Saturday, January 17, 2009

Woody Allen y la felicidad de la no-felicidad
Vicky Cristina Barcelona cierra el festival Wikén: Cine Bajo las Estrellas. No sé cuando se estrene, espero que pronto. En un viaje la pude ver y me gustó bastante. A pesar que tiene algo de placement (en este caso, Barclona pagó el rodaje y Barcelona se luce), la verdad es que la historia funciona de una manera deliciosa. El guión es impresionantemente económico, con una extraña y certera narración en off en tercera persona. Allen, de nuevo, está nominado a mejor guión por el sindicato de guionistas.
VCB no es quizás gran arte pero es una gran comedia, liviana, veraniega, perfecta. Es mucho mejor de lo que parece: una cinta menor que igual toca temas. Penelope Cruz sorprende pero, la verdad, es que la sorpresa es la preciosamente atractiva e inteligente Rebecca Hall que tb está, en un rol bastante menos importante, en Frost/Nixon.
En el último Wikén, Paula Escobar entrevistó a Woody Allen y lo hizo hablar más de la vida que el cine. Aquí van algunas de sus visiones acerca de uno de sus grandes temas: la búsqueda de la felicidad.
La pasión según Woody
POR PAULA ESCOBAR CHAVARRÍA
–El amor romántico y su búsqueda es uno de los temas de sus películas y, por cierto, de ésta. ¿Como diría que ha ido evolucionando en usted esta idea?
“Bueno, cuando era más joven tenía un sentimiento más idealista en este sentido: pensaba (que el amor romántico) era posible… Luego, por un tiempo, pensé que no era tan posible. Y después empecé a darme cuenta de que la misma cosa que lo hace romántico es la que no es posible’.
–¿Cómo?
“Cuando dos personas tienen éxito en su relación y se casan, entonces ya deja de ser romántico, empieza a ser otra cosa. Desarrollan una relación diferente, que es agradable: tienen hijos, un hogar adorable, tienen una vida juntos, pero eso no es romántico. No es lo mismo que cuando un hombre está persiguiendo a una mujer y hay dificultades’.
–Comparando esta cinta con otros personajes femeninos suyos, como los de “Annie Hall” y “Hannah y sus hermanas”, estas mujeres parecen más libres, pero más aburridas o solas…
Bueno, es que es una historia triste, en ese sentido. Scarlett (Cristina) está buscando algo que nunca va a encontrar…Y Rebecca (Vicky) está demasiado asustada para hacer algo, excepto vivir una vida segura y agradable, convencional y aburrida. Los personajes de Penélope y Javier no pueden vivir el uno sin el otro, pero tampoco juntos… y en la película nadie es realmente feliz. Todos están perdidos’.
–Es una mirada pesimista a las relaciones de pareja, ¿no?
“No, yo la encuentro realista. Las relaciones son difíciles. Y ciertamente no hacen por ti lo que fantaseas que harán, o lo que esperarías, como cambiar tu vida mágicamente. Pero (los vínculos) tienen mucho valor, sin duda. Probablemente el valor de la cinta está en Vicky. Ella se casará, tendrá hijos. No será lo más excitante del mundo, no hará las cosas locas que hacen Penélope y Scarlett, pero será estable…’.
–¿Cuál personaje le gusta más: Vicky, Cristina o Penélope?
“Desde afuera, como outsider, me siento atraído por los personajes de Scarlett y Penélope. Desde afuera. Pero como persona me identifico más con Rebecca’.
–¿Por qué?
“Porque soy así: clase media, con miedo a gastar…más racional. Siempre me sentí más cómodo con el personaje de Rebecca, porque las otras dos mujeres son más excitantes, pero me asustan.
–Usted dice que la felicidad es imposible, y que lo único a lo que podemos aspirar es a la distracción, ¿es así?
“Sí, yo lo siento de esa manera, y puede pensarse que es pesimista, pero yo lo pienso como realista. Vivimos en una situación terrible, en la que las personas no saben por qué están vivas, tienen vidas cortas y difíciles, llenas de dolor, pena y, si tienen suerte y no tienen tanto dolor o miseria, su vida igual terminará y la de la gente que quieren, también. Siempre es perder. Es como estar en Las Vegas y apostar contra la casa: puedes tener un par de buenos momentos, pero finalmente vas a perder tu dinero si te quedas el suficiente tiempo. Entonces, creo que la condición humana es de mucha infelicidad. Pero hay momentos en que estás distraído de eso. Cuando tu esposa tiene un hijo, estás muy contento, o algo sucede y tienes momentos placenteros, pero eso pasa, y vuelves al monótono trajín diario, que es muy duro y miserable para la mayoría de las personas…’.

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