Tuesday, March 25, 2008

HUGO CORREA (1926-2008)... EL ALTISIMO
Por Francisco Ortega

Hace unas horas falleció Hugo Correa, el más importante escritor de género fantástico en Chile, padre indiscutido de la ciencia ficción criolla. Un tipo, curiosamente parecido a un hobbit -sin ser despectivo- que se codeó con los grandes, léase Bradbury, Asimov, Clarke, Henlein. De hecho no deja de ser sincrónico que Correa haya saltado al hiperespacio, una semana después que Arthur C. Clarke, ilustre colega suyo. Como dijo Baradit en La Tercera, a esta hora ambos ya deben ser uno con el monolito.
Hoy veré 2001 en honor a ambos
Leer a Correa es descubrir el trabajo de un tipo con una imaginación prodigiosa, que se adelantó en años al cyberpunk (Los Altísimos), descubriendo además que el campo chileno podía ser un escenario perfecto para una pesadilla alienígena (El que merodea en la lluvia)
Un mutante antes que los mutantes. Correa fue ignorado por sus pares. Se nos fue olvidado por la tradición narrativa local, que siempre lo miró como bicho raro, como una esquina curiosa, obviando que ha sido de los contados autores nacionales que logró conquistar y ser bien criticado en mercados tan exigentes como el norteamericano, el inglés o incluso el ruso. Correa fue nombrado entre los más grandes cultores de la ciencia ficción del mundo, y Los Altísimos entre las 100 mejores novelas del género, un honor no sólo para él, sino para Chile y de rebote para quienes lo leímos y conocimos.
Lo entreviste hace exactos diez años y doy fe que era un tipo entretenido, marciano en algunas de sus opiniones y con una fe tremenda en el futuro. Estaba seguro que más temprano que tarde su obra sería reconocida. Ese momento nunca llego. Al menos nunca más allá del siempre fiel fandom.
Quizás el reconocimiento vino implícito, a través de Baradit, Solar, Bisama, Castro, Meir y todos los integrantes de una nueva generación de fantanautas criollos que han dado que hablar, recuperando la tradición y la dignidad de lo fantástico en las letras nacionales. Ese al final, es el mejor de los premios. Doy fe que para todos -me incluyo- Correa es un totem
Algfuna vez de Hugo Correa se dijo que escribía los discursos de Pinochet, que su simpatía con la derecha lo había "funado". Puede ser, pero eso no quita ni resta que fue un grande. Y que su legado es más grande que un crucero clase Constitución.
¿Y ahora que viene? Los obvios artículos en suplementos culturales, campaña para que un asteroide lleve su nombre. Si me preguntan yo abogo por la creación del Premio Hugo Correa, un certamen anual que celebre lo mejor de lo fantastico en cine, letras y gráfica chilena. Nuestros Hugos locales, los que entiendan, entenderán



Y acá la entrevista que le hice hace ya una década. Un gusto que alguna vez me dí, amén por eso.

Originalmente publicado el Viernes 13 de Febrero de 1998, en Zona de Contacto.

Hugo Correa: Un Chileno de otros mundos



Extraterrestres, navegantes espaciales y ucronías que cambian la historia son elementos que abundan en la literatura de este escritor chileno. Un ilustre desconocido de quien se ha dicho es el mejor autor de ciencia ficción latinoamericano.

Hace treinta años, una sonda espacial se salió de órbita y se estrelló en el sur de Chile. La máquina había sido enviada a la Luna para traer muestras de rocas, pero volvió con algo más. Una rara criatura que crecía con la lluvia. Este relato fue escrito en 1961 por Hugo Correa y apareció bajo el título de El que merodea en la lluvia, tercera publicación del autor y un claro ejemplo de su obsesión por el espacio exterior.
-¿A qué planeta le gustaría viajar?
-A Marte, porque es el que más ha inspirado a los escritores de ciencia ficción. Es como un escenario clásico del género, arrastra toda una tradición que va desde H.G. Wells hasta Bradbury.
-A propósito, ¿es cierto que conoció a Ray Bradbury?
-Sí, estuve con él en el Writers Program de la Universidad de Iowa. Le gustaban bastante mis cuentos. De hecho, fue él quien los llevó a The Magazine of Science Fiction, cuyo editor científico era Isaac Asimov.
-¿Nunca se sintió un bicho raro siendo prácticamente el único autor chileno de ciencia ficción?
-Un extraterrestre querrás decir... (se ríe). Ser escritor de ciencia ficción de por sí te marca.
Eres un tipo específico de narrador.
-¿Cómo se interesó en el género?
-De niño me gustó mucho la idea de lo desconocido y de los mundos que venían. Además, siempre fui un cuentacuentos. Los Altísimos, por ejemplo, está plagado de ideas que cuando chico le contaba a mis hermanos menores.
-¿A qué atribuye el hecho de que, a pesar de haber sido traducido a diez idiomas y recibir elogiosas críticas fuera de Chile, muy pocos lo conozcan? ¿Hay prejuicios frente al género de anticipación?
-Es que la gente tiene metida la idea de que la ciencia ficción es un subgénero. Como si una obra dependiera del género. Desde ese punto de vista, una novela realista siempre sería buena. En todo caso, esto ocurre sólo en Chile. En el extranjero se sabe que hay muy buenos escritores y libros de ciencia ficción y se les valora por eso. Por ejemplo, nadie discute la tremenda calidad literaria de Philip K. Dick (autor de la novela que inspiró Blade Runner).
En 1956 Hugo Correa publicó su primera novela,Los Altísimos, una historia futurista que describe una civilización altamente tecnológica que centra su existencia en el triángulo máquina-hombre-máquina, donde la subordinación humana a las máquinas alcanza caracteres dictatoriales. Mismo esquema de la apocalíptica corriente que en los 80 encontró voz y éxito en jóvenes autores norteamericanos como Bruce Sterling (Islas en la red) y William Gibson (Neuromante).
-¿Qué le dice el término ciberpunk?
-En realidad no he leído mucho, pero conozco bien el tema porque de alguna forma lo abordé. En 1967 apareció en The Magazine of Science Fiction Alter Ego, un relato que describía una sociedad futurista que vivía con máquinas inteligentes que les solucionaban la vida. El protagonista de la historia era alguien que utilizaba un casco para conectarse a ese sistema y así podía moverse dentro de él. Este casco le agudizaba las percepciones y los sentidos, como hoy lo hace la llamada Realidad Virtual.
-¿Escribe a máquina o en computador?
-A máquina. No tengo computador, pero me encantaría tener. Abre muchas posibilidades, como internet y el correo electrónico.
-¿Está familiarizado con internet?
-No, es una deuda que tengo pendiente.
A pesar de su prolongado silencio literario, Hugo Correa no ha parado un sólo día de trabajar. Desde hace dos años, está encerrado en una nueva novela con la que pretende regresar a la ciencia ficción. Aunque todavía no tiene nombre, la historia está bastante avanzada: Trata de los Preadamitas, una raza anterior a Adán creada por Dios (Yahvé) y cuyo destino nadie conoce. Yo le busco un destino a esa raza con mi ficción. Claro que no he podido encontrar editor, usted sabe, en Chile sólo se edita lo políticamente correcto y la ciencia ficción parece ser de oposición.
-¿Cómo va a ser Chile en el futuro?
-Un país bastante más ordenado y limpio. Creo que el problema de la contaminación va a solucionarse y que la gente, gracias a internet y a otras redes informáticas y virtuales, va a volver a la vida rural. Las ciudades van a desaparecer. De aquí a cien años, metrópolis como Santiago o Nueva York van a ser monumentos, nada más que eso.

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