Citas
"Cada ser es un himno destruido."
Fuente: El aciago demiurgo, 1969.
"Concebir un pensamiento, un solo y único pensamiento, pero que hiciese pedazos el universo."
Fuente: El aciago demiurgo, 1969.
"El conocimiento es la pesadilla de la naturaleza".
"¿El final de la historia, el fin del hombre?, ¿es serio pensar en ello? Son sucesos lejanos que la Ansiedad -ávida de desastres inminentes- desea a toda costa precipitar."
"El deseo de morir era la único que me importaba; por ello he sacrificado todo, aun la muerte".
"El talento es el medio más seguro de falsearlo todo, de deformar las cosas y de equivocarse acerca de uno mismo. Sólo poseen una existencia verdadera aquellos a quienes la naturaleza no ha abrumado con ningún don. Sería por ello difícil de imaginar un universo más falso que el universo literario, o un hombre más desprovisto de realidad que el hombre de letras."
"En este gran dormitorio, como llama un texto taoísta al universo, la pesadilla es la única forma de lucidez."
"En todo profeta coexisten el gusto por el futuro y la aversión por la dicha."
Fuente: El aciago demiurgo, 1969.
"Existe en la estupidez una gravedad que, mejor orientada, podría multiplicar el número de obras maestras."
"Frívolo y disperso, aficionado en todos los campos, no habré conocido a fondo más que el inconveniente de haber nacido."
Fuente: El aciago demiurgo, 1969.
"Misterio, palabra de la que nos servimos para engañar a los demás, para hacerles creer que somos más profundos que ellos."
"Nada delata tanto al vulgar como su temor a ser decepcionado."
"No hay negador que no esté sediento de algún catastrófico sí."
"No tengo nacionalidad... el mejor estatus posible para un intelectual."
Nuestras verdades no valen más que las de nuestros antepasados. Tras haber sustituido sus mitos y sus símbolos por conceptos, nos creemos más “avanzados”; pero esos mitos y esos símbolos no expresan menos que nuestros conceptos. El Árbol de la Vida, la Serpiente, Eva y el Paraíso, significan tanto como: Vida, Conocimiento, Tentación, Inconsciente. Las configuraciones concretas del mal y del bien en la mitología van tal lejos como el Mal y el Bien de la ética. El Saber -en lo que tiene de profundo- no cambia nunca: sólo su decorado varía. Prosigue el amor sin Venus, la guerra sin Marte, y, si los dioses no intervienen ya en los acontecimientos, no por ello tales acontecimientos son más explicables ni menos desconcertantes: solamente, una retahíla de fórmulas reemplaza la pompa de las antiguas leyendas, sin que por ello las constantes de la vida humana se encuentren modificadas, pues la ciencia no las capta más íntimamente que los relatos poéticos.
Fuente: Breviario de podredumbre, "El decorado del saber", 1949.
"¿Quién abusaría de la sexualidad sin la esperanza de perder en ella la razón algo más de un segundo, para el resto de sus días?"
"Sólo los espíritus superficiales abordan las ideas con delicadeza."
"Soy un simple accidente; ¿Por qué tomármelo todo tan en serio?"
Nota: Después de que su madre le dijo que si hubiera sabido que iba a ser tan infeliz hubiera abortado.
Breviario de los vencidos
Afronta el instante con valor, se implacable con tu fatiga, no son los hombres quienes te revelaran los arcanos que yacen en tu ignorancia. Es el mundo el que se esconde en ella. Basta con que escuches en silencio y lo oirás todo. No existen ni verdad ni error, ni objeto ni figuración. Presta oídos al mundo que yace en algún rincón de ti mismo y que no precisa mostrarse para ser. Todo existe en ti, incluso espacio de sobra para los continentes del espíritu... El ser es un jamás absoluto.
Amar apasionadamente la vida, y luego deambular implorándote compasión a ti mismo por la ausencia ilimitada nacida de tu vacío, infame jardinero de la nada, sembrador de violetas y de pus...
...Arrancaré una nada embriagadora de todas las floraciones y me haré de las corolas de los campos un lecho donde dormir. Y ya no huiré a las estrellas ni me refugiaré en lejanías lunares.
Cuanto más aprendo a deleitarme en una ausencia de razones de ser o a actuar sin ninguna utilidad como no sea hacer más llevadero el tedio, más hombre soy. Labrador en el Sahara, ésa es su dignidad. Un animal que puede sufrir por lo que no es. He ahí al hombre.
Deja de vigilar a tu alma; ¡mírala cómo sale de estampida al cielo!... Al menor descuido, envuelta en llamas, se suelta y se va hacia otros mundos. ¿De dónde vendrá esa súbita llamarada que la arroja al destierro en parajes celestiales mientras tú te quedas aquí, como victima junto a un cuerpo abandonado?
Después de haber inventado mundos y haberlos perdido por los espacios, de pronto se da uno cuenta de que anhela algo que fuera (el Yo) una sombra de ser en medio de una ausencia general de existencia.
El catolicismo, judaísmo latino, salpico de un hollín indeleble la exuberancia del Mediterráneo. ¿Cómo pudo <
El deseo de desaparecer, porque las cosas desaparecen, emponzoño tan atrozmente mi sed de ser que, en medio de los resplandores del tiempo, el aliento se apagaba y el ocaso de las naturaleza me envolvía con multitud de sombras. Y como veía el tiempo en todas las cosas, esperaba salvarlas del tiempo.
El nirvana estético del mundo: alcanzar lo supremo en medio de supremas apariencias. Ser nada y todo en la espuma de lo inmediato.
Elevemos lo que se ve al rango de alucinación, lo que se oye, al nivel de la música.
Es difícil de precisar la fecha en que las iglesias llegarán a ser simples monumentos y el día en que las cruces, purificadas del símbolo de la sangre judaica, sonreirán inútilmente a la curiosidad estética. Hasta entonces, no tendremos más remedio que soportar en los retornos del alma el soplo sofocante de la fe.
He servido en mi vida a muchos amos y he esculpido mi imagen de cada momento. Si las cosas extintas supiesen cuánto las he amado se procurarían un alma sólo para llorarme.
La necesidad de convertir a los seres en eternos por medio de la adoración, la premura por elevarlos, por exceso de corazón, de su destrucción natural me parecía la única labor apreciable.
La vida dura lo mismo que nuestros estremecimientos. Sin ellos, es polvo vital.
La vida es un subterfugio de la locura y el que cae en sus redes marcha por un camino abierto por su propia sangre.
Las religiones me enseñaron la senda de la felicidad, a costa mía. Pero la ilusión de estar aquí es más estimulante que la serenidad de no estar en ninguna parte, de estar en los cielos.
No puede concebirse la fuerza sin la enfermedad. No en vano los hombres más peligrosos son los que tienen una salud precaria. El carro de la historia está guiado por hombres que se buscan constantemente el pulso.
No puedo reconciliarme conmigo mismo, con los otros, con las cosas. Ni siquiera con Dios. Con él de ninguna manera.
No soporto otro absoluto salvo mi accidente. Dado que soy, la ilusión de mi existencia me parece mi sentido supremo. No voy a enmendar nada de este acontecimiento.
Pero en el espíritu, al que lo infinito dotó de alas, el sueño es más real que todas las verdades. El mundo no es; se crea cada vez que el estremecimiento de un principio atiza las ascuas de nuestra alma. El yo es un promontorio en la nada que sueña con un espectáculo de realidad.
Siempre que el cristianismo suscita mis dudas, una adversidad dolorosa ocupa el lugar del fasto escéptico y de los armas embriagadores. Me impide respirar. Huele a viejo. Me sofoco.
Sin embargo, tú sigue tu camino y, como un sol escéptico, ilumínalo con los rayos de tu cólera pensadora.
Sin que nosotros podamos impedirlo, el velo que recubre ese espectáculo llamado vida se desgarra en miríadas de copos ilusorios y, de todo cuanto se desarrollaba ante nuestros ojos, no quedan ya ni tan siquiera las sombras de una quimérica realidad.
Tal y como la Nada se vuelve Dios mediante la oración, de igual forma la apariencia se torna naturaleza gracias a la expresión...
Todo proyecto es una forma de esclavitud.
Un instante de lucidez, sólo uno; y las redes de lo real vulgar se habrán roto para que podamos ver lo que somos: ilusiones de nuestro propio pensamiento.