Saturday, September 26, 2009

Jim Jarmusch: "Me encantan las palabras, pero creo que hablamos demasiado"
El cineasta explicó las razones de que en su última película casi no exista la comunicación verbal.

Jim Jarmusch ya se encuentra en España para filmar su próxima película, ''Los límites del control''.


SAN SEBASTIÁN.EFE- La piedra angular del cine independiente americano, Jim Jarmusch, viajó a España para rodar "Los límites del control", una película en la que la palabra casi desaparece y que presentó hoy en el Festival Internacional de San Sebastián, en la sección Zabaltegi Perlas.

"Me encantan los idiomas, la literatura y la poesía como abstracción de la palabra. Pero creo que hablamos demasiado. Yo mismo hablo demasiado", explica en una entrevista con la prensa española.

"La gente que no habla mucho suele decir cosas interesantes cuando lo hace. Es algo que me gusta mucho y que está presente en la cultura samurái", se justifica.

Cuatro años después del periplo lleno de brillantes diálogos en "Flores rotas" y de un proyecto frustrado, en "Los límites del control", en la que aparecen fugazmente Bill Murray, Tilda Swinton o John Hurt, habla de no hablar, al menos si no es necesario.

De paso, Jarmusch se regodea en las posibilidades cinematográficas que le dan algunos parajes de ciudades españolas, como Madrid, Sevilla o Almería, captadas con la sensibilidad fotográfica de Christopher Doyle, colaborador habitual de Wong Kar Wai.

"Los límites del control" recupera, en cierta forma, el hilo de "Ghost Dog", por tomar un personaje silencioso e implacable, aunque esta vez sigue los códigos samuráis "de una manera más metafórica, más filosófica y física".

Sigue fascinándole la rectitud del observador y la mesura en los actos. Y así, el protagonista "de alguna manera es un hombre muy centrado en un comportamiento de guerrero", resume.

Mientras lleva a cabo su enigmática misión, no fuma, no practica sexo y toma siempre su café solo en tazas separadas. Para este personaje sin diálogos, contó de nuevo con el actor francés nacido en Costa de Marfil Isaach de Bankolé, con el que ya trabajó en "Café y cigarrillos" o "Noche en la Tierra".

"A mí me gusta estar solo, pero eso no significa que sea una persona solitaria", se defiende el realizador de "Bajo el peso de la ley". "Pero quizá por eso, me gusta crear personajes fuera de lo normal".

"Los límites del control" tampoco es una película normal. Es desconcertante incluso dentro de las coordenadas atípicas del universo de Jarmusch. "No trato de analizar su significado ni de responderme muchas preguntas".

"¿Cómo has llegado hasta aquí?", pregunta Murray al protagonista en la película, a lo que De Bankolé responde: "Usando mi imaginación". A la hora de realizar la película, Jarmusch parece seguir esa premisa y olvidarse de la lógica.

"He crecido en mi vida con figuras de autoridad, como mi padre, mis profesores o la policía. Ellos me decían: ’tú no entiendes cómo es el mundo’. Pero creo que mi imaginación es tan válida como la suya", aseguró.

"Los límites del control" es, según esto, una oda a hacer lo que a uno le venga en gana. Su protagonista se dedica a recibir instrucciones durante toda la película de distintos personajes, a los que decide no hacer caso.

También se llena de discursos cargados de significados misteriosos, como pinceladas puntuales de relato que tampoco tendrán relevancia alguna a pesar de su poesía como pasajes autónomos.

Y así, "Los límites del control" transcurre, paradójicamente por el más absoluto descontrol. Nada conduce a nada. El espectador debe imaginarse también esa intriga que se mueve por los raíles de lo inexistente, y eso ha dividido las opiniones respecto a la película.

"Es una celebración del artificio en el cine", concluye el cineasta, que estrenará en España el 2 de octubre su película.

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