donde comenta algunos detalles cotidianos de su azarosa vida en medio de la decadencia del imperio romano. También es autor de los ensayos, Pequeños tratados (ocho tomos), La lección de música, El odio a la música: diez pequeños tratados, El nombre en la punta de la lengua y Retórica especulativa. Ha sido fundador, junto a François Mitterrand, del Festival de la Ópera y del Teatro Barroco de Versalles. En 1990 fue nombrado secretario general de la editorial Gallimard. Pascal Quignard es sin duda el más iconoclasta de los escritores franceses contemporáneos.

Pascal Quignard
Retórica especulativa (fragmento)

" El lenguaje es en sí mismo investigación. En la tradición filosófica, el lenguaje no es más que un vestigio del que uno puede desprenderse o que se puede corregir, como el soma-sema, como el cuerpo animal convertido en tumba y signo, como las técnicas, como las artes. El lenguaje es la única sociedad del hombre (cháchara, cotilleo, familia, genealogía, ciudad, leyes, charla, cantos, aprendizaje, economía, teología, historia, amor, novela) y no se conoce ningún hombre que se haya librado de él. Así el logos fue desatendido por la philosophia en su despliegue, de la misma manera que el aire es ignorado por las alas de los pájaros, como el agua del río es ignorada por los peces excepto al morir por encima de la superficie del agua en donde se asfixian, una vez transportados por el anzuelo hacia la suavidad y la transparencia atmosféricas donde dejan de moverse y se iluminan.
(...)
Cuando una sociedad está a la espera del acontecimiento que puede extinguirla, cuando el miedo, el desamparo, la pobreza, la desherencia y la envidia de todos contra todos han llegado a un estado de madurez, comparable al de los frutos bajo el calor, una expresión secreta y ávida aparece en la mayoría de los rasgos de los vivos que se encuentran por las calles de las ciudades que son las nuevas selvas. Los rostros que nos rodean cargan con esa tristeza y manifiestan ese silencio que se extiende. Ese silencio, a pesar de la Historia, es decir, a causa del mito de la Historia, sigue siendo ignorante de su ferocidad. Las sociedades occidentales están de nuevo en ese estado de terrible madurez. Están en el límite de la carnicería. "

Pascal Quignard
Todas las mañanas del mundo (fragmento)

" Uno de sus alumnos, Cosme Le Blanc padre, contaba que llegaba a imitar todas las inflexiones de la voz humana: del suspiro de una joven al llanto de un hombre mayor, del grito de guerra de Enrique de Navarra a la dulzura del soplo de un niño aplicado que dibuja, del estertor desordenado al que el placer a veces incita a la gravedad casi muda, casi monocorde, de un hombre concentrado en sus oraciones. "

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