Wednesday, October 31, 2007

Fresán

Rodrigo Fresán (1963), escritor y periodista argentino. Autor, entre otros, de libros como "Mantra" y "Los jardines de Kensington". Actualmente reside en Barcelona.

Libro

Exploradores del Abismo, de Enrique Vila-Matas

Alias, otros yo, lados oscuros y dobles personalidades serán el tema de esta guía y esto es lo que se lee en "Café Kubista", texto introductorio de Exploradores del abismo, nuevo libro de piezas más o menos breves de Enrique Vila-Matas: "Estoy seguro de que no podría haber escrito todos esos relatos si previamente, hace un año, no me hubiera transformado en alguien levemente distinto, si no me hubiera convertido en otro. Justo es decir que el cambio se produjo con sencillez abrumadora. Un colapso físico acompañado de una pérdida de peso, contribuyó a ello. De pronto, tuve la sensación de haber heredado la obra literaria de otro y tener ahora tan sólo que gestionar su obra. Desde entonces, soy alguien que necesita de las leves discordancias con el antiguo inquilino de su cuerpo, discrepar con él ligera y sutilmente y, siempre que pueda, a modo de redundancia jocosa, hacerle perder peso en sus razonamientos". Y un poco más adelante, en esa virtual declaración de principios y fines de este libro que es el relato "La gota gorda": "La tensión más fuerte la provocaba el duro esfuerzo de contar historias de personas normales y tener a la vez que reprimir mi tendencia a divertirme con textos metaliterarios: el duro esfuerzo, en definitiva, de contar historias de la vida cotidiana con sangre e hígado, tal como me habían exigido mis odiadores, que me habían reprochado excesos metaliterarios y 'ausencia absoluta de sangre, de vida, de realidad, de apego a la existencia normal de personas' (…) Me recriminaban también mis odiadores que hubiera mitificado tanto lo literario (...) He sudado la gota gorda con las secreciones y exudaciones de mis personajes, he hecho un esfuerzo increíble por mostrar 'apego a la existencia normal de las personas normales'. Y últimamente me siento ya bien adaptado a mi nueva asquerosa vida (…) Además, ¿pero qué diablos?, ¿acaso no se trataba de cambiar de estilo?".

Así es: Vila-Matas regresa al relato luego de varias novelas totales y, de paso, decide convertirse en otro. Lo que no impide que sea tan brillante y vilamatiano como de costumbre y, como prueba, bastan dos cuentos antológicos, de lo mejor que ha escrito nunca: "Niño" (donde se atreve a narrar una existencia propia alternativa en la que todo fue peor narrado por su propio padre o algo así) y "Porque ella no lo pidió": suerte de nouvelle y diario de trabajo con Sophie Calle como estrella invitada. Imprescindible. Y tranquilos: Vila-Matas sigue siendo el mismo, el único.


Televisión

Dexter

Mientras yo escribo esto todavía no ha empezado la segunda temporada pero ya hay dos capítulos colgados en la red y ya los vi y a respirar tranquilos: son tan buenos o incluso mejores que los doce episodios de la primera temporada donde Dexter era alcanzado por una sombra tan terrible como querida de su pasado.

Y conozcan -o reconozcan a Dexter: una curiosa mezcla del Tom Ripley de Patricia Highsmith, el Hannibal Lecter de Thomas Harris y el Patrick Bateman de Bret Easton Ellis. Todos juntos pero no revueltos saliendo de las hasta ahora tres novelas de Jeff Lindsay que no están mal pero que nada tienen para ofrecer comparadas con esta serie que modifica y mejora varias cuestiones de los libros. Entre ellas, el "tono" de este héroe atípico: Dexter sale de dentro del cuerpo y alma del gran actor Michael C. Hall (aquel dueño de pompas fúnebres gay de esa nunca del todo bien ponderada Gran Novela Americana Televisiva que fue Six Feet Under). Y Dexter viene a ser algo así como, de día, un eficaz forense de la policía de Miami especializado en el estudio de la trayectoria de la sangre derramada o algo así mientras que, de noche, se consagra como un buen asesino serial que, instruido desde su infancia por su padre policía, alivia sus impulsos oscuros eliminando a otros asesinos que se salen con la suya. Dexter los estudia y los sigue y los mata y los trocea y los arroja al mar. Y la segunda temporada comienza con el descubrimiento del cementerio de víctimas de Dexter por unos buscadores de tesoros que pasaban nadando por ahí. Por lo que el gran caso en cuestión -¿quién hizo pedazos todos esos cuerpos malos?- cae en manos del departamento de Dexter. A destacar el perfecto elenco de secundarios (inolvidable la hermanastra de Dexter) y el oscuro humor que todo lo cubre. De sangre. Humor rojo, en realidad.

Un CD

Memories: The '68 Comeback Special, de Elvis Presley

Superado el morbo fácil y la pena auténtica del reciente aniversario redondo de los treinta años de su muerte, hablemos de Elvis. El asunto es de cuál Elvis hablar: ¿El rabioso sobre las tarimas de su juventud? ¿El domesticado por las luces de Hollywood y los neones de Las Vegas? La tragedia de Elvis es que, habiendo ayudado a tantos a huir de sus celdas para comenzar una nueva vida, él nunca pudo escapar de su propia prisión donde lo que se oía no era "Jailhouse Rock" sino unos tristísimos muzak/blues sin salida y desde un extremo a otro de su mito. En una punta, el Elvis flaco y sonriente y silvestre estremeciéndose y estremeciendo como un terremoto. Al otro lado, el Elvis gordo y sudoroso y kitsch casi amortajado en absurdos trajes de luces de neón. Ustedes eligen, porque de gustos no hay nada escrito ni cantado. En lo personal, yo me quedo con ese Elvis intermedio y liminar: el del show televisivo de la NBC, 3 de diciembre de 1968, dirigido con pericia e inteligencia por Steve Binder, quien supo recuperar y sacar lo mejor de él. Un breve retorno en el que un Elvis aterrorizado se enfundó en el cuero negro de un superhéroe y pareció, por unas horas, regresar a sus orígenes y a su originalidad. Verlo en DVD, oírlo en este indispensable Memories: The '68 Comeback Special (1998). Temblando y gracioso y arrollador y definitivamente live. Eléctrico y unplugged. Íntimo y gracioso en "Baby What You Want Me to Do", épico y sinfónico y con levita blanca en "If I Can Dream" y en resumen -con varias palabras que él siempre convertía en una- thankyouverymuch. Después, enseguida -luego de un brevísimo conato de rebelión, Elvis entusiasmado por volver a ser el que una vez había sido- el Coronel Parker volvió a tirar de sus riendas y todo siguió el curso preestablecido hacia un encandilante crepúsculo en esa ciudad donde los relojes son suplantados por ruletas, la banca siempre gana, los televisores sólo sirven para ser acribillados a balazos, todas las mentes son sospechosas de algo y no hay hotel que no tenga el corazón roto. Pero por un momento, aquí, Elvis fue Jekyll con lo mejor de Mr. Hyde. Y todos -menos el Coronel- felices.


Revelaciones

El Otro Don DeLillo

Y hay ocasiones -todavía más drásticas que las que cuenta Vila-Matas- en las que un escritor decide ser completamente otro. Ejemplo: el caso de Don DeLillo quien acaba de publicar la más bien floja El hombre del salto y que en 1980 decidió ser literal y literariamente otra persona. De hecho, hasta cambió de sexo convirtiéndose en una atractiva rubia jugadora de hockey para firmar Amazons: An Intimate Memoir by the First Woman Ever to Play in the National Hockey League (Holt Rinehart Winston). Yo había leído rumores sobre este libro/leyenda urbana, finalmente conseguí una copia y -cuando DeLillo vino a Barcelona a presentar Cosmópolis- le acerqué mi ejemplar y le pedí que me lo firmara. DeLillo enarcó una ceja, me miró fijo, sonrió torcido y me estampó su firma luego de pedirme que lo guardara y no lo anduviera mostrando por ahí. Supongo que ahora mi Amazons debe valer un buen dinero. En cualquier caso, es una muy buena novela y, en lo personal, me gustó mucho más que El hombre del salto. Y ya está: ya lo dije, ya revelé un secreto. El secreto es algo así como la doble personalidad de la verdad, ¿no?

DVD

Jekyll

Y si decimos "ya no soy el que era" o algo por el estilo, entonces estamos diciendo, Jekyll & Hyde o el comienzo de todo el asunto. Y por fundante -y a diferencia de lo que ocurre con otros "monstruos"- la fantasía de Stevenson ha sido la más difícil de reescribir o la más torpe de manipular a lo largo de los años. Pero los genios de la BBC -ya lo dije, series breves, perfectamente escritas y no demasiado bien comercializadas y emitidas en el resto del mundo- aceptaron el desafío y con los seis capítulos de Jekyll (conseguirlos en DVD) se apuntaron otro tanto tras la estela de Afterlife, The Office, Life On Mars y Extras.
Aquí James Nesbitt en el rol de Tom Jackman (quien se transforma con muy poco maquillaje y ningún efecto especial en una actuación sin lugar a dudas consagratoria) recorre el Londres contemporáneo intentando llevarse bien con Hyde compaginando sus horas de actividad y descanso, escapando de una organización secreta que lo viene siguiendo desde las nieblas de la era victoriana y -lo más importante de todo-procurando que su esposa no se entere de que se casó con un tipo que, literalmente, vale por dos.

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