Friday, July 13, 2007

SE ACABÓ EL JUEGO Por Isabel Plant

Para cualquiera que se haya devorado los libros de J. K. Rowling y ya tenga pre comprado el séptimo (¡yo!), las películas nunca van a estar a la altura. Pero La Orden del Fénix da una pelea más que decente. Acá van las tres razones por las que ésta es la mejor película de Potter hasta el momento (o por lo menos empatando).Por Isabel Plant
Adiós a los niños
Una historia más adulta y compleja

3.- Un lente profundo: Manipulación política.
¿Y este quién es?, fue lo que probablemente todos pensamos cuando anunciaron que el británico David Yates iba a dirigir La Orden del Fénix (y ahora la sexta también). Pero cuando está en pantalla, todo encaja. Yates lo hace impecable. Cada director de Harry Potter ha aportado su lente: La saga es un excelente ejemplo de la importancia de la mirada en esta profesión. Chris Columbus lo hizo con mirada de niño juguetón. Es el director de las dos versiones de Mi pobre Angelito y por lo mismo está bien que se haya encargado de las etapas más jóvenes del héroe, en donde lo más importante era conocer el mundo de la magia y jugar Quidditch. Luego vino Alfonso Cuarón, quien le entregó la verdadera magia a la saga: Hizo que lo extraño y sorprendente del mundo de Hogwarts fuera hermoso, normal y coherente, usando colores grises y azules cómo sólo Cuarón sabe hacerlo. Era mi favorita hasta ahora, en parte porque era la más bonita.Con Mike Newell nos pasamos a lo británico. El director de Cuatro Bodas y un Funeral (94) estuvo bien, pero esa película era demasiado larga.La Orden del Fénix es la más corta hasta el momento, lo que significa que le eliminaron mucho texto a las 800 páginas del libro. De hecho, la Orden misma es menos importante que en el libro y eso apesta. A los lectores por supuesto que les va a doler la guata, pero eso es inevitable. Como película, ésta es entretenida, y más que nada, visualmente perfecta. La fotografía a veces parece más de cinta independiente que de mega producción (eso significa enfoque, no menor calidad). Y ahí uno entiende la elección de Yates, más conocido por ser director de tele, ganador de premios por programas sobre poder político y documentales de sexo. Su visión del Ministerio de la Magia, negro, brillante y perturbador, es increíble. Para Yates lo más importante de la historia es la manipulación política en la vuelta de Voldemort, y cómo la burocracia se come Hogwarts. Quizás por eso dejó un pelo botado al héroe, pero se reivindica. Un director adulto para tiempos complejos, en ese Londres que los viles muggles no vemos. Justo a tiempo para el regreso de Voldemort.

2. El Elenco: selección británica.
Uno de los fascinantes aciertos en las películas de Harry Potter fue dejar las actuaciones en manos inglesas: Los actores británicos suelen tener un entrenamiento teatral del que los gringos carecen, y tanta más contención al entregar los parlamentos. En Harry Potter y La Orden del Fénix muchos de los personajes tienen poco rato en pantalla, aunque sean enormes estrellas, y da lo mismo porque ese tiempo les basta.Aunque nuestros tres protagonistas preferidos, Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint lo están haciendo cada vez mejor, son los secundarios los que esta vez se roban la película. Todos liderados por Imelda Staunton en el papel de Dolores Umbridge. Ídola. Si les suena conocida la cara de esta actriz inglesa es por que quizás vieron Vera Drake (04) (y si la vieron, todavía no se reponen). Dolores Umbridge siempre viste de rosado, es funcionaria pública, maestra a la antigua, tiene una risa chillona y apestosa, habla suavecito, y las paredes de su oficina están llenas de cuadros con gatitos. También tiene de esos mantelitos tejidos a crochet, y es mala. De hecho, de los adversarios de Harry esta es la más terrorífica.Vuelve además la grande Maggie Smith, Emma Thompson, Michael Gambon, y mi favorito, Gary Oldman como Sirius Black (levanta una sola ceja, y uno sabe lo que está pensando. Es increíble). Y se suma por un rato fugaz Helena Bonham Carter como la demente y mala Bellatrix Lestrange, mortígafa y prima de Sirius. Por algo ella es la musa y esposa de Tim Burton; si siempre tiene cara de misterio, ahora como loca perversa es terriblemente convincente. Y todo lo que hizo fue reírse más fuerte y despeinarse un poco. Como vemos, una selección británica de primer orden. Es que Harry Potter se ha convertido en algo tan inglés como el té de las cinco de la tarde o el Big Ben.

1.- Harry ahora se afeita: Comienza la pelea.
Pasa con pocas sagas. La mayoría de las historias de aventuras se queda en la anécdota, en la entrega fugaz de emociones y entretención. Pero hay algunas que cruzan el umbral y se convierten en historias épicas.El quinto tomo de Harry Potter, La Orden del Fénix es justamente el libro en que todo cambia: vemos cómo el niño mago acepta su destino y comienza su camino para convertirse en leyenda. Aquí es cuando uno se da cuenta que J.K. Rowling es una gran escritora, porque en él Harry está DEMASIADO adolescente. Es una cosa sutil, una narración que no se quiebra en relación a las cuatro entregas anteriores, sino que crece.En la película este espíritu adolescente de odio constante, yo-ísmo, y auto compasión está menos presente. Lo que más se destaca en cambio, es la soledad de Harry. Recapitulemos: la película/libro anterior termina con el final del torneo de los magos, Cedric Diggory muerto, y ese “que-no-será-nombrado” de vuelta. La cosa es que cuando esta comienza, el Ministerio de la Magia (como toda burocracia que se respete), no está ni ahí con que le vengan a desordenar el gallinero con esto de que el malvado ha vuelto. Harry Potter ya no es un héroe, ahora es un mentiroso. Es el lado oscuro de la fama, el desprestigio de los diarios, la desconfianza de quienes lo rodean. Todo necesario. Un héroe siempre está solo en su camino, y aunque Harry esté flanqueado por Hermione y Ron (que ahora ya empiezan a coquetear), descubrirá que su destino es uno e imposible de compartir, pesado e inexorablemente cercano. Decían que la cuarta película era la más oscura. Pero la verdad es que la quinta le gana: desde ahora en adelante la historia se vuelve más adulta y más compleja. Voldemort ha vuelto. No podía ser de otra manera.

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