Tuesday, July 03, 2007

Melancolía

Sólo nos queda la esperanza de que un Bartelby descorazonado mire nuestras fichas como objetos perdidos, y, al candor de la melancolía de un alma irresuelta, encontremos el calor que nos reconozca como seres.

Los espíritus melancólicos reposan al reunirse con otros espíritus afines. Se unen afectuosamente, como un extranjero al ver a un compatriota suyo en tierras lejanas. Los corazones que se unen por la tristeza no serán separados por la gloria de la felicidad.Alas Rotas

El mito global sólo nos empuja a la era de la melancolía. El modelo de la codicia se balancea entre la ira y la codicia; mientras la aldea global es sólo una esperanza ingenua.

La melancolía, como la tristeza, es un sentimiento que mancha. La alegría me parece el don donde nos encontramos.

Definición de melancólico:" el que ve el mundo como es"


La melancolía (del griego clásico μέλας "negro" y χολή "bilis") es un estado anímico de depresión sin causa específica. Se caracteriza por la falta de entusiasmo y predisposición a la actividad en general. Fue reconocida primero como una enfermedad en los siglos V y IV antes de Cristo, detallada en los fragmentos hipocráticos. Consistía en la “aversión a los alimentos; abatimiento; insomnio; irritabilidad e intranquilidad”, causada por “la acción residual de la pena y el miedo.” Hoy en día se cree que lo que se denominaba melancolía es en realidad lo que nosotros llamamos depresión clínica.

El término melancolía viene de la vieja teoría griega de los cuatro humores: las enfermedades eran causadas por un desequilibrio en uno de los cuatro fluidos corporales básicos; de la misma manera, existían cuatro tipos de personalidades, cada una relacionada con un fluido en particular. La melancolía era causada por un exceso de bilis negra. De ahí proviene su nombre: μέλας mélas, "negro", y χολή kholé, "bilis". Una persona naturalmente predispuesta al exceso de bilis negra tendía a la melancolía. (Véase también: sanguíneo, flemático, colérico)
Durante el comienzo del siglo XVII, surgió en Inglaterra un curioso culto a la melancolía. Se creía que ésta era causada por la inseguridad religiosa, consecuencia natural de Reforma inglesa, y el profundo interés de la época por el pecado, la perdición y la salvación.
En la música, el culto a la melancolía está asociado con John Dowland, cuyo lema era "Semper Dowland, semper dolens" ("Siempre Dowland, siempre en pena"). El hombre melancólico, visto por sus contemporáneos como una molestia y un peligro, tiene su máximo exponente en Hamlet, el “danés melancólico”. Otro exponente literario de este clima cultural son los últimos escritos de John Donne, que giran constantemente en torno a la muerte. Sir Thomas Browne, con su Hydriotaphia y Urn Burial, y Jeremy Taylor, autor de Holy Living and Holy Dying son otros escritores representativos cuyos trabajos incluyen numerosas cavilaciones acerca de la muerte. Pero es Robert Burton, con su Anatomy of Melancholy, quien nos brinda el más profundo y completo estudio de este fenómeno. El libro trata la melancolía desde el punto de vista médico y literario.
Un famoso grabado alegórico de Albrecht Dürer se titula Melancolía I; la obra incluye un cuadrado mágico y un cubo truncado, entre otros objetos simbólicos.
Durante el romanticismo se dio un fenómeno similar, aunque no con el mismo nombre, en trabajos tales como Las cuitas del joven Werther, de Goethe.

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