Tuesday, September 16, 2008

Bendito autoplagio

Metallica
Death magnetic
That was just your life

Qué incierto se veía el futuro de la quizás sea la banda de metal más popular del planeta en cualquiera de sus corrientes (con perdón de los fanáticos de la doncella). Y claro, después del fiasco absoluto de “St. Anger”, disco que mostró la decadencia del otrora glorioso conjunto. No obstante, desde aquella época, particularmente en sus presentaciones en vivo, Metallica daba pistas pequeñas de querer retomar sus días de gloria. Para eso tuvo que llegar el productor Rick Rubin y decirles el cliché máximo: “Toquen como cuando querían obtener un contrato”. Y aún sin esta arenga “Death Magnetic”, el nuevo trabajo de los metaleros de San Francisco, no podría haber sido de otra forma: un lacerante regreso a lo que Ülrich, Hammett y Hetfield siempre han hecho: un thrash duro, acelerado y que el nuevo bajista Robert Trujillo (proveniente de la banda de Ozzy), recibe como algo propio para darle mayor poder.

Es cosa de escuchar los primeros segundos de ‘That was your life’, que de inmediato trae sonidos clásicos de Metallica. Y gracias a Rick Rubin, la batería de Lars Ülrich suena como debe: definida, aguerrida pero al mismo tiempo pulcra. Los riffs de Hetfield y Hammett, quien en este disco vuelve a demostrar por qué es uno de los mejores guitarristas del orbe, arrasan. Y Trujillo, con una base demoledora, completa la ecuación en el primer derechazo a la mandíbula de “Death Magnetic”. La violencia continúa con ‘The end of the line’, que además de fuerza agrega un irresistible riff que hace tiempo no se le escuchaba al grupo, en otro impresionante momento del disco. Las pulsaciones siguen en un crescendo impresionante cuando Metallica descarga toda su furia con ‘Broken, beat & scarred’, un golpe a directo, con guitarras llenas de ganchos a pesar de lo machacante de sus riffs. Sin duda es el Metallica que queríamos escuchar.

Si los primeros temas recordaban al Metallica primitivo y visceral, ‘The day that never comes’ evoca al grupo que lanzó un álbum negro, con una tenue serpiente gris en su carátula. Un potencial sencillo sin discusión, uno de esos cortes épicos que gustan tanto al fanático como al auditor casual. De la misma manera, ‘All nightmare long’ engatusa hasta al más incrédulo y la poderosa y moderna ‘Cyanide’ muestra cómo debió haber sido la verdadera evolución de la banda. Y si alguien extrañaba la presencia de algún clásico, la tercera versión de “Unforgiven” no se desperdicia, pero sí pone un punto bajo momentáneo a un trabajo que regresa al alto vuelo con los últimos cortes: ‘The Judas kiss’, ‘Suicide & redemption’ y el increíble cierre de ‘My Apocalypse’. Metallica, cual elefante dormido, despertó y arrasa todo a su paso con un notable “Death Magnetic”. Imperdible.

—Felipe Kraljevich M


www.metallica.com

The day that never comes




We have returned motherfuckers

Yo siempre he sido seguidor de Metallica. De cabro chico y a pesar que nunca les di la espalda, con Death Magnetic vuelven a sus mejores tiempos.

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