Tuesday, October 30, 2007

Digamos, para entender a Sartre al respecto, que cuando él afirma: Existir es ser para la nada, está corroborando la apreciación de Heidegger: Existir es ser para la muerte. Está confirmándonos que la aventura humana, llegada a su límite de la muerte, sólo conduce a la nada. Y no únicamente al hombre sino también a sus proyectos y a su historia.

Leí hace mucho tiempo una muy buena explicación sobre lo que para Sartre significa el sentido de vivir o de existir que, desde luego, lleva en sus entrañas la idea real de la muerte. Para no someterme al juego vanidoso y falso, frívolo y vacuo de sólo cambiar algunas palabras y contarlo, prefiero transcribirlo literalmente:

En el pensamiento de Sartre, existir es hacer que un futuro venga a anunciarnos qué somos. Sólo el futuro descubre el sentido del presente y del pasado. Puede, mi presente, aparecérseme como teniendo tal o cual sentido; pero mañana puedo, de pronto, descubrir que no, que ese no era el sentido de aquel presente. Puedo, como el personaje de una de las novelas de Sartre, cometer un delito y creer que tiene sentido porque es un delito que cometo por amor; pero el mañana - el futuro - puede descubrirme que aquello que creí amor no era amor, y entonces mi acto se me aparece como desprovisto del sentido que le atribuí. Nadie puede, por eso, nunca, descubrir el sentido de su vida; porque ese sentido es siempre revocable por la mañana, y porque no hay un mañana último, un hoy último desde el cual pueda contemplar mi vida y reconocer su sentido.

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