Sunday, March 30, 2008

Juan Luis Martinez (1942-1993) WWW.MEMORIACHILENA.CL



El secreto mejor guardado de la poesía chilena


Frente a Juan Luis Martínez –de quien recientemente se editó en forma póstuma el libro Poemas del otro- sólo caben la perplejidad y el asombro. Poeta y artista visual de dimensiones casi mitológicas, su obra es inaprensible en más de un sentido, pues en ella resuenan los ecos de una erudición y compenetración con todo lo relativo al lenguaje que es difícil de ubicar en la producción poética chilena, y que rompe los límites entre la obra visual y la escritura. Como señaló su amigo Hugo Rivera, “lo que Juan Luis hace es construir objetos para comprender el mundo, señales de ruta que se sitúan en el lenguaje, pero más allá de lo verbal”. Al igual que Rodrigo Lira –aunque en sentidos muy diversos-, Martínez es un manipulador del lenguaje, pero que –a diferencia de Lira- articula su discurso no desde lo meramente lingüístico, sino también desde la objetualidad del lenguaje y su materialidad.

Las dos obras que publicó en vida son, las cartas de navegación a través de las cuales Juan Luis Martínez deconstruye primeramente el objeto libro y sus implicaciones.- Con La nueva novela-, construye paradójicamente, un libro-objeto. Posteriormente en La poesía chilena se centra en el hecho mismo de la poesía, expidiendo su certificado de defunción a través de una obra que excede casi cualquier posibilidad de clasificación en tanto libro.

En su primer libro, La nueva novela, el lector asiste a un verdadero compendio de citas, reales y ficticias, que van construyendo el juego de espejos en que termina convirtiéndose el texto, articulado además con un cuidadoso diseño que integra el elemento gráfico y objetual como un elemento más del discurso lingüístico-literario del autor. Juego de espejos y confusiones que, como dice Cristóbal Johannon, vincula la obra de Martínez con la de Lewis Carroll, una de sus citas recurrentes: “en ambos (...) el lector se mueve a saltos por zonas impredecibles, a través de un caos bien administrado que oculta sus reglas volviéndolas una paradoja”.

Verdadero precursor del neovanguardismo literario surgido en la década de 1980, Juan Luis Martínez ejerció una poderosa influencia en la obra de autores como Diego Muñoz, Soledad Fariña, Raúl Zurita, Diego Maquieira y Bruno Vidal, aunque en estricto rigor es difícilmente asimilable su obra con la de otros autores chilenos. Esta suerte de “imposibilidad de filiación” de Juan Luis Martínez implicó, incluso, que el crítico Luis Vargas Saavedra creyera que su existencia y textos eran un invento de Enrique Lihn.

Juan Luis Martínez, demoró 8 años en terminar La nueva novela. Trabajó en la línea de la poesía metafísica y la metapoesía, y articuló a través de su obra uno de los discursos más rupturistas y elaborados de la literatura chilena siendo hasta el día de hoy, fuente de polémica y estudio, dadas las múltiples facetas y lecturas posibles que permite. En su obra queda anulado el autor, y como dice Roberto Merino “el libro nos mira siempre, porque el alcance de nuestra mirada nunca termina de acomodarse a su tiempo ni a su espacio”, lo que hace que sus textos sean permanentemente actuales en su cuestionamiento, mucho más allá de la existencia física, incluso, de este poeta que tachaba su propio nombre como símbolo de su prescindencia.

Probablemente falte mucho por desentrañar en la obra de este poeta, pues aún –y parafraseando al propio Juan Luis Martínez- “Es inútil. No nos comprendemos”.

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