"El conocimiento es la pesadilla de la naturaleza".
"El deseo de morir era la único que me importaba; por ello he sacrificado todo, aun la muerte".
"Soy un simple accidente; ¿Por qué tomármelo todo tan en serio?"
Nota: Después de que su madre le dijo que si hubiera sabido que iba a ser tan infeliz hubiera abortado.
"No tengo nacionalidad... el mejor estatus posible para un intelectual."
"Existe en la estupidez una gravedad que, mejor orientada, podría multiplicar el número de obras maestras."
"No hay negador que no esté sediento de algún catastrófico sí."
"Sólo los espíritus superficiales abordan las ideas con delicadeza."
"Misterio, palabra de la que nos servimos para engañar a los demás, para hacerles creer que somos más profundos que ellos."
"El talento es el medio más seguro de falsearlo todo, de deformar las cosas y de equivocarse acerca de uno mismo. Sólo poseen una existencia verdadera aquellos a quienes la naturaleza no ha abrumado con ningún don. Sería por ello difícil de imaginar un universo más falso que el universo literario, o un hombre más desprovisto de realidad que el hombre de letras."
"En este gran dormitorio, como llama un texto taoísta al universo, la pesadilla es la única forma de lucidez."
"Nada delata tanto al vulgar como su temor a ser decepcionado."
"¿Quién abusaría de la sexualidad sin la esperanza de perder en ella la razón algo más de un segundo, para el resto de sus días?"
"¿El final de la historia, el fin del hombre?, ¿es serio pensar en ello? Son sucesos lejanos que la Ansiedad -ávida de desastres inminentes- desea a toda costa precipitar."
Breviario de los vencidos
No puede concebirse la fuerza sin la enfermedad. No en vano los hombres más peligrosos son los que tienen una salud precaria. El carro de la historia está guiado por hombres que se buscan constantemente el pulso.
La vida dura lo mismo que nuestros estremecimientos. Sin ellos, es polvo vital.
Elevemos lo que se ve al rango de alucinación, lo que se oye, al nivel de la música.
Tal y como la Nada se vuelve Dios mediante la oración, de igual forma la apariencia se torna naturaleza gracias a la expresion...
...Arrancaré una nada embriagadora de todas las floraciones y me haré de las corolas de los campos un lecho donde dormir. Y ya no huiré a las estrellas ni me refugiaré en lejanías lunares.
El nirvana estético del mundo: alcanzar lo supremo en medio de supremas apariencias. Ser nada y todo en la espuma de lo inmediato.
Deja de vigilar a tu alma; ¡mírala cómo sale de estampida al cielo!... Al menor descuido, envuelta en llamas, se suelta y se va hacia otros mundos. ¿De dónde vendrá esa súbita llamarada que la arroja al destierro en parajes celestiales mientras tú te quedas aquí, como victima junto a un cuerpo abandonado?
No soporto otro absoluto salvo mi accidente. Dado que soy, la ilusión de mi existencia me parece mi sentido supremo. No voy a enmendar nada de este acontecimiento.
Despues de haber inventado mundos y haberlos perdido por los espacios, de pronto se da uno cuenta de que anhela algo que fuera (el Yo) una sombra de ser en medio de una ausencia general de existencia.
Las religiones me enseñaron la senda de la felicidad, a costa mía. Pero la ilusión de estar aquí es más estimulante que la serenidad de no estar en ninguna parte, de estar en los cielos.
Pero en el espíritu, al que lo infinito dotó de alas, el sueño es más real que todas las verdades. El mundo no es; se crea cada vez que el estremecimiento de un principio atiza las ascuas de nuestra alma. El yo es un promontorio en la nada que sueña con un espectáculo de realidad.
Un instante de lucidez, sólo uno; y las redes de lo real vulgar se habrán roto para que podamos ver lo que somos: ilusiones de nuestro propio pensamiento.
Es dificil de precisar la fecha en que las iglesias llegarán a ser simples monumentos y el día en que las cruces, purificadas del simbolo de la sangre judaica, sonreiran inutilmente a la curiosidad estética. Hasta entonces, no tendremos más remedio que soportar en los retornos del alma el solplo sofocante de la fe.
Siempre que el cristianismo suscita mis dudas, una adversidad dolorosa ocupa el lugar del fasto esceptico y de los armas embriagadores. Me impide respirar. Huele a viejo. Me sofoco.
El catolicismo, judaismo latino, salpico de un hollin indeleble la exuberancia del Mediterraneo. ¿Cómo pudo <
El deseo de desaparecer, porque las cosas desaparecen, emponzoño tan atrozmente mi sed de ser que, en medio de los resplandores del tiempo, el aliento se apagaba y el ocaso de las naturaleza me envolvía con multitud de sombras. Y como veía el tiempo en todas las cosas, esperaba salvarlas del tiempo.
La necesidad de convertir a los seres en eternos por medio de la adoración, la premura por elevarlos, por exceso de corazón, de su destrucción natural me parecía la única labor apreciable.
He servido en mi vida a muchos amos y he esculpido mi imagen de cada momento. Si las cosas extintas supiesen cúanto las he amado se procurarían un alma sólo para llorarme.
Afronta el instante con valor, se implacable con tu fatiga, no son los hombres quienes te revelaran los arcanos que yacen en tu ignorancia. Es el mundo el que se enconde en ella. Basta con que escuches en silencio y lo oiras todo. No existen ni verdad ni error, ni objeto ni figuración. Presta oidos al mundo que yace en algún rincón de ti mismo y que no precisa mostrarse para ser. Todo existe en ti, incluso espacio de sobra para los continentes del espíritu... El ser es un jamás absoluto.
No puedo reconciliarme conmigo mismo, con los otros, con las cosas. Ni siquiera con Dios. Con él de ninguna manera.
Sin que nosotros podamos impedirlo, el velo que recubre ese espectáculo llamado vida se desgarra en miríadas de copos ilusorios y, de todo cuanto se desarrollaba ante nuestros ojos, no quedan ya ni tan siquiera las sombras de una quimérica realidad.
Sin embargo, tú sigue tu camino y, como un sol esceptico, ilumínalo con los rayos de tu cólera pensadora.
Cuanto más aprendo a deleitarme en una ausencia de razones de ser o a actuar sin niguna utilidad como no sea hacer más llevadero el tedio, más hombre soy. Labrador en el Sahara, ésa es su dignidad. Un animal que puede sufrir por lo que no es. He ahí al hombre.
La vida es un subterfugio de la locura y el que cae en sus redes marcha por un camino abierto por su propia sangre.
Amar apasionadamente la vida, y luego deambular implorándote compasion a ti mismo por la ausencia ilimitada nacida de tu vacío, infame jardinero de la nada, sembrador de violetas y de pus...
Adiós a la filosofía
Nuestras verdades no valen más que las de nuestros antepasados. Tras haber sustituido sus mitos y sus símbolos por conceptos, nos creemos más “avanzados”; pero esos mitos y esos símbolos no expresan menos que nuestros conceptos. El Árbol de la Vida, la Serpiente, Eva y el Paraíso, significan tanto como: Vida, Conocimiento, Tentación, Inconsciente. Las configuraciones concretas del mal y del bien en la mitología van tal lejos como el Mal y el Bien de la ética. El Saber -en lo que tiene de profundo- no cambia nunca: sólo su decorado varía. Prosigue el amor sin Venus, la guerra sin Marte, y, si los dioses no intervienen ya en los acontecimientos, no por ello tales acontecimientos son más explicables ni menos desconcertantes: solamente, una retahíla de fórmulas reemplaza la pompa de las antiguas leyendas, sin que por ello las constantes de la vida humana se encuentren modificadas, pues la ciencia no las capta más íntimamente que los relatos poéticos. (de "El decorado del saber")
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