Saturday, December 06, 2008

Imágenes de la prohibición Por Héctor Soto

Cuando el puritanismo se sintió con la fuerza suficiente de imponer la Ley Seca en los Estados Unidos, las fronteras entre buenos y malos se corrieron y actividades que habían sido históricamente lícitas pasaron a la clandestinidad. La gran ironía es que la norma no devino en un mundo más sano y mejor. Nunca los Estados Unidos fue más peligroso, disociado e hipócrita que durante la prohibición. El triunfo que representó un país sin alcohol para la conciencia puritana -conciencia que H.L. Mencken definía como el miserable temor a que alguien, en algún lugar, pueda estar siendo feliz- fue por lo mismo pírrico. América siguió tomando lo mismo y nunca el crimen organizado se infiltró tanto en la policía, la política y los negocios.

Qué le han dicho al cine: en lo que tiene de acto fundacional y de proyecto histórico, EEUU es básicamente una invención de Hollywood. Lo concreto es que la industria cinematográfica ha sido capaz de sacar mitos y acuñar iconos de cada momento histórico con la misma efectividad que la minería extractiva opera sobre una veta imprevista y generosa.

Como el asesino al lugar del crimen, la industria audiovisual gringa vuelve una y otra vez a los años de la prohibición. Scorsese y Brian de Palma de ahí no se han movido y le están dando la bienvenida a Michael Mann. No es que reivindiquen esa época por pura nostalgia. Lo hacen porque esos años -con su rapacidad y sus oscuridades, con sus delincuencias y desafueros- hicieron patente mejor que otros algunos de los insumos que se utilizaron en la construcción de América. Y siguen ahí, en el skyline de la imaginación, de los deseos y de las ciudades.

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