Monday, March 24, 2008


La conspiración

Ascanio Cavallo

Paul Haggis ha vuelto a hacer una gran película. Las grandes películas no necesitan ser realistas, ni fantásticas, ni emocionantes, ni frígidas, ni reflexivas, ni empáticas. Todo eso es ideología o estómago, recubierto de teoría. Lo que las grandes películas requieren es coherencia: es decir, una adecuación entre medios y fines que nos haga percibir que su propósito es la verdad, y no la pura simulación.

En La conspiración (otro título siniestro con que los distribuidores locales tergiversan el sentido de lo que ofrecen) lo que domina es, más que la historia o las actuaciones, el estricto apego a una sucesión de hechos sobre los cuales se construye una visión crecientemente sombría de la vida bajo las ásperas condiciones del siglo XXI; y un apego también estricto a la manera de filmar eso, de traducirlo en imágenes que no sólo den con el tono –en este caso, inevitablemente pesimista-, sino que traduzcan su profunda verdad moral.

Esa construcción se realiza en esta película en torno a una ausencia. Hank Deerfield (Tommy Lee Jones), mecánico y ex combatiente de Vietnam, intenta ubicar a su hijo Mike (Jonathan Tucker), desaparecido sólo unos días después de su regreso desde el frente de Irak. Ni su desesperada esposa Joan (Susan Sarandon), ni la angustiada detective Emily Sanders (Charlize Theron) son una gran ayuda para Hank, pero cuando el cuerpo de su hijo aparece descuartizado y quemado, ambas se convierten en un frágil y delicado soporte para su obsesiva investigación.

En el centro del relato hay un momento clave: cuando Hank le cuenta al hijo de Emily que "en el valle de Elah", un niño, David, derrotó a un monstruo, Goliat. La manera en que Haggis lo filma nos hace sentir que una de las desgracias de la existencia es que los niños deban enfrentar a monstruos, porque no siempre saben cómo hacerlo. Ese instante pacífico y privado, que contrasta con los muchos momentos de tensión, acción y violencia que hay en el resto del metraje, reconfigura todo el sentido de la película y explica por qué hay tanto encuadre desolado, tantas figuras solitarias, tantas luces extrañas.

"La conspiración" no trata de una conspiración; trata de estar "en el valle de Elah", que es lo mismo de que trataba Crash, la notable obra con que Haggis debutó en la dirección. Tal como aquélla, La conspiración tiene una rara cualidad: por debajo de su textura oscura y pesimista circula una cierta luminosidad, la luz difusa de una esperanza que parece provenir del solo hecho de entender un poco más por qué la vida puede ser tan cruel. La grandeza de La conspiración procede de esa hondura, y no de su estructura, ni de sus artificios, ni de su capacidad o incapacidad de emocionar.

In the valley of Elah.

Dirección: Paul Haggis.

Con: Tommy Lee Jones, Charlize Theron, Susan Sarandon, Jason Patric.

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