Monday, November 12, 2007

Sergio Cancino los vio volver

La mejor forma de sacarme todos los malos recuerdos de 1997.
Aunque pasé susto durante el comienzo con "Juego de seducción", cuando el sonido todavía no se afirmaba. Me contaron que en Andes los rebotes hicieron añicos la noche. Yo estaba en cancha a un costado de la torre central y el sonido era una aplanadora. Con "Imágenes retro" y "Texturas" ya viajaba hacia otra galaxia. En el camino, descubrí que en el fondo nunca me gustó demasiado "Zoom", quizás porque en su momento sentía sucia envidia de las parejas groovy que aparecían en su video. "Final caja negra" sonó como el maremoto acercándose a la playa que es. Felicidad envasada. "Signos" fue el eslabón más débil, porque la percusión sonaba demasiado baja. Durante la tarde, estuve en la prueba de sonido y ensayaron casi 15 minutos ese track específico. Cerati pidió hasta el cansancio que el bombo sonara más "duro". No lo consiguieron. Tras ese punto de quiebre, Soda sólo me regaló (porque esto es TODO personal) una emoción tras otra: "Fue", "En remolinos", "Primavera 0", "Sueles dejarme solo", "En el séptimo día", "Cae el sol" y "Zona de promesas". "Prófugos", una canción que nunca pesqué demasiado, creció dentro de mí gracias a ese ingrediente U2-Simple Minds-arranca-que-te-pillo que late bajo sus estrofas.
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¿Juntarse por plata? Excelente. Son sus canciones, no le roban a nadie. Y fue mejor "Me verás volver" que "Me verás guatear", como sucedió en el 97. ¿Qué fue un show frío? No para mí. Además, las críticas vienen de una prensa más preocupada del jet set que pululaba en el Estadio Nacional que de la música. O escritas usando la cabeza como un revólver: la reseña de El Mercurio hablaba de "Luna roja", melodía que Soda jamás tocó. Esa es la auténtica comunicación si emoción... y sin información.
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Es cierto que Cerati, Alberti y Zeta se veían muy, pero muy felices por separado, metidos en sus instrumentos. Entre ellos había una tenue complicidad. Mejor así que empapelarse en piropos con saliva atravesada. Me parece ridículo andar llorando en cada show de esta gira de bienvenida/despedida. Si en 20 años más el grupo decide reunirse porque quieren que sus nietos los vean sobre un escenario, que lo hagan. Así aprovecho de llevar a mis hijos para que reciban, al menos, una parte de la euforia. "En la ciudad de la furia" no pertenece a nadie en particular, ni siquiera a sus autores, sino a todos quienes la construimos como un himno con cierto significado épico. Sobre todo quienes crecimos en pueblos chicos. ¿Que Soda es una banda de tributo a sí misma? Mejor que lo hagan ellos que otros y con la tecnología adecuada. Porque el escenario que montaron era una maravilla. ¿Que hubo algunas pifias? Obvio, Soda no es Rush. Admitamos que están tocando como nunca. Y el viejo Zeta luce mejor que la mitad de mis jóvenes amigos. Y cuando chico uno quería ser rock star para dar espectáculos como el que vivimos. Para una jornada redonda, nada mejor que "Alive and Kicking" de Simple Minds cuando se prendieron las luces.

Sergio Cancino

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