Tuesday, March 18, 2008

El peón de la comedia

Fabrizio Copano:
“Mi generación no se esconde en ninguna filosofía, ¡sólo queremos coger!”


Tiene apenas 19 años y en su currículo ya figura como columnista, presentador, guionista, locutor y comediante. Dejó de ser ‘el hermano de’ (Nicolás Copano) para empezar a brillar con luz propia y convertirse en el verdadero chico irreverente de los medios. Aunque, detrás de esa dura fachada se esconde una mezcla de niño tímido con todos los achaques de un viejo chico, tan lejano pero a la vez cercano de sus pares.

Francisca Ansaldo F. para emol



Por estos días, el multifacético “niño” irreverente hace de todo un poco. Además de escribir en The Clinic, guionizar y co-animar el programa “Canal Copano” (VíaX), escribir para la versión latina de The Office (Canal 13) y realizar stand up comedy en distintos lugares de Santiago, ahora se dedica a asesorar el guión de la nueva teleserie de CHV, “Mala conducta”.

“Nunca lo había hecho y es raro. Coca Gómez (guionista de la teleserie) es una maestra en ese formato pero yo no; soy sólo un joven resentido y sin sentimientos, lejano a las teleseries. La única que había visto es “Sucupira” (1996). De todas maneras ésta es muy interesante porque hay historias románticas para viejos y pendejos. Además, es muy real porque los que asisten al colegio dos por uno es gente más adulta, no es como que pongan a Luciano Cruz-Coke vestido de colegial”, explica entre risas.

-¿Si las teleseries eran tan ajenas para ti, por qué te llamaron para que asesoraras el guión de ésta?
“La Coca (Gómez) me llamó porque veía “Canal Copano” y me encontraba muy divertido. Además, supo que había hecho un corto para MTV (“Súper niño bully”). Entonces, la idea es que yo ayude en la parte en que hablan como jóvenes, aunque no sé si lo logro porque yo no hablo mucho como joven. Pero más que nada veo los detalles de humor y la campaña, la visión para los pendejos”.

-¿Y crees que está funcionando?
“Sí, pero tiene que acabarse “Lola”. Aunque la gente ahora es súper poco fiel y en todo sentido, entonces se van cambiando de estación. El sistema es mucho más flexible que antes, que se quedaban con un solo canal. No es que me interese particularmente el tema del rating pero sí que le vaya bien. No es que ande como psicópata con los números pero trato de verla y cachar qué se puede mejorar. Soy del equipo y apoyo para que le vaya bien, me pagan para eso, para velar por los jóvenes, jajajá”.

-No parecieras ser un fiel representante de los jóvenes de ahora, de pokemón no tienes nada, por ejemplo.
“Siempre me pregunto por qué conecto con mi generación. Por qué alguien como yo podría tener un fansclub, un viejo, amargado, que no le gusta acercarse a la gente, que está enfermo todo el tiempo. Mi raciocinio fue que conecto porque no me importa mucho nada. Si me echan de VíaX, no me vuelve loco, si se enoja la marca que tengo que mencionar tampoco me importa”.

-¿Mostrar como si no estuvieras ni ahí con nada y andar de rebelde por la vida?
“Es que ni siquiera es por rebeldía. Mi generación tiene la misma filosofía que yo, que no le importa nada, ni la fidelidad, ni la lealtad, nada es en serio. Es ese sentimiento de que todo da lo mismo porque todo es tan falso, porque nada ni nadie es respetable. Ni los ídolos que se caen, ni la política. Finalmente, los de la Concertación resultaron igual de ladrones que los otros. Crecimos viendo ‘Los Simpsons’, donde los policías son unos vagos. ¡Nada es muy respetable!”

-¿Entonces defiendes la parada abúlica de los pokemones?
“Aunque no tenga nada que ver con ellos me da risa que los critiquen tanto. Antes estaban los hippies o los rockeros, que supuestamente tenían ideales. Es cierto que entregaron música pero eran bien mula porque si de verdad hubieran querido cambiar el mundo lo hubieran hecho. ¡Su real intención era tener sexo también! Al final, todo se basa en eso, en el sexo y eso lo ha dicho desde Freud, hasta Kike Morandé. Entonces, los pokemones y mi generación no se esconden en ninguna filosofía, sólo queremos coger. Además, si todas las otras generaciones no pudieron cambiar el mundo, ¿en qué más van a creer? Si estos mismos pendejos ven a sus papás con cuadros del Che Guevara pero llenos de bolsas del mall y que se convirtieron en unos lateros consumidos por el sistema. Soy completamente diferente, pero sí los defiendo: admito que son estúpidos pero ¿para qué les piden ser inteligentes?”
Historial
Para ver entrevistas anteriores, linkea Vicio privado, arriba de esta página.


Para remarcar más aún esta diferencia, Fabrizio entró este año a estudiar literatura en la Universidad Diego Portales. Dice que tras haber probado un año de publicidad (en la U. del Pacífico), optó por las letras porque “literatura suena súper bien, como si fuera alguien importante, que suene así como este huevón es de la tele pero estudia literatura. Siendo honesto, ese es el principal punto. Y bueno, siempre me ha gustado escribir y al ver los ramos noté que tenía un poco de todo, como dramaturgia y que me va a servir para lo que quiero hacer finalmente en la vida…”

-¿Y qué es lo que quieres hacer finalmente en la vida?
“Escribir y hacer una película. Muchos piensan que quiero ser algo así como Rafael Araneda, ¡pero nada que ver! Traté de estudiar publicidad y lo pasé horrible. Felicito a la gente que hace publicidad porque su trabajo es realmente nefasto por el nivel de frustración. Siempre dicen que ahí uno se puede expresar, ser libre, creativo y finalmente terminas haciendo un comercial de Escudo, porque la creatividad importa un carajo si no le gusta al viejo dueño de la empresa, que no entiende nada más que el facilismo. Pensé que sería fácil para mí porque siempre me ha sido muy fácil pensar ideas absurdas y creativas, aunque suene… pero con el colón irritable que tengo no podría vivir con esos niveles de frustración, terminaría con cáncer”.

-¿No pensaste en estudiar periodismo, como tu hermano?
“Nunca me gustó el periodismo, porque trabajé en Zona de Contacto y odié la técnica para hacer las cosas. Tiene que ver con mi filosofía de vida, que me interesa que las cosas sean divertidas y en periodismo eso no interesa precisamente. Odio las estructuras, por eso tampoco estudiaría cine. Quienes más admiro no estudiaron, como Woody Allen que no terminó la carrera y por lo mismo hacen mejor cine. Cuando te enseñan a ser creativo terminas siendo falsamente creativo, haciendo algo estándar, por eso todas las películas chilenas tienen cierto maticillo, la mayoría son súper iguales. Por eso prefiero arreglármelas solo, viendo películas, tengo muchos amigos cinéfilos”.

-¿Y cómo aguantas la estructura de la tele, entonces?
“La tele me parece divertida y “Canal Copano” me gusta a ratos, porque a veces me gusta lo mismo que detesto, es raro. Pero sobre todo porque soy muy antisocial, tengo pocos amigos entonces el contacto con tanto ser humano me aterra, me es incómodo y creo que se nota en pantalla. Tengo tantos defectos, como el individualismo… ¡pero para qué recalcarlos!”

“No quiero que con Nicolás nos transformemos en Melón y Melame”

Su carrera comenzó de la mano de su hermano Nicolás, escribiendo los guiones y como notero de sus segmentos televisivos “El Comentario teen” en Vía X y “El informal” en Chilevisión. Además de ser precoz columnista de la Zona de Contacto y ahora de Terra, “RTV” y The Clinic.

Su nombre empezó a sonar con fuerza cuando en el programa “Duro de domar” creó al “Perro K-sita” (sátira de la trágicamente muerta mascota de Paulina Nin, Cosita), generando varias polémicas.

El año pasado escribió y protagonizó un corto cómico para MTV llamado “Súper niño bully”, en el que encarna a un estudiante que sufre el fenómeno conocido como bullying.

Y como si fuera poco, para coronar una prematura y multifacética carrera, también ha participado en programas radiales como “Marea Hit” de FM Hit, además de sus actuales facetas como co-animador de “Canal Copano”, como asesor del guión de “Mala conducta” y los stand up que realiza todas las semanas en el bar Cachafaz, entre otros lugares.

-¿Columnista, presentador, guionista, locutor o comediante?
“Soy comediante, eso es lo que me sale más fácil; hacer chistes, lo hago todo el tiempo. Siempre ando con una libretita anotando cosas que se me ocurren. Hay cosas que ya no me van, como la radio. Dejé FM Hit porque la odiaba, en esa radio los conductores son sólo continuidades al aire y yo no quería sólo representar a Reggaetón Boys. Yo quería decir algo, tenía ideas y me las fueron disolviendo, me decían que mejor no hablara tanto y me apestaba. Además, tengo cierto nivel de claustrofobia y el médico me lo aconsejó porque en el locutorio me estaba volviendo aún más loco, insano, violento y agresivo con gente que no lo merecía. Técnicamente no debería someterme a altos niveles de estrés pero lo hago igual”.

-¿Qué te pasa cuando te apuntan como una joven revelación, como un niño pródigo?
“En un minuto en Chile toda la gracia era ser precoz, pero yo no quiero eso, no me interesan esas etiquetas. Por ejemplo, prefiero hacer una película más viejo, porque para hacerlo hay que vivir lo suficiente; que me peguen, fracasar varias veces, que me pase de todo para así hacer algo bueno. Prefiero hacerlo bien más tarde que pronto. Obviamente ligada a lo cómico, que es lo mío. Si intentara hacer algo serio sería un desastre”.

-¿Te gustaría seguir trabajando con tu hermano?
“Sí, pero no sé si en pantalla, no me gustaría terminar como Melón y Melame o como Salomón y Tututu. No podemos estar juntos todo el tiempo, sería súper nefasto para los dos. Para mí ha sido todo un proceso que la gente sepa mi nombre, no ser el hermano de. Siento que lo he conseguido, que he marcado porque hago cosas distintas. Él es como el dueño de los medios, yo no tengo nada. Don Francisco para mí no tiene nada de admirable. Pero está bien, Nicolás es bueno y espero y creo que le irá súper bien, sabe negociar y hablarle a su público, pero no es lo que quiero. Woody Allen empezó como comediante de barrio, en programas de mierda. La gente tiene que empezar a conocerme y de ahí poder construir algo para adelante. Todo esto me ha servido para conocer gente, como a Gumucio que le voy a ayudar con su taller de humor, también a ídolos como Jorge González. Por ese lado ha sido bueno pero sé que no es mucho lo mío”.

-¿Y qué es exactamente lo tuyo? ¿Hacer una película y el stand up?
“Tampoco lo tengo tan claro, sé que quiero hacer una película, pero viendo mis enfermedades a los 25 capaz que esté en coma. Trataré de hacer algo antes de eso. Me gusta en el stand up hacer críticas de forma graciosa porque la única forma que te escuchen es a través del humor. Los chistes más estúpidos a veces tienen un mensaje. Por ejemplo, hablo de mis colegios, que recibí una pésima educación en La Florida”.

-¿Cuánto te ha servido y perjudicado ser hermano de?
“Me ha servido y él ha sido una especie de escudo humano, porque muchas de las primeras críticas del programa iban hacia él. Le afectan mucho más las críticas, entonces las responde. Yo nunca me he sentado a responder un comentario en Internet, eso tan sin rostro me carga, aunque igual tengo facebook, fotolog, blog y pensaba que eran una mierda pero me ha servido para que sepan lo que estoy haciendo, como publicidad. Pero sé que Internet está lleno de idiotas refugiados, escribiendo qué hacen cada 5 segundos, lo que raya en lo patético”.

“Las mujeres me ponen tenso y debo hacerlas reír todo el tiempo”


Fabrizio Antonio Copano Vera, alias “la pantera Copano”, nació el 6 de marzo de 1989. Vivió su infancia en Puente Alto, según él rodeado de delincuentes pero con TV por cable e Internet como salvación.

Es el segundo de tres hermanos y asegura ser bien diferente a Nicolás. “Soy más relajado, él es muy explosivo y muchísimo más mediático”.

- Se nota en pantalla que él es mucho más extrovertido también y tú algo más pudoroso.
“Sí, tengo un rollo con eso todo el tiempo, por eso me siento tan incómodo en la tele. Trato de pensar que nadie me está viendo pero en realidad el programa es súper visto”.

- ¿Y cómo lo haces con el stand up?
“Ha sido mi mejor tratamiento. Un tiempo lo dejé y terminé en un psicólogo que me recetó unas pastillas para alguien casi al borde del suicidio y yo tampoco estaba tan deprimido, me afectaban algunas cosas, como la guerra de Irak. Y cuando volví a hacer stand up se me pasó completamente y volví a ser feliz. Me siento cómodo, tranquilo, me comunico bien con la gente, hacerlo semanalmente me da seguridad, como para hablar con las mujeres, por ejemplo, que es todo un tema para mí”.

- ¿Eres tímido con las mujeres?
(Baja la mirada) Sí, soy tímido, me gustan mucho las mujeres pero me ponen tenso y siento como un desafío hacerlas reír todo el tiempo”.

- ¿Cómo te gustan?
“No me gusta un tipo especial de mujeres. No es que me gusten especialmente las mayores, como a mi hermano, pero siempre me he relacionado con gente mayor que yo. A veces intento ser joven pero como que me cuesta, me siento falso”.

-Eres como un viejo chico.
“Sí, soy muy diferente al resto de mi generación y siempre lo he sido porque me juntaba con otra gente, hacía otras cosas. Venimos de Puente Alto y mi mejor amigo de niño terminó siendo un delincuente. Allá las juntas te llevan a eso. Gracias a Dios que Internet y el TV cable nos salvaron para conocer otras realidades, en ese sentido”.

-¿Qué dicen tus papás del camino que han tomado tú y tu hermano?
“Igual les da nervio, que nos pueda ir mal, el tema del fracaso. Pero tengo súper asumido el tema del fracaso, para mí es algo que va a suceder y que ojalá suceda pronto y que venga bien. Pero para ellos, que no hayamos caído en ninguna otra opción de mierda, como les pasó a tantos de mis vecinos, que se transformaron en maleantes, entonces están contentos por eso”.

-Pero el mundo de la TV también está lleno de maleantes.
“Sí, en la TV está lleno de gente rasca, el medio es muy penca. Los famosos se creen la raja y ser una estrella en Chile ¡no es nada! Menos mal que con Nicolás tenemos esa visión de la realidad más tranquila, me siento un tipo muy normal. Hay gente que realmente no ha hecho nada y se cree el cuento. ¡¿Qué ha hecho Lucho Jara?! Quienes de verdad pueden
creerse el cuento son tipos como Jorge González o Álvaro Henríquez”.

-Es inevitable que siempre te comparen con tu hermano. ¿Se ha dado una suerte de competencia entre ustedes, aunque sea inconsciente?
“Sí, pero eso lo hace más la gente que nosotros mismos. A veces él agarra eso y es una lata pero de a poco vamos tomando caminos distintos y así nos hacemos más incomparables”.

-¿Por qué el sobrenombre ‘pantera’?
“Porque todos tenían sobrenombres bakanes e intenté que Fabrizio Copano pareciera un nombre artístico como Facundo Cabrera pero no resultó y no sé por qué inventé lo de pantera. Me parece divertido y tan estúpido”.

-¿Vicio privado?
“Dormir poco, comer poco, no tomo casi, no me drogo. Creo mi vicio es la falta de vicio. Y claro, también la comedia; no tomar nada en serio”.

-¿Y eso no te ha traído problemas sentimentales, por ejemplo?
“Sí, he destruido relaciones sentimentales por eso. Piensan que no las tomo en serio. Tengo problemas con los límites, que están muy difusos en mi estructura y mucha gente termina odiándome, ¡pero no puedo evitarlo!”.

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