Monday, March 03, 2008

Rodrigo Fresán
Un cuestionario
19 de agosto de 2003
Daniel Villalobos


Sin miedo al repudio cinéfilo, el hombre que remasterizara como nadie al Aprendiz de Brujo de Disney y que terminara su libro Vida de Santos con un sentido homenaje al Bedford Falls de Capra, declara aquí haber perdido gran parte de la fe en el cine. Pero también afirma aspirar secretamente a una vejez estilo Gregory Peck. Así que vaya uno a saber...

Desde su escritorio en España (país donde vive hace años), el autor de Mantra y La Velocidad de las Cosas respondió este cuestionario donde le preguntamos sobre la conflictiva pero fructífera relación que el cine ha tenido con la literatura desde sus inicios. De la importancia de Capra y Kubrick en su imaginería, de los requisitos para calificar como un buen mal actor y de cuáles son las tres grandes escenas donde siempre llora, de todo eso habla Fresán en la siguiente entrevista.


- Considerando la cantidad de artículos que has escrito sobre cine, la forma en que invocas los nombres de Capra y Kubrick en tus libros y cómo citas referencias fílmicas en cada uno de tus libros, tengo que partir preguntándote por qué estás escribiendo novelas en vez de dedicarte a dirigir.


-Muy sencillo: escribir es una acción que se realiza a solas mientras que cuando dirigis una película estás rodeado de toda esa gente, de todos esos... actores. Por no hablar de los rubros técnicos que ya han convertido a los créditos finales de las películas en auténticas novelas, en novelas experimentales y crípticas. Lo cierto es que a mí me gusta estar solo y la literatura es una de las pocas formas de la soledad todavía aceptadas socialmente. Cuando escribo yo me siento un poco como privilegiado espectador de mi propia película. Es más: también me encanta ir al cine solo y durante esas funciones matinales. Me gusta ver películas --me gusta escribir-- en esos horarios en los que el resto de los mortales están trabajando.



-¿Hay alguna película que hayas visto o re-visto para escribir un cuento o novela específico? De haberlo hecho ¿qué buscabas en ella?

-Sí, varias. It's a Wonderful Life!, Casablanca, 2001 y Lawrence de Arabia aparecen obvia y subliminalmente en varios de mis libros y no dejo de verlas y revisitarlas. Son, de algún modo, películas-disparador. Después hay casos puntuales: A River Runs Throught It --basada en la gran nouvelle de Norman Maclean-- dirigida por Robert Redford, por ejemplo, "inspiró" a "El pánico de la huida considerada ataca de nuevo". No tiene nada que ver; pero hay cierta atmósfera, cierta textura...


-Alguna vez contaste que el argumento de tu novela Esperanto lo soñaste y al despertar tenías la historia más o menos completa ¿Tienes recuerdos de cómo fue esa Fresan Production? ¿Se parecía a un blockbuster o a un Godard?


-En realidad lo único que recuerdo con precisión es el primer capítulo: dos hombres conversando en un velero. Y que mientras la escribía pensaba en Tim Roth para el presente del personaje y en Johnny Depp para sus flasbacks. Me gustaba eso: dos actores diferentes para dos momentos diferentes de la vida. A mí me parece que nosotros cambiamos a lo largo de nuestros días y noches y lo cierto es que no estaría mal ir cambiando de actor --hacer castings-- a medida que pasan los años. Voy a decirlo: ¡yo quiero tener una vejez modelo Gregory Peck!


-Sé que has estado muy interesado en la vida de James Barrie, el creador de Peter Pan, para tu nuevo libro. ¿Qué opinas de la adaptación Disney, después de pasar tiempo buceando en el original? Y, de paso, qué opinas de toda la lógica con que Disney tradicionalmente ha enfrentado a las fuentes de sus películas.


-Hablando de Barrie: semanas atrás entrevisté a Johnny Depp en París quien hace de Barrie en la inminente Finding Neverland. Y Disney, la verdad es que Disney no me interesa mucho. Y, en particular, siempre odié sus películas con animales live y voz en off descriptiva y juguetona. ¡Qué asco! Es decir: lo que sí me interesa mucho es lo que yo le invento o le adjudico a Disney. "El aprendiz de brujo" de Disney no tiene nada que ver con mi "El aprendiz de brujo". Y en Peter Pan, Disney comete un pecado imperdonable: al final hacer ver como que todo fue un sueño de Disney, idea que sólo se le podría haber ocurrido a un informante de Joe McCarthy, a un cretino consumado y --a propósito-- recomiendo la demoledora biografía de Walt titulada Hollywood's Dark Prince.


-Alguna vez dijiste que ver La Dimensión Desconocida de Rod Serling era un verdadero taller literario. ¿Cuáles son los elementos infaltables en la fórmula de una buena historia Serling?


-A mí lo que más me impresiona y maravilla de los episodios de Twilight Zone --me gusta el título original, eso de "zona crepuscular" que, creo, era un término técnico-lírico utilizado por los pilotos de combate durante la Segunda Guerra Mundial-- es su compresión absoluta y definitiva, como cuando se aprieta el carbón para que se convierta en diamante. No falta ni sobra nada. Todo es preciso, indispensable y esto se comprueba cuando tienes que contarle a alguien un episodio de Twilight Zone: es muy sencillo, la trama es como aceite o como seda; fluye sin dificultades, con la misma cualidad de ciertas leyendas y mitos universales. Es una serie eminentemente didáctica y evangelizadora. Imposible verla y no intentar escribir un relato à la Twilight Zone, ¿no? Por otra parte, eso de Serling apareciendo al principio y al final, como maestro de ceremonias, es un hallazgo. Cuando era chico yo siempre me preguntaba por qué los presidentes latinoamericanos jamás se parecían a Rod Serling y, cuando me preguntaban qué me gustaría hacer cuando fuera grande, respondía sin dudarlo: "¡Rod Serling!"


-¿Hay algún director o guionista que te haya terminado influenciando a la hora de escribir diálogos?

-Soy pésimo escribiendo diálogos. Es mi asumido Talón de Aquiles. Mi Pierna de Aquiles, en realidad. Lo mío siempre parece transcurrir "adentro" del narrador, un narrador que no verbaliza y que piensa. Así que no creo que nadie me haya influido para bien. Tal vez por eso me gusta tanto Kubrick en general y 2001 en particular, película que casi no tiene diálogos y en la que una computadora tiene más sentimiento que los hombres. O Proust. O Bob Dylan. Son artistas que no dialogan: monologan.

-Considerando que cae frecuentemente en el sentimentalismo, el final feliz barato y la sospechosa confianza en la democracia como el sistema de gobierno perfecto ¿qué es lo que te gusta del cine de Capra, tanto como para homenajearlo directamente en el final de Vida de Santos y en otras partes?


-Yo nunca pienso en Capra de ese modo. Es decir: me parece mucho más perverso de lo que parece. Más freak que David Lynch, incluso. It's a Wonderful Life! es una película mucho más oscura de lo que parece, Y no creo que termine tan felizmente. De acuerdo, George Bailey no va a la cárcel pero ahora es más prisonero que nunca de ese pueblo de mierda. Y atención: el malvado viejo usurero no recibe ningún castigo.


-Hitchcock decía que las buenas películas se parecían más a un cuento -un puzzle armado para conseguir un efecto final, con dos o tres grandes momentos- que a una novela. De ahí su preferencia por relatos o novelas cortas como Psycho. ¿Concordarías con Alfred en que una gran novela difícilmente será una gran película?


-No lo creo. Hay grandes novelas que son grandes películas. Slaughterhouse 5, por ejemplo. Y hay grandes películas que recién después se convierten en grandes novelas. Pienso en The Third Man. En lo que a Hitchcock se refiere, me gusta mucho como director de cine y no me gusta tanto como teórico del cine.


-Billy Wilder -otro director lleno de teorías- se burlaba de los escritores que, como Chandler, habían llegado a Hollywood buscando llenarse los bolsillos y habían terminado fracasando como guionistas. Decía que prefería trabajar con un cuentista antes que con un dramaturgo y con un dramaturgo antes que con un novelista. ¿La pericia a la hora de armar un relato corto será, entonces, un buen antecedente para ir a buscar trabajo a los estudios?


-No lo sé. Espero no tener que hacerlo nunca. Y --ya que estamos-- Billy Wilder siempre me pareció alguien inexplicablemente sobrevalorado.


-¿No te parece que gran parte de los experimentos o seudoexperimentos formales en que se embarcaron muchos escritores norteamericanos -desde John Barth en adelante hasta Foster Wallace inclusive- han sido básicamente un intento por superar al cine? No en impacto masivo, obviamente, sino en capacidad de ser EL medio para capturar el entorno.


-No lo creo. Yo no creo que la literatura y el cine compitan. Son dos cosas completamente diferentes e imposibles de compaginar. Para empezar, el cine es dictatorial (impone sus condiciones) y la literatura es democrática (interactúa con el lector, lo obliga a ser partícipe, a colaborar en el asunto). Me parece que Barth, Foster Wallace & Co no intentan superar al cine. Lo que intentan con su literatura es superar a la literatura.


-Escritores latinoamericanos de tu generación o que han empezado a publicar en épocas parecidas (Villoro, Rey Rosa, Aira, Loriga, Fuguet, el mismo Bolaño) han hecho distintas referencias al cine en sus historias. Al mismo tiempo, su relación con las películas es bastante diferente a la que tuvieron próceres como Puig, Skármeta o Soriano. Mi pregunta es si existe una actitud diferente en esta generación de escritores hacia el cine no sólo como imaginario sino también como una manera de ver el mundo.


-Yo creo que Puig es quien nos preanuncia a todos nosotros. En cuanto a lo otro, yo creo que las referencias cinematográficas en mis libros son, en realidad, referencias literarias. Es decir: son celuloide abducido por literatura y no al revés. Voy a decirlo: el cine cada vez me interesa menos, he perdido gran parte de mi fe en el cine, ya no entro a una sala como si entrara a una catedral. En algun momento de mi vida yo buscaba lo mismo en el cine que en los libros. Y solía encontrarlo. Ya no. Ahora voy al cine para distraerme, para intentar no pensar en el libro que estoy filmando.

-En el suplemento Radar de Página/12 has expuesto al pasar tu teoría de los buenos malos actores, categoría donde has agrupado a gente como Tim Roth, Gary Oldman y Jeremy Irons. ¿Qué requisitos debe cumplir un actor que aspire a esa categoría?


-...y John Malkovich. Y el rey de todos ellos: Willem Dafoe. ¿Requisitos? Tiene que ser muy malo y arreglárselas para convencer a todos --o a muchos-- que es muy bueno. Ahora que lo pienso, cuando lo consiguen, es que son grandes actores, ¿no?


-¿Se te ha ocurrido un argumento que hayas considerado exclusivamente destinado a la pantalla y que, por lo tanto, hayas evitado escribir?


-Una vez --por encargo-- pensé una historia con dos jugadores de basketball --un americano y un inglés-- jugando en un club de tercera en la Patagonia durante la Guerra de Malvinas. Era una linda historia. Llegué a escribir el treatment y, por supuesto, no se filmó ni se filmará nunca. Ah... y ahora que lo recuerdo: en un momento extraño de mi vida estuve involucrado en una película con Soda Stéreo de protagonistas. Muy en plan Help!. No les gustó. No se filmó.

-Habiendo escrito Mantra a pedido de la editorial y habiendo defendido en diversas situaciones el trabajo por encargo, sería interesante saber si en materia de directores eres un defensor de los autores o de los anónimos artesanos que a nadie le importan.


-Me gustan los "hábiles artesanos". Pero lo cierto es que el director es la estrella: Truffaut, Kubrick, Lean, los Coen, Allen, Lynch... Grandes escritores todos ellos.


-¿Hay algún género cinematográfico que consumas independiente de la calidad de los filmes en específico?


-Terror.


-La vieja y eterna pregunta: descontando la escasez de fondos y escollos como los golpes militares ¿cuál es el elemento faltante que le ha impedido al cine latinoamericano alcanzar la madurez o el impacto que sí ha tenido en la literatura?


-El talento.


-¿Cuánto te importa ver un filme en su formato original -en cine- en vez de servirse del cable o el DVD?


-Hay momentos para todo. El video y el DVD nos trajeron una gran innovación: el frezze-frame y el rewind y el replay.


-Juguemos un rato. J. D. Salinger siempre ha rechazado una adaptación de El Cazador Oculto. Suponiendo que acaba de cambiar de idea, sugiere director y elenco para tan magno acontecimiento.


-Se me ocurrieron varios a lo largo de los años. Y no hace mucho leí que uno de los candidatos a hacer de Holden Caulfield fue... ¡Bob Dylan cuando era joven! Hubiera sido tan freak. Supongo que por estos días el candidato perfecto para dirigirla sería el salingeriano cum laude Wes Anderson. Y para seguir en la misma cuerda, Jason Schwartzman, el protagonista de Rushmore sería un formidable Holden. Y ya que estamos: ¡Larga vida a Bill Murray! (quien sería un perfecto Buddy Glass)

-Tú has escrito bastante -en prensa y en libros de ficción- sobre la figura del asesino en serie y sobre hechos de sangre bizarros en general. Tengo que preguntarte cuál es el mejor y más sanguinario asesinato que hayas visto en pantalla y tengo que pedirte que justifiques tu respuesta.

-Hummm... supongo que Robert Mitchum en Night of the Hunter. ¿Por qué? Porque es Robert Mitchum.

- La peor película que hayas visto sobre el oficio de escritor y cuáles son tus argumentos.


-Casi todas. No entienden nada. La peor que vi últimamente es Lucía y el sexo. Odio esa concepción casi analfabeta y profundamente iletrada de la figura del escritor o del poeta. El Síndrome de Eliseo Subiela. Voy a darte vuelta la pregunta y mencionaré --es mucho más sencillo y rápido-- dos películas que sí entientienden la figura del escritor desde ópticas muy diferentes pero al mismo tiempo complementarias: Smoke (William Hurt está perfecto) y Barton Fink.


-La película que mejor ha capturado no el mundo sino el tono paranoico de Philip K.Dick. y que bien puede no ser una adaptación de sus libros.


-A ver... The Truman Show --que por otra parte es un descarado robo a su Time Out of Joint-- podría ser una de ellas. Pero no me convence del todo. Está claro que ni Total Recall ni Minority Report funcionaron. Y lo de Matrix es como una reducción al comic. Lo cierto es que alguien tendría que filmar The Man in the High Castle ya. Lástima que no esté Kubrick disponible.


-La novela en español que debería adaptarse al cine cuanto antes.


-La invención de Morel de Bioy Casares. O Estrella distante de Bolaño. O Los pichy-ciegos de Fogwill.


-Como fanático mil veces confeso de los chicos de Liverpool ¿cuál es el momento más emocionante en la historia del cine beatle?


-Toda A Hard Day's Night es un gran momento beatle. Pero, puestos a diseccionarla, creo que me quedo con la secuencia de los títulos donde John, Paul, George y Ringo corren tanto, tanto, tanto... y con ese momento fuera de guión en que George tropieza y cae y John se parte de la risa. Mención especial, en Yellow Submarine, cuando los Blue Meanies derrotados se preguntan "¿A dónde iremos ahora?" y se responden: "¿Argentina?"


-Regularmente aludes a tres escenas de Casablanca, It's a Wonderful Life y Lawrence de Arabia que siempre te hacen llorar. Pero nunca has dicho cuáles son específicamente. Ha llegado el momento.


-Aquí van. Casablanca: la parte en que cantan "La Marselleise"; en alguna parte leí que buena parte de los extras eran refugiados europeos que llegaron a Hollywood huyendo de los nazis, tal vez de ahí la potencia lacrimógena de la escena. Lawrence de Arabia: cuando Peter O'Toole entra al casino de oficiales después de haber cruzado el desierto y sus camaradas de armas --Lawrence está tan sucio, ellos están tan impecables-- lo aplauden y le palmean la espalda. It's a Wonderful Life!: desde que James Stewart se pone a llorar en el puente diciendo "Give me back my life, Clarence!" (¡qué gran voz, que fraseo tenía James Stewart !) hasta el gran final, por supuesto. Una vez hice el experimento --otra vez, gracias al video y el DVD-- de ir directamente a esas escenas para ver si lloraba al verlas aisladamente o si el llanto era producto de la visión completa del film. Lloré lo mismo como un condenado.

Blog Archive