Monday, August 18, 2008

Todos los rezos son aceptados

Pedro León Gallo se baja de la nave en un traje parecido al de un astronauta, pero fluorescente y con el visor de la cabeza negro polarizado. ¿Quién viene conmigo?, señala. Atrás de León Gallo se encuentra una persona con aspecto de árabe, palestino, más bien. "Se parece a Jesús", salta mi inconciente. Las personas elegidas nos miramos y comenzamos a avanzar lento. Todos ya sabíamos que eramos una creación de fuerzas oscuras, proveníamos de la oscuridad, por eso ansíabamos la luz. Obsesionados con ser la llama, nos adentramos en esa cascada blanca.
León Gallo avanza furioso al sur, lo seguimos. La tierra está 10 veces más caliente que en el 2012, aquel año infame en que todo se nos fue de las manos. La comitiva es comandada además por un lúcido Oriel Alvarez, por José Joaquín Vallejo, Juan Godoy y el indio Colipi. Estoy nervioso. Estoy cansado, impreciso y demasiado ansioso. ¿Cuál entonces es la idea? ¿Para qué volví de la muerte? El hombre con aspecto árabe era Juan Godoy. Todo era una ilusión...todo. Nietzsche tenía razón. Todo es un retorno etorno, el hombre es un eterno retorno.

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