Tuesday, September 09, 2008

Aquel misterioso periodista con aspecto de libanés que se mueve trabajando en distintos diarios del Desierto de Atacama en Chile. Seguidor amateur de la astronomía, tiene un misterioso tatuaje en su brazo que se mira regularmente cuando está solo en su pieza de pensión: SYNCO.
No hay que ser muy astuto, o tal vez sí, para darse cuenta que se trae algo entre manos. Sabe algo, nadie sabe qué, pero sabe algo que ocurrió entre 1973 y 1978

(Según las investigaciones que me entregó un viejo minero e historiador, su nombre y apellido fueron las dos últimas palabras que dijo Pedro León Gallo antes de morir y es el mismo nombre de un personaje secundario de aquel perdido libro de Borges encontrado en una vieja hacienda en Catamarca, norte de Argentina.). Todavía no puedo establecer la maldita relación. Estamos en eso

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