Expertos estiman que terremoto en Chile fue un "megasismo"
Según los científicos, el movimiento telúrico de hoy fue similar al que se registró en el Océano Índico en 2004 y generó un tsunami devastador.AP Sábado 27 de Febrero de 2010 17:08 Imagen del terremoto que afectó a Valdivia en 1960, el más fuerte que se ha registrado hasta ahora.
LOS ANGELES.- El terremoto que esta madrugada afectó la zona centro-sur de Chile fue un "megasismo", similar al movimiento telúrico del Océano Índico en 2004 que generó un maremoto catastrófico, según los científicos.
Los megasismos se producen en zonas de subducción, donde se juntan placas convergentes de la corteza terrestre y una se hunde bajo la otra. El terremoto de hoy se produjo cuando la plaza de Nazca se deslizó bajo la placa de Sudamérica, con una generación colosal de energía.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, 13 temblores de magnitud 7 o más han sacudido la costa de Chile desde 1973.
El sismo de hoy se produjo unos 225 kilómetros al norte del terremoto más fuerte que se haya registrado: el gran terremoto chileno de 1960, de magnitud 9,5, que mató a unas 1.600 personas y generó un tsunami que causó unas 200 muertes en Japón, Hawai y Filipinas.
Escala de Richter: La mide el sismógrafo: Causa y energía liberada
Escala de Mercalli: Medición subjetiva del 1 al 12 y se concentra en los efectos visibles del sismo.
Escala sismológica de Mercalli
La Escala de Mercalli es una escala de 12 puntos desarrollada para evaluar la intensidad de los terremotos a través de los efectos y daños causados a distintas estructuras. Debe su nombre al físico italiano Giuseppe Mercalli.
Los niveles bajos de la escala están asociados por la forma en que las personas sienten el temblor, mientras que los grados más altos se relacionan con el daño estructural observado.Esta escala de intensidad fue creada por el vulcanólogo italiano Giuseppe Mercalli un domingo por la mañana de 1883 y revisada en 1902, siendo expandida a doce grados por el alemán August Heinrich Sieberg y es la escala sismológica adecuada para medir la energía y no los efectos o intensidad por donde se había orientado la idea de Mercalli. Esta idea permite saber cuanto daño causa un terremoto.
La escala sismológica de Richter, también conocida como escala de magnitud local (ML), es una escala logarítmica arbitraria que asigna un número para cuantificar el efecto de un terremoto, denominada así en honor del sismólogo estadounidense Charles Richter (1900-1985).
El mundo.es
El terremoto de Chile ha puesto de actualidad las dos escalas más famosas para medir los seísmos. Una es la escala de Richter, que es un sistema científico que mide la energía liberada por el seísmo en su epicentro. Es un medida física. En el caso del seísmo chileno, se ha fijado en 8,8 grados de Richter. El máximo alcanzado por un terremoto en la escala de Richer, o sea la mayor energía liberada en la historia, fue medida en el cataclismo de Valdivia (Chile) el 22 de mayo de 1960: 9,6 grados de Richter.
Sin embargo, los seísmos se sienten a kilómetros de distancia, pero como en esos lugares no se puede calcular la energía, los periodistas y los expertos utilizan la escala de Mercalli, también conocida como escala subjetiva que es una escala de 1 al 12 en los que cada punto se establece a partir de los daños y efectos visibles del seísmo. Así el grado 1 señala que el seísmo es casi «imperceptible», mientras que el grado 12 establece que «la destrucción es total con pocos sobrevivientes. Los objetos saltan al aire. Los niveles y perspectivas quedan distorsionadas».
La Ley de Gutenberg-Ritcher (1958) es una fórmula que permite cuantificar la relación Frecuencia - Magnitud de la actividad sísmica de una región.
Sismología
El idioma que habla este planeta jamás lo entenderemos. A veces tengo la impresión, más bien la certeza (con hechos que se repiten una y otra vez), que este planeta no los quiere acá. La naturaleza indiferente,(este no es un gran descubrimiento), le da lo mismo que vivamos o estemos muertos, pero si ella puede quitarnos del camino, lo hace gustosa y con una sonrisa en la cara. Para tapar esa verdad inventamos términos inútiles como la tributo a la Pachamama, la caprichosa madre naturaleza, cuidemos el medioambiente, desarrollo sustentable y todas esas huevadas. Terremotos varios, tsunamis por aquí y por allá, huracanes hambrientos, tornados más nefastos y fuertes que nunca en gringolandia, aluviones nunca vistos en Machu Picchu, la lluvia que deja buceando a Buenos Aires, olas de frío y calor realmente infames. Este cuerpo celeste que habitamos definitivamente ya no nos quiere aquí y de una forma críptica, torcida y violenta nos está diciendo: ¡¡¡Váyanse!!!.
Sí, quizás eso es lo único que le entiendo a este planeta. Nos dice todos los días que somos pequeños, muy pequeños. Pequeñitos.
Si eres chileno y no te acostumbras a los temblores o adoptas una postura psicológica ante éstos, pienso que eres un completo idiota. Yo ya estoy curado de espanto. Este año me tocó vivir por primera vez un enjambre sísmico. Me explico: En un día, aproximadamente 200 temblores, sólo que el ser humano se da cuenta de algunos pocos. Yo por lo menos creo que fueron 30 perceptibles de 4 a 5 grados cada uno. Yo estaba completamente extasiado. Era como si las fuerzas de la naturaleza tuvieran algo contra Atacama. Fue un día domingo y estaba de descanso. No quería saber que pasaba. Estaba en mi pieza desconectado y viendo como temblaba todo cada quince minutos. Como a las 7 de la tarde fue el más fuerte, como de 6 grados, y debo reconocer que reía de felicidad, era maravilloso. No sabía nada, sin embargo parecía como cuando cabro chico e iba a las atracciones mecánicas y para mí era el cielo ¿Qué estaba pasando?. ¿Corea del norte había lanzado una bomba atómica en Washington mientras la familia Bush tomaba su conservador desayuno? ¿Bin laden atacaba él mismo con una bomba atómica pegada a su pecho Wall Street? ¿El mundo estaba a punto de explotar? ¿Ahora si se acabaría para siempre?.
A mí en lo personal, en cualquier temblor, me gusta observar el fenómeno. Me gusta mirar como se mueve nuestro mundo, las cosas, es como si el mundo te dijera “Estoy vivo malditos, no me hueveen” y me siento como lo que somos, meras hormigas en un planeta en constante movimiento.
A lo que le temo en realidad, es a los malditos histéricos que le temen a los temblores. De esos me cuido y existen de diferentes clases. Los que tratan de tapar su nerviosismo y miedo tratando de calmar a los demás, lo que tiran tallas forzadas y falsas para desviar la atención, los que simplemente empalidecen y cambian su forma de ser o los que derechamente arrancan a perderse. Creo que hay que guardar silencio y mantener la sangre fría y sobre todo, pensar y razonar lo que está pasando. Y si eres como yo, disfrutarlo callado.
Creo que uno conoce verdaderamente a una persona de acuerdo a cómo actúa ante diferentes fenómenos. Ante una pelea, ante un temblor, ante ciertas cosas que lo ponen en peligro. Tiendo a confiar más en una persona que no le tiene miedo a los temblores. Esto es un asunto de lógica, de conocimiento.
Chile es ignorante en todo lo que le concierne, país de montañas, pero muy pocos saben algo de montañismo, un mar tranquilo nos baña pero en cocina somos pelmazos y para que decir en recursos marítimos. Por lo mismo, uno de los países con más temblores en el mundo y la gallá no cacha una. País lleno de grietas y escombros. Se nos mueve siempre el piso. Somos un país tembloroso, y eso ha pasado ser parte de nuestra biología, de nuestra fisiología. Construyendo siempre sobre ruinas y cadáveres.
Los temblores son un chileno más. Son parte de nuestra realidad. Lo raro en Chile es que no tiemble. Me gustan los temblores, me entretienen. La tierra diciéndonos: estoy viva. Los temblores en Chile son como ese amigo que nunca nos gusta cuando llega, pero está ahí, aperece y siempre aparecerá.
Todas las regiones tienen por lo menos un terremoto y si no, pues ellos se lo pierden. En la región de Atacama, fue el año 1922. Mis dos bisabuelas, María y Patrocinia lo vivieron, y me acuerdo que cuando lo contaban y yo era chico, recalcaban que fue terrible. Estoy consciente que un terremoto puede ser algo completamente nefasto, pero también el mar, el fuego, un accidente en auto, o que te atropelle en la esquina de tu casa un bus ciego. Es un asunto de cómo ves las cosas. Me niego a ser paranoico. Me niego a ser un miedoso.
Quizás no diría lo mismo si me encuentra uno en un ascensor o en un edificio de 20 pisos..pero bueno...
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