Tuesday, June 10, 2008

Feisbuk

Unos dicen que invade la privacidad, que exacerba el voyerismo. Pero a otros les ha servido para reencontrarse con personas que fueron importantes en sus vidas y que no vieron nunca más. Para estos, es el invento má spotente de comunicación virtual después del e-mail.

A estas alturas, es difícil que Facebook suene como una palabra rara. Sólo el año pasado se contabilizaron 19 millones de miembros en todo el mundo. Y Chile -según la información que proporciona el consultor informático del Centro de Investigación de la Web de la Universidad de Chile y del Laboratorio de Yahoo! Research, Javier Velasco, en su blog (mantruc.com)- en enero de 2008 ya ocupaba el lugar 21 en el uso de Facebook a nivel mundial. Y en abril pasado, el país ya había escalado hasta el quinto lugar mundial: de 185 mil había aumentado a 238 mil usuarios.

Así y todo, tampoco pueden ser considerados outsiders quienes no manejan esta nueva herramienta de Internet. Para ellos, bien vale hacer un repaso. ¿Qué es? ¿Para qué sirve? ¿Por qué fascina tanto a quienes la usan? Lo esencial es saber que se trata de una red social virtual, una página web que permite contactarse con las personas a la distancia. ¿Qué diferencia tiene con el e-mail que, en estricto rigor, también contacta y une gente? Sucede que Facebook es un sitio web multifuncional, o sea, quien está inscrito puede ver imágenes de los demás registrados, chatear con ellos, subir fotografías y videos, enviar mensajes y escribir textos. Todo a vista y paciencia de los miembros de esta red global o en forma más privada. Lo que cautiva a muchos, a fin de cuentas, es que con sólo abrir la página, las opciones que ahí figuran suenan bien: "mantenerte en contacto con tus amigos y tu familia", "compartir fotos y videos", "controlar tu privacidad en línea" y "volver a contactarte con antiguos compañeros de clase". Las otras versiones que también trataban de crear una gran comunidad virtual -como MySpace, Fotolog- eran más limitadas: se enfocaban en un solo formato, es decir, en textos, en fotos, en videos o en presentaciones.

Sobre eso, se sabe bastante, pero no demasiado de las historias que hay detrás: de esos amigos de infancia que se habían reencontrado después de décadas, de familiares que se hablaban después de perderse la pista, de segundas vueltas de antiguas parejas. Al menos tres personas, que presentamos a continuación, nunca se habrían podido reencontrar con seres queridos, de no ser por la potente plataforma virtual de Facebook.

Ojo con las nota de Ortega en revista Vive y la de Peirano en el suplemento de Cultura de La Tercera

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