Episódicos versus narrativos
Leí una novela para divertirme y, por leer la última página, la de los agradecimientos, todo se me ha complicado. Al final de Let the Northern Lights Erase Your Name, Vendela Vida reconoce que hubo un ensayo clave que, de alguna manera, la inspiró a que ella escribiera esta novela limpia, llena de aire frío y de búsqueda frenética. Obviamente, me obsesioné con el ensayo y, justo cuando lo estaba googleando, me encontré con Podcast donde entrevistaban a la Vendela. El asunto es que entré optimista y ansioso en Vendelalandia, y al captar que ella, tal como yo, tiene una suerte de obsesión con Finlandia, sentí que podía confiar plenamente en ella.
No sé si algún día su novela llegue al español, pero a lo que quiero llegar es al ensayo. Al famoso ensayo que bajé de la red y que leí fascinado y que no ha parado de taladrar mi mente. Tal como le sucedió a ella. Tanto que, en Podcasts como en entrevistas, ella ha declarado que su novela es una respuesta a este ensayo y que, si bien no tolera los libros inmensos y ordenados y en orden secuencial, narrativos en el sentido clásico, y que sin duda su novela tiene algo episódico, al final del día ella ha llegado a la conclusión de que, tal como su extraviada y ansiosa protagonista, ella también es una persona "narrativa".
¿De qué estamos hablando?
Según el filósofo Galen Strawson y su ensayo Against Narrativity ("Contra la narración"; suena muy Sontag), hay gente que ve la vida como si fuera una historia (los "narrativos") y gente que siente que las historias no tienen importancia alguna, que lo importante es lo que uno es y lo que uno es no es más que su presente. Esta gente sería "episódica".
Llevado esto a los libros, todo puede ocurrir. Gente "episódica" puede producir libros "narrativos" y viceversa. Estructuralmente, la novela de Vendela Vida es bastante episódica pero, al final, tanto ella como Clarissa, su protagonista, se declaran narrativas en el sentido profundo del término: ambas creen que uno es el resultado de su pasado. Que existen, por así decirlo, tres actos. Que al final uno es una autobiografía con piernas. Que al final todos nos creemos el protagonista de nuestra historia, sea esta mala, buena o no dé ni para un escuálido cuento de taller.
Vendela Vida se quedó pensando en aquellas personas que "ven su pasado desligado de su presente", algo que ella personalmente no puede, aunque entiende a aquellos que se niegan a ser víctimas de su pasado. Es esta gente la que no quiere comulgar con la idea de que somos una historia y que esta historia puede tener un mal comienzo o, peor aún, un mal final. ¿Por qué la gente sin historias devora historias? La mayoría cree que porque es lo natural, lo sano, porque sanan. Strawson cree que porque son unos cobardes.
Strawson provoca y ésa es la idea. Entiende que casi todo el mundo, creativos o no, son narrativos y el mundo se ha construido desde el punto de vista de los "narrativos" y los historiadores que, por cierto, están en contra de los "episódicos". Pero Strawson declara que las novelas narradas, así en orden, ya lo están colmando porque, entre otras cosas, si bien como ser humano sabe que tiene un pasado y lo más probable que un futuro, él se ve a sí mismo como un "episódico". Sostiene que no es el único. Analiza muchos autores y entre los que considera esencialmente episódicos están Montaigne, Stendhal, Ford Madox Ford, Virginia Woolf, Borges, Pessoa, Iris Murdoch, Bob Dylan, Emily Dickinson y, para sorpresa de todos, Mr. Pasado propiamente tal, Marcel Proust.
Declararse "episódico" es fácil, pero llevarlo a la práctica es otra cosa. Strawson dice: No me consta que el que estuvo allá en el pasado fui yo. No creo que la persona que existe hoy tenga nada que ver con la persona que fui en el pasado.
Ya sabemos: el pasado es como un país extranjero.
Strawson dice que su presente es el presente y que la gente que escribe novelas donde el pasado es tan importante está casi al nivel de la autoayuda. "Si es que mi vida y yo mismo me interesan, me interesan por el hoy. El hoy altera tanto mi vida como el pasado".
En dos o tres líneas, Strawson desecha casi toda la base de nuestra narrativa. El pasado es pasado, y está sobrevalorado. "Episódicos" versus "narrativos". Quién lo hubiera dicho. Casi todos mis héroes son narrativos, pero algo me pasó con Ford que me hace cuestionar hasta qué punto yo mismo me siento narrativo y hasta qué punto me siento pro-narrativo a la hora de leer. La no-ficción, que tanto me gusta, curiosamente, tiende a ser aún más narrativa porque casi todos los libros "reales" parten su historia en eso que se llama el "pasado".
Joan Didion, quizás mi nueva escritora favorita, tiene una frase en uno de sus ensayos que ahora utilizaron para titular sus obras completas: We Tell Ourselves Stories in Order to Live. Es decir, nos contamos historias para vivir. Para ordenarnos. Para entender, tener perspectiva, para procesarlo todo. Cito a la Didion: "Interpretamos lo que vemos, seleccionamos aquellas opciones que son las más manejables. Si somos escritores, vivimos sólo si esa vida vale la pena contarla...".
Strawson se reiría.
Saturday, March 31, 2007
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