EN QUE MOMENTO SE JODIO CHILE...

Por Francisco Ortega

Cuando llegó el reggeatón. No lo digo yo, se lo escuché al hijo de 14 años de un amigo. Pendejo lucido, literalmente: "El reggeaton nos hundió papá, el mal gusto ganó la pelea"... No nos quejemos después.
Cuando un diario pone en portada que una mina comio la caca del perro de su ex. ¿Que chucha es esa huevada?
Cuando la camara de diputados vota en contra de una ley contra la desaparición de personas. Es impresentable, inmoral.
Cuando todos se sacan los ojos por el indulto a una Lautarista que ahora... oh sorpresa, mató a un paco a sangre fría. Sean de derecha o izquierda, los huevones son malos y punto. No hay justificación ideológica para matar a una persona. Los milicos no son menos culpables que los que mataron a Jaime Guzmán. Mientras no abramos los ojos a eso, vamos a seguir empantanados en mierda. Y hasta el cogote.
Cuando las farmacias lloran al Vaticano por vender la pildora del día después. Los mismos que se escandalizan por lo perdida que está la juventud, son culpables del mar.
Cuando continuamos escuchando a la iglesia en temas de salud pública y política. Los curas viven bajo la comodidad de sus iglesias. Su misión es velar por la fe y la espiritualidad de las personas, no por la vida sexual. Tema del que no tienen idea. O si, pero desde una perspectiva bien disvirtuada... y por qué no decirlo, desgenerada.
Cuando nos pusimos siúticos... "que deliciosa es la torta tres leches". Que manera más cursi de llamar a la tradicional torta de crema chilena. Y si, parece una tontera, pero no lo es. Somos cursis y picantes, pésima combinación.
Y tambien somos quejones. Este posteo inutil es la prueba, con titulo copión a Vargas Llosa (a prop, que titánica es Conversación en la Catedral)