El limonero
Francisco Mouat
Bajo la generosa sombra del limonero que corona el patio de su casa, en un barrio arbolado y tranquilo donde gatos, perros y pájaros conviven sin mayores dificultades con los vecinos, los buenos amigos de Mabel y Álvaro nos damos cita año a año para conmemorar un nuevo aniversario de matrimonio de esta pareja a la que tanto queremos, y de la cual estamos agradecidos, entre otras cosas, por la amistad gratuita y por invitarnos a esta fiesta anual de bajo perfil que dura no menos de doce horas, habitualmente de doce del día a doce de la noche, en donde se bebe, se come y se conversa sin agenda previa y en forma casi ininterrumpida. La selección musical de la jornada queda espontáneamente a cargo de uno de los invitados, el escritor Alejandro Zambra, sin que haya que lamentar, hasta ahora, estridencias desagradables.
Alguna vez le comenté a los dueños de casa, a Mabel y Álvaro, cuando ellos no sabían aún qué preparar el día de su matrimonio, que conocía a un mozo llamado Iván que hacía maravillas con bajo presupuesto y además no cobraba nada caro por el trabajo. Iván se hacía cargo de todo, y nosotros, los participantes de la fiesta, incluyendo a los anfitriones, nos dedicábamos a lo que correspondía y mejor sabíamos hacer: disfrutar y celebrar. Mis amigos confiaron en Iván, y desde entonces él es el responsable de preparar y servir la bebida y la comida. Cuando ya es media tarde, Iván se retira entre aplausos, que este año fueron ovación, dejándonos alimentados y provistos ahora de un bar abierto en donde autoservirnos lo que se nos plazca: whisky escocés del pajarito, vodka, ron, pisco, cerveza, vino, gaseosas, todo debidamente bien refrigerado.
Hasta aquí, una celebración soñada y en algún sentido predecible, a la que vamos agregándole aquellos ingredientes propios de cada nuevo aniversario, porque la rueda de la vida no cesa de girar. La chica que el año anterior era la novia de Beckmann y soñaba con tener un hijo suyo, vino ahora con un bebé en brazos, una muchachita casi recién nacida llamada Olivia Beckmann. El sobrino de Álvaro, que el año pasado buscaba remolonamente los brazos de la madre, se movía esta vez como un todoterreno destilando energía y simpatía a lo largo y ancho del patio. La amiga de los dueños de casa que ahora no pudo venir por estar en tratamiento y a la que extrañamos, sabemos que volveremos a encontrarla el año que viene, ya felizmente recuperada.
La Solcita y yo apurábamos nuevos vasos de cerveza fría, cuando el bueno de Ignacio, amigo estelar de Álvaro, se arrimó a mi lado para confidenciarme la historia de amor que hoy lo tiene entre las cuerdas: está perdidamente enamorado de una mujer casada y sin hijos. La vieja historia que él no buscó, que simplemente encontró a la vuelta de la esquina. Una mujer guapa y entrañable a la que conoció por trabajo ocho meses atrás, y de la cual fue poco a poco prendándose, hasta hoy, que muere y espera por ella. Correos electrónicos cada vez más íntimos y amorosos, conversadas mesas de café, entre canciones de Manuel García y Jorge Drexler, aquella novela de Javier Marías, sueños compartidos y verbalizados, unos pocos e intensos besos son el archivo completo de esta novela que Ignacio teme pudiera no escribirse nunca, o escribirse como la trillada historia de un amor que pudo ser y nunca llegó a puerto.
Acabo dos o tres schops escuchando el relato pormenorizado de Ignacio. Advierto en su voz, en sus inflexiones, lo difícil que es para él sobrellevar este momento en paz: ella le pide tiempo para resolver sus asuntos, le dice que la espere hasta entonces, que en todos estos meses no le escriba ni la llame, que llegará el momento en que ella vendrá corriendo a decirle, como en las películas, que si ella es la mujer de su vida, él también es, Ignacio, el hombre de su vida; que las historias de amor a veces necesitan silencio y abismo para que pueda circular sangre nueva y fresca allí donde antes había miedo y desesperanza.
"Inútil decir más", escribió la poeta Idea Vilariño: "Nombrar alcanza". Yo esperaré a regresar el próximo año y verte con ella, Ignacio, amándose los dos, bajo el limonero, en medio de una brisa suave que haga aletear ligeramente los pliegues de su falda. Tú estarás entre sus brazos. Nosotros, brindando por ustedes.
Sunday, December 20, 2009
El gran Gatsby
Rodrigo Pinto
El gran Gatsby es la tercera y más famosa novela de Francis Scott Fitzgerald, un asalariado de la escritura cuya vida glamorosa transcurrió entre deudas, libros y el amor por su mujer, Zelda, casi tan famosa como él. Es uno de los grandes representantes de la narrativa anglosajona de entreguerras, y su retrato de la generación flapper -aquellas chicas de faldas cortas e independencia de espíritu que animaron los locos años veinte- es parte ya indisoluble de la manera de pensar esa época. Asediado por la obligación de producir, Fitzgerald publicó pocas novelas y dedicó, en cambio, mucha energía y tiempo a los cuentos, que le producían mejores y más inmediatos ingresos; pero, sin duda, su gran genialidad está en obras como El gran Gatsby, Suave es la noche y su novela póstuma e inacabada El último magnate. Todas ellas -y muchos de sus cuentos; El curioso caso de Benjamin Button es el más reciente- han merecido adaptaciones al cine o a la televisión, por el poder seductor de historias que atrapan como pocas el espíritu de su tiempo.
Esta novela tiene ese aire de los sueños rotos y también la dureza de la tragedia que golpea sin aviso. Y aunque retrata casi sin pausa ese mundo de fiestas, automóviles enormes y mansiones junto a los brazos de mar que rodean Nueva York, es también una denuncia de cómo aquellos, los ricos y bellos, enfrentan la vida: "eran criaturas desconsideradas: hacían añicos cosas y personas y luego volvían a su dinero o a su enorme desconsideración, o a lo que fuera que los mantenía unidos". O, en otro pasaje: "Gatsby tuvo una abrumadora conciencia de la juventud y el misterio que la riqueza aprisiona y conserva (...), muy por encima de las feroces luchas de los pobres". En ese orden de cosas, el amor de Gatsby, un advenedizo cuya fortuna se asienta en orígenes oscuros y fronterizos con la ilegalidad, por Daisy, una niña mimada y criada en la riqueza, está destinado a fracasar; y la novela conduce, con mano segura y ese estilo inimitable, elusivo, hecho de retazos brillantes y una singular habilidad para fijar las escenas en la memoria, hacia un desenlace cuyo aire trágico alienta ya desde el principio. Que no sorprenda es, casi, una virtud del libro, magnífico en el desarrollo de la historia y los personajes. Fitzgerald no será un gran innovador, pero no se ciñe a la estructura clásica y su manera de narrar es, quizá, una de las más imitadas del siglo pasado, una buena manera de homenajear a un escritor que trasciende su tiempo.
Rodrigo Pinto
El gran Gatsby es la tercera y más famosa novela de Francis Scott Fitzgerald, un asalariado de la escritura cuya vida glamorosa transcurrió entre deudas, libros y el amor por su mujer, Zelda, casi tan famosa como él. Es uno de los grandes representantes de la narrativa anglosajona de entreguerras, y su retrato de la generación flapper -aquellas chicas de faldas cortas e independencia de espíritu que animaron los locos años veinte- es parte ya indisoluble de la manera de pensar esa época. Asediado por la obligación de producir, Fitzgerald publicó pocas novelas y dedicó, en cambio, mucha energía y tiempo a los cuentos, que le producían mejores y más inmediatos ingresos; pero, sin duda, su gran genialidad está en obras como El gran Gatsby, Suave es la noche y su novela póstuma e inacabada El último magnate. Todas ellas -y muchos de sus cuentos; El curioso caso de Benjamin Button es el más reciente- han merecido adaptaciones al cine o a la televisión, por el poder seductor de historias que atrapan como pocas el espíritu de su tiempo.
Esta novela tiene ese aire de los sueños rotos y también la dureza de la tragedia que golpea sin aviso. Y aunque retrata casi sin pausa ese mundo de fiestas, automóviles enormes y mansiones junto a los brazos de mar que rodean Nueva York, es también una denuncia de cómo aquellos, los ricos y bellos, enfrentan la vida: "eran criaturas desconsideradas: hacían añicos cosas y personas y luego volvían a su dinero o a su enorme desconsideración, o a lo que fuera que los mantenía unidos". O, en otro pasaje: "Gatsby tuvo una abrumadora conciencia de la juventud y el misterio que la riqueza aprisiona y conserva (...), muy por encima de las feroces luchas de los pobres". En ese orden de cosas, el amor de Gatsby, un advenedizo cuya fortuna se asienta en orígenes oscuros y fronterizos con la ilegalidad, por Daisy, una niña mimada y criada en la riqueza, está destinado a fracasar; y la novela conduce, con mano segura y ese estilo inimitable, elusivo, hecho de retazos brillantes y una singular habilidad para fijar las escenas en la memoria, hacia un desenlace cuyo aire trágico alienta ya desde el principio. Que no sorprenda es, casi, una virtud del libro, magnífico en el desarrollo de la historia y los personajes. Fitzgerald no será un gran innovador, pero no se ciñe a la estructura clásica y su manera de narrar es, quizá, una de las más imitadas del siglo pasado, una buena manera de homenajear a un escritor que trasciende su tiempo.
Saturday, December 19, 2009
Ese tiene la inteligencia emocional de un asesino en serie. La empatía de un sicópata. La gente que ama, lo odia. No demustra nada y como muchos sabemos, de nada sirve sentir para sí las cosas, hay que demostrarlas.
Es influenciable, no tiene voluntad propia y se traga cualquier patraña. Es indeciso, inseguro y tenso. Es poco confiable y miente todo el tiempo. No es honesto ni con él mismo.
Es influenciable, no tiene voluntad propia y se traga cualquier patraña. Es indeciso, inseguro y tenso. Es poco confiable y miente todo el tiempo. No es honesto ni con él mismo.
Si la ley de la atracción fue verdad y ese tan manoseado secreto fuera cierto. Si de verdad las ideas se transformarán en cosas y uno atrae lo que piensa. Si de verdad uno se transforma en lo que desea, estaría rodeado de mujeres deseosas de tener sexo conmigo, fuera millonario y sería actor de cine con unos cuántos oscares bajo el brazo. Como mínimo
Inteligencia
Inteligencia (del latín intellegentĭa) es la capacidad de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla adecuadamente. Es la capacidad de procesar información y está íntimamente ligada a otras funciones mentales como la percepción, o capacidad de recibir dicha información, y la memoria, o capacidad de almacenarla.[1]
Wiki
Proverbia
Wiki
Proverbia
Thursday, December 17, 2009
El Horóscopo
Reconozcámoslo de una vez. El horóscopo funciona y debería leerse como un chistoso, inútil y absurdo universo paralelo. Un estúpido juego intelectual o un idiota juego literario. Un inútil hobby sentimental para gente que no entiende nada, o sea, y reconozcámoslo de una vez por todas, todos nosotros. El horóscopo es finalmente, un universo paralelo utópico imposible que revisamos con verguenza, porque nosotros ya vivimos la distopía. Una autoayuda imposible e implacable en su inutilidad. El horóscopo es un cobijo que hace las veces de pequeña brújula existencial en una maldita selva donde sabemos con certeza que estamos perdidos y solos. El horóscopo es una impecable huevada, una valiente lesera, una pedante estupidez, charlatanería pura que uno en el fondo quisiera creer que es cierta. Ahora...a jugar el jueguito de creer que sabemos el destino.
LUZ. CAMINAR CON ALEGRIA Y SIN MIEDO. SER PROTAGONISTA
El intenso centauro andará más feliz perro con dos colas. Al fin el villano –pero sabio- Plutón lo libera y podrá pastar a sus anchas por el mundo. Tomará iniciativas de renovación, desde su propio look hasta su ciudad o país, pasando también por sus actitudes, obvio.
Igual, hace un rato que recibió bendiciones materiales para compartir. Avanzado el primer trimestre del 2009 podrá atravesar un portal de triunfo para sembrar las bases de una vida más alegre y próspera. El hogar será un refugio, un centro de energía y foco de atención.
Muchos echarán raíces y adquirirán bienes importantes. Otros dejarán ver su pelaje por terrenos extranjeros, pero siempre con el ansia de establecerse. Recibirán desafíos que serán una muestra de confianza en ellos.
AMOR-AMOR: Nada de estrés ni peleas. No será un tiempo para esforzarse en el amor, sino para recibir energía y fluir con el destino. Habrá rabias que se disolverán si ves el objetivo mayor: que tu corazón esté feliz y en paz. Pueden darse amores en contextos profesionales, pero sin duda los ambientes familiares y de celebración te darán sonrisas. La energía sexual estará exaltada y podrás sentirte más sensual. Cupido te regalará el comienzo de un ciclo más vivo.
TRABAJO Y VOCACIÓN: Habrá alegrías y muchos contactos que nacerán. Algunos abrirán negocios o talleres en familia. Surgirán reuniones y eventos que te llevarán a nuevos terrenos. Tendrás más creatividad para estrenar, además de un aprendizaje con la diplomacia entre grupos de trabajo porque deberás delegar. Te distanciarás de una actividad que te pesa para dejar más tiempo libre. Áreas para curiosear serán terapias, arte, industria de alimentos, mecánica, servicio social y hotelería.
ACTITUD FRENTE A LA CRISIS: Muévete, cambia, no te quedes quieto y anda a ver cómo resuelven otras culturas -o barrios- sus problemas. Desafía a las circunstancias y atraviesa el río. Serás portador de noticias y tendrás que buscar motivaciones para no hundirte en el tedio.
Puede tener todo lo que desea. Si no es así, analice qué está haciendo fuera del orden natural. Disuelva emociones negativas; transmute en luz. Enterrar miedos y fantasmas
¿Qué dice tu instinto?, ¿por dónde tienes que seguir? Tu alma se abre a cosas nuevas. El amor, aunque confuso, está vivo. Hay gente nueva en lo profesional.
Vive grandes desafíos. Caen sus viejos paradigmas y renace en justicia consigo mismo. Agradezca sus experiencias porque le han abierto los ojos.
Sagitario: Libérese de las culpas y disfrute de la sensualidad que le entrega el amor. Sus temores se disipan con la buena recepción que el trabajo dispensa, piense en abundancia y prosperidad.
Amor: fortaleza
Salud: serenidad
Trabajo: realización
Cultiva tu espíritu, eso fortalecerá todo lo demás. Alguien muy inquieto puede darte una mano. Excelente período para abrir el corazón al amor, dale.
Le será fácil contrarrestar la ansiedad si se aferra a las reglas que facilitan la convivencia. Una sonrisa le servirá para dar gracias al presente y esperar por el futuro. El ánimo mejora pronto al lado de quien le ama y protege.
Período de mucha energía síquica. Ponga atención a los sueños y las sincronías. Todos son mensajes de su sabio interno. Así sabrá qué hacer.
El amor se abre para que lo vivas de una forma más sana. El trabajo, aunque un poco en la nebulosa, comienza a fructificar. Usa tu creatividad, no la dejes secar.
Por fin el esfuerzo da resultados.
Muchos cambios esta semana. Ya nada vuelve a ser como era. Se da cuenta de ciertas cadenas emocionales que no le permitían volar. Liberación.
Reencuentro con afecto del pasado hace renacer sus sentimientos. Acepta y vive con agradecimiento lo que la existencia trae para usted.
Tu voluntad está puesta a prueba, no desistas. Días para mirar tu vida con otros ojos. De ciertos desencuentros o decepciones amorosas surgirán soluciones.
Comienza un nuevo ciclo en su vida. Es importante que deje ir aquello que ya cumplió su cometido. Evite los apegos. Deje lugar para lo que llega.
El corazón está un tanto revuelto, pero vivo. Decide con calma, nada te apura. ¿Tienes espacio propio? Es tiempo de disfrutarlo. Detente a digerir todo lo vivido.
Vida afectiva: Alivio.
Cuerpo y alma: Nueva visión.
Área Laboral: Persistir.
Ocio: Amplio.
Comienza un nuevo ciclo en su vida. Es importante que deje ir aquello que ya cumplió su cometido. Evite los apegos. Deje lugar para lo que llega.
Usa tus talentos con fe, es tiempo de crecer y no sólo en lo laboral. Tu agenda se agita y deberás priorizar. El amor sigue sorprendiéndote, Cupido hará limpieza. Está muy solicitado y ejerce atractivo sensual, ideal para romances. Énfasis en grupos, proyectos especiales y amistades. Llegan nuevas oportunidades para expresar sus emociones y sentimientos. Aprende lecciones importantes. Evite los comentarios intencionados.
Pasa de las ideas a la acción, este tiempo te quiere vivo y ejecutivo. Cuidado con fantasías. El amor se pone romántico, fluye con eso. Explora un hobbie. Sé perseverante, ya que tus instintos te están llevando por el camino correcto.
El amor está vivo pero algo confuso, sólo acepta. Llegan propuestas estimulantes para tu vocación. Observa ciertas señales del destino, tu intuición está notable.
Si se lo propone, puede desarrollar una gran fuerza interna en el trabajo y avanzar rápidamente hacia lo que se propone. Hay un aspecto inocente y abierto en su personalidad que le facilita expresarse libremente en el amor.
Observa tu cuerpo y sus tensiones. El amor se pone interesante. Tu intuición es clave en temas profesionales.
Quizás no le conviene pensar tanto en sus ideas, cada vez le cuesta más decidirse. Procure no confundirse, el momento oportuno está por llegar. Las dudas se diluyen y está seguro del amor, el camino se abre en su frente.Ciertas energías se conjugan para impulsarlo a desarrollar un proyecto largamente anhelado. Ya es tiempo de tomar control y responsabilidad de su vida.
Buenas noticias en lo laboral y financiero. Queda atrás un período de incertidumbre. Da los primeros pasos de un nuevo proyecto. No descuide los afectos. Dale inspiración a tu vida, no la vivas como algo plano. Gente nueva y vida social alegran tu agenda. Cupido está lanzando sus flechas, ojo. Hay buenos acuerdos con gente de poder.
Sagitario
2010
Comienzas un tiempo distinto, que te exigirá conectarte primero con los demás y luego contigo mismo. Hay buenas amistades. Tu intuición te guía y te propone conquistar nuevos espacios. Situaciones ocultas salen a la luz. Las razones por las cuales actuó de determinada manera deben transparentarse. Así evitará consecuencias graves.
Después de un cierre del año 2009 muy sensible, donde se supone abrió su corazón y sintió su espíritu crecer, el aventurero centauro deberá comprarse un flotador o un equipo de buceo para nadar por vastos océanos. No es otro de sus viajes, sino una travesía por sus propias profundidades, su mundo emocional -y el de la humanidad- para conocerse, encontrarse con nuevas almas, ampliar su círculo y construir lazos afectivos más genuinos.
El 2010 los invita a adquirir nuevos conocimientos para contribuir con su trabajo al bien de su grupo, del barrio, del país y del planeta. De hecho, el propósito que les regala es conectarse con asuntos colectivos y no sólo personales; trascender el yo para involucrarse en temas de ayuda, estudios, negocios, ecología, espiritualidad, política, religión.
Se trata de reconocer las propias frustraciones y encausarlas en algo. Crecerá tu popularidad, tu poder de concentración y tu empatía. Podrán desarrollar la paciencia, dejar poco a poco la ansiedad. Les beneficiará dormir bien, el contacto con el agua y con ambientes pacíficos, pues se vislumbras ciertos ataques de antagonistas.
LATIDOS DEL CORAZÓN: La agenda puede llenarse de eventos muy importantes y celebraciones varias. Amigos y compañeros serán sometidos a control de calidad, limpieza y selección; no todos los cercanos serán invitados a casa. Es importante generar alegría, humor y serenidad, pues de esto dependen las sonrisas afectivas del 2010. El primer trimestre se prevé muy romántico con notas de idealización, ojo. Puede haber amigos que se transformen en pareja; amores algo excéntricos y la llegada de alguien de bajo perfil que los sorprenda.
TRABAJO Y APTITUDES: Es fundamental buscar un equilibrio entre lo que haces y lo que ganas, entre el esfuerzo y la satisfacción, entre la recompensa y el aporte al mundo.
Es un año para equiparar, negociar, pedir aumentos, hacer alianzas o sociedades. Será bueno dividir las metas en pequeños hitos a lograr; habrá éxito en emprendimientos. Podrás recibir generosidad y practicarla. Serán positivos los talleres o cursos, reuniones, asesorías; busca el conocimiento de otros.
Labores de servicio, actividades manuales, beneficencia, finanzas, relaciones públicas y cualquier rol de intermediario te hará brillar.
PARA ESTAR ATENTO: No hagas caso de provocaciones, respira profundo antes de entrar en peleas; se trata de concentrar tu energía en cosas útiles. Igual deberás postular o competir por temas importantes. Observa tus deseos de algo nuevo, no tienes que desechar todo lo antiguo. Cualquier deporte en equipo te hará vibrar. Atiende tu estómago y circulación sanguínea.
GUIÑO DEL CIELO: Confía en los hilos del destino.
Hay memorables momentos amorosos esta semana, agradece y disfruta. Cuidado con resistirte a los cambios, son muy propicios. Días para invertir en belleza, decoración, arte y placeres.
El caballo:”Este año será el del descanso emocional y del romance reconstruido o estrenado”, tras tiempos difíciles vividos en antaño. Eso sí, nada será regalado. Deberá trabajar por conseguir la paz anhelada. Bien en finanzas.
SAGITARIO 22 de noviembre / 21 de diciembre
Debe tomar una importante decisión relacionada con sus afectos. Evite guiarse sólo por la conveniencia material. Escuche a su corazón y asuma sus actos.
Cupido sigue siendo tu amigo, no lo ahuyentes. Nada de flojera, estos días son despiertos y activos. Vuelve a lo esencial en tu vocación: ¿qué te gusta?, ¿qué te hace bien y puede contribuir a los demás?
Características básicas de Sagitario
23 de noviembre al 21 de diciembre
El signo del zodiaco de Sagitario se rige por el planeta Júpiter. En lo que respecta a la estructura física, los individuos nacidos bajo el signo de Sagitario suelen tener una gran frente, grandes orejas y pelo fino. Tienen una calidad innata de liderazgo y tienen oportunidades de ser brillante en una carrera de éxito de la política y el logro de altos cargos. Sagitarianos tienen una buena salud física y mental y con el trabajo son extremadamente duros.
Son muy inteligentes y por lo general inspiran respeto en la sociedad. Estas personas siempre están interesadas en los campos como la política, astrología, derecho, etc. Normalmente, no tienen que someterse a ninguna presión financiera y el dinero llega a ellos fácilmente. Son muy religiosos, por naturaleza, y están siempre dispuestos a ayudar a otros. Los Sagitarianos son muy honestos y son totalmente incapaces de falsedad deliberada.
Horóscopo 2010 para Sagitario
La gente de Sagitario tiene un mantra - «vivir la vida al máximo". Ellos creen en la vida en el presente y son propensas a la temeridad. Representados por el arquero, son muy honestos y muy sencillos, a veces hasta el punto de ser groseros. Sin embargo, nunca hace daño a nadie deliberadamente. A un Sagitariano le encanta explorar y se aburre de las rutinas.
Datos
Hindi Nombre: Dhanu
Planeta gobernante: Gurú (Júpiter)
Nakshatras: Moola, Poorva Ashada
Números de suerte: 9, 8, 6
Días de suerte: Martes, viernes, martes
Colores de la Suerte: Amarillo pálido, Marrón claro, Peach
Piedras de la suerte: Pukhraj, Sunela, Opal
Precauciones
No juegue juegos de azar en modo alguno
Siempre use calzado mientras se dé un baño
No viaje en dirección norte-este
No insulte a los mayores
Tu creatividad está notable, compártela. Días para irradiar optimismo a tus cercanos y para conectarse con lo colectivo: grupos, asociaciones, la comunidad. Tu corazón puede latir fuerte y sin ansiedad.
Tienes magnetismo y mucha capacidad para renovarte profundamente. Ahora, tienes que hacer algo con la tensión nerviosa y tu afán de control. Gente jovial alegra el trabajo. Ordena tus finanzas.
LUZ. CAMINAR CON ALEGRIA Y SIN MIEDO. SER PROTAGONISTA
El intenso centauro andará más feliz perro con dos colas. Al fin el villano –pero sabio- Plutón lo libera y podrá pastar a sus anchas por el mundo. Tomará iniciativas de renovación, desde su propio look hasta su ciudad o país, pasando también por sus actitudes, obvio.
Igual, hace un rato que recibió bendiciones materiales para compartir. Avanzado el primer trimestre del 2009 podrá atravesar un portal de triunfo para sembrar las bases de una vida más alegre y próspera. El hogar será un refugio, un centro de energía y foco de atención.
Muchos echarán raíces y adquirirán bienes importantes. Otros dejarán ver su pelaje por terrenos extranjeros, pero siempre con el ansia de establecerse. Recibirán desafíos que serán una muestra de confianza en ellos.
AMOR-AMOR: Nada de estrés ni peleas. No será un tiempo para esforzarse en el amor, sino para recibir energía y fluir con el destino. Habrá rabias que se disolverán si ves el objetivo mayor: que tu corazón esté feliz y en paz. Pueden darse amores en contextos profesionales, pero sin duda los ambientes familiares y de celebración te darán sonrisas. La energía sexual estará exaltada y podrás sentirte más sensual. Cupido te regalará el comienzo de un ciclo más vivo.
TRABAJO Y VOCACIÓN: Habrá alegrías y muchos contactos que nacerán. Algunos abrirán negocios o talleres en familia. Surgirán reuniones y eventos que te llevarán a nuevos terrenos. Tendrás más creatividad para estrenar, además de un aprendizaje con la diplomacia entre grupos de trabajo porque deberás delegar. Te distanciarás de una actividad que te pesa para dejar más tiempo libre. Áreas para curiosear serán terapias, arte, industria de alimentos, mecánica, servicio social y hotelería.
ACTITUD FRENTE A LA CRISIS: Muévete, cambia, no te quedes quieto y anda a ver cómo resuelven otras culturas -o barrios- sus problemas. Desafía a las circunstancias y atraviesa el río. Serás portador de noticias y tendrás que buscar motivaciones para no hundirte en el tedio.
Puede tener todo lo que desea. Si no es así, analice qué está haciendo fuera del orden natural. Disuelva emociones negativas; transmute en luz. Enterrar miedos y fantasmas
¿Qué dice tu instinto?, ¿por dónde tienes que seguir? Tu alma se abre a cosas nuevas. El amor, aunque confuso, está vivo. Hay gente nueva en lo profesional.
Vive grandes desafíos. Caen sus viejos paradigmas y renace en justicia consigo mismo. Agradezca sus experiencias porque le han abierto los ojos.
Sagitario: Libérese de las culpas y disfrute de la sensualidad que le entrega el amor. Sus temores se disipan con la buena recepción que el trabajo dispensa, piense en abundancia y prosperidad.
Amor: fortaleza
Salud: serenidad
Trabajo: realización
Cultiva tu espíritu, eso fortalecerá todo lo demás. Alguien muy inquieto puede darte una mano. Excelente período para abrir el corazón al amor, dale.
Le será fácil contrarrestar la ansiedad si se aferra a las reglas que facilitan la convivencia. Una sonrisa le servirá para dar gracias al presente y esperar por el futuro. El ánimo mejora pronto al lado de quien le ama y protege.
Período de mucha energía síquica. Ponga atención a los sueños y las sincronías. Todos son mensajes de su sabio interno. Así sabrá qué hacer.
El amor se abre para que lo vivas de una forma más sana. El trabajo, aunque un poco en la nebulosa, comienza a fructificar. Usa tu creatividad, no la dejes secar.
Por fin el esfuerzo da resultados.
Muchos cambios esta semana. Ya nada vuelve a ser como era. Se da cuenta de ciertas cadenas emocionales que no le permitían volar. Liberación.
Reencuentro con afecto del pasado hace renacer sus sentimientos. Acepta y vive con agradecimiento lo que la existencia trae para usted.
Tu voluntad está puesta a prueba, no desistas. Días para mirar tu vida con otros ojos. De ciertos desencuentros o decepciones amorosas surgirán soluciones.
Comienza un nuevo ciclo en su vida. Es importante que deje ir aquello que ya cumplió su cometido. Evite los apegos. Deje lugar para lo que llega.
El corazón está un tanto revuelto, pero vivo. Decide con calma, nada te apura. ¿Tienes espacio propio? Es tiempo de disfrutarlo. Detente a digerir todo lo vivido.
Vida afectiva: Alivio.
Cuerpo y alma: Nueva visión.
Área Laboral: Persistir.
Ocio: Amplio.
Comienza un nuevo ciclo en su vida. Es importante que deje ir aquello que ya cumplió su cometido. Evite los apegos. Deje lugar para lo que llega.
Usa tus talentos con fe, es tiempo de crecer y no sólo en lo laboral. Tu agenda se agita y deberás priorizar. El amor sigue sorprendiéndote, Cupido hará limpieza. Está muy solicitado y ejerce atractivo sensual, ideal para romances. Énfasis en grupos, proyectos especiales y amistades. Llegan nuevas oportunidades para expresar sus emociones y sentimientos. Aprende lecciones importantes. Evite los comentarios intencionados.
Pasa de las ideas a la acción, este tiempo te quiere vivo y ejecutivo. Cuidado con fantasías. El amor se pone romántico, fluye con eso. Explora un hobbie. Sé perseverante, ya que tus instintos te están llevando por el camino correcto.
El amor está vivo pero algo confuso, sólo acepta. Llegan propuestas estimulantes para tu vocación. Observa ciertas señales del destino, tu intuición está notable.
Si se lo propone, puede desarrollar una gran fuerza interna en el trabajo y avanzar rápidamente hacia lo que se propone. Hay un aspecto inocente y abierto en su personalidad que le facilita expresarse libremente en el amor.
Observa tu cuerpo y sus tensiones. El amor se pone interesante. Tu intuición es clave en temas profesionales.
Quizás no le conviene pensar tanto en sus ideas, cada vez le cuesta más decidirse. Procure no confundirse, el momento oportuno está por llegar. Las dudas se diluyen y está seguro del amor, el camino se abre en su frente.Ciertas energías se conjugan para impulsarlo a desarrollar un proyecto largamente anhelado. Ya es tiempo de tomar control y responsabilidad de su vida.
Buenas noticias en lo laboral y financiero. Queda atrás un período de incertidumbre. Da los primeros pasos de un nuevo proyecto. No descuide los afectos. Dale inspiración a tu vida, no la vivas como algo plano. Gente nueva y vida social alegran tu agenda. Cupido está lanzando sus flechas, ojo. Hay buenos acuerdos con gente de poder.
Sagitario
2010
Comienzas un tiempo distinto, que te exigirá conectarte primero con los demás y luego contigo mismo. Hay buenas amistades. Tu intuición te guía y te propone conquistar nuevos espacios. Situaciones ocultas salen a la luz. Las razones por las cuales actuó de determinada manera deben transparentarse. Así evitará consecuencias graves.
Después de un cierre del año 2009 muy sensible, donde se supone abrió su corazón y sintió su espíritu crecer, el aventurero centauro deberá comprarse un flotador o un equipo de buceo para nadar por vastos océanos. No es otro de sus viajes, sino una travesía por sus propias profundidades, su mundo emocional -y el de la humanidad- para conocerse, encontrarse con nuevas almas, ampliar su círculo y construir lazos afectivos más genuinos.
El 2010 los invita a adquirir nuevos conocimientos para contribuir con su trabajo al bien de su grupo, del barrio, del país y del planeta. De hecho, el propósito que les regala es conectarse con asuntos colectivos y no sólo personales; trascender el yo para involucrarse en temas de ayuda, estudios, negocios, ecología, espiritualidad, política, religión.
Se trata de reconocer las propias frustraciones y encausarlas en algo. Crecerá tu popularidad, tu poder de concentración y tu empatía. Podrán desarrollar la paciencia, dejar poco a poco la ansiedad. Les beneficiará dormir bien, el contacto con el agua y con ambientes pacíficos, pues se vislumbras ciertos ataques de antagonistas.
LATIDOS DEL CORAZÓN: La agenda puede llenarse de eventos muy importantes y celebraciones varias. Amigos y compañeros serán sometidos a control de calidad, limpieza y selección; no todos los cercanos serán invitados a casa. Es importante generar alegría, humor y serenidad, pues de esto dependen las sonrisas afectivas del 2010. El primer trimestre se prevé muy romántico con notas de idealización, ojo. Puede haber amigos que se transformen en pareja; amores algo excéntricos y la llegada de alguien de bajo perfil que los sorprenda.
TRABAJO Y APTITUDES: Es fundamental buscar un equilibrio entre lo que haces y lo que ganas, entre el esfuerzo y la satisfacción, entre la recompensa y el aporte al mundo.
Es un año para equiparar, negociar, pedir aumentos, hacer alianzas o sociedades. Será bueno dividir las metas en pequeños hitos a lograr; habrá éxito en emprendimientos. Podrás recibir generosidad y practicarla. Serán positivos los talleres o cursos, reuniones, asesorías; busca el conocimiento de otros.
Labores de servicio, actividades manuales, beneficencia, finanzas, relaciones públicas y cualquier rol de intermediario te hará brillar.
PARA ESTAR ATENTO: No hagas caso de provocaciones, respira profundo antes de entrar en peleas; se trata de concentrar tu energía en cosas útiles. Igual deberás postular o competir por temas importantes. Observa tus deseos de algo nuevo, no tienes que desechar todo lo antiguo. Cualquier deporte en equipo te hará vibrar. Atiende tu estómago y circulación sanguínea.
GUIÑO DEL CIELO: Confía en los hilos del destino.
Hay memorables momentos amorosos esta semana, agradece y disfruta. Cuidado con resistirte a los cambios, son muy propicios. Días para invertir en belleza, decoración, arte y placeres.
El caballo:”Este año será el del descanso emocional y del romance reconstruido o estrenado”, tras tiempos difíciles vividos en antaño. Eso sí, nada será regalado. Deberá trabajar por conseguir la paz anhelada. Bien en finanzas.
SAGITARIO 22 de noviembre / 21 de diciembre
Debe tomar una importante decisión relacionada con sus afectos. Evite guiarse sólo por la conveniencia material. Escuche a su corazón y asuma sus actos.
Cupido sigue siendo tu amigo, no lo ahuyentes. Nada de flojera, estos días son despiertos y activos. Vuelve a lo esencial en tu vocación: ¿qué te gusta?, ¿qué te hace bien y puede contribuir a los demás?
Características básicas de Sagitario
23 de noviembre al 21 de diciembre
El signo del zodiaco de Sagitario se rige por el planeta Júpiter. En lo que respecta a la estructura física, los individuos nacidos bajo el signo de Sagitario suelen tener una gran frente, grandes orejas y pelo fino. Tienen una calidad innata de liderazgo y tienen oportunidades de ser brillante en una carrera de éxito de la política y el logro de altos cargos. Sagitarianos tienen una buena salud física y mental y con el trabajo son extremadamente duros.
Son muy inteligentes y por lo general inspiran respeto en la sociedad. Estas personas siempre están interesadas en los campos como la política, astrología, derecho, etc. Normalmente, no tienen que someterse a ninguna presión financiera y el dinero llega a ellos fácilmente. Son muy religiosos, por naturaleza, y están siempre dispuestos a ayudar a otros. Los Sagitarianos son muy honestos y son totalmente incapaces de falsedad deliberada.
Horóscopo 2010 para Sagitario
La gente de Sagitario tiene un mantra - «vivir la vida al máximo". Ellos creen en la vida en el presente y son propensas a la temeridad. Representados por el arquero, son muy honestos y muy sencillos, a veces hasta el punto de ser groseros. Sin embargo, nunca hace daño a nadie deliberadamente. A un Sagitariano le encanta explorar y se aburre de las rutinas.
Datos
Hindi Nombre: Dhanu
Planeta gobernante: Gurú (Júpiter)
Nakshatras: Moola, Poorva Ashada
Números de suerte: 9, 8, 6
Días de suerte: Martes, viernes, martes
Colores de la Suerte: Amarillo pálido, Marrón claro, Peach
Piedras de la suerte: Pukhraj, Sunela, Opal
Precauciones
No juegue juegos de azar en modo alguno
Siempre use calzado mientras se dé un baño
No viaje en dirección norte-este
No insulte a los mayores
Tu creatividad está notable, compártela. Días para irradiar optimismo a tus cercanos y para conectarse con lo colectivo: grupos, asociaciones, la comunidad. Tu corazón puede latir fuerte y sin ansiedad.
Tienes magnetismo y mucha capacidad para renovarte profundamente. Ahora, tienes que hacer algo con la tensión nerviosa y tu afán de control. Gente jovial alegra el trabajo. Ordena tus finanzas.
EL SENTIDO DE LA EXISTENCIA SUFRIENTE
Comentarios sobre El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl (1946)
Prof. Graciela Barroso
Intención paradójica: Hacer precisamente lo que se teme.
Cómo aceptar que la vida sea digna de ser vivida, a pesar de todo lo adverso que hay en ella, es el tema central del existencialismo. Víktor Frankl afirma que vivir es aceptar con dignidad el desafío que plantea la vida, con su carga de adversidad, y sobrevivir es hallar el sentido de ese sufrimiento.
¿Qué es el hombre, entonces? El ser humano es alguien inevitablemente afectado por su entorno. Sin embargo, el hombre tiene una cierta capacidad de elección, ya que puede conservar un vestigio de libertad espiritual, de independencia mental, incluso cuando se encuentra en circunstancias terribles de tensión psíquica y física. Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino.
Aun cuando parezca que las circunstancias son más fuertes, siempre hay ocasiones para elegir si uno va a ser o no juguete de dichas circunstancias, renunciando a la libertad y a la dignidad. Es esta libertad espiritual, que no se nos puede arrebatar lo que hace que la vida tenga sentido y propósito.
El modo en que un hombre acepta su destino y todo el sufrimiento que éste conlleva, la forma en que carga su cruz, le da muchas oportunidades —incluso bajo las peores de las adversidades— para dar a su vida un sentido más profundo. Puede conservar su valor, su dignidad, su generosidad. O bien, en la dura lucha por la supervivencia, puede olvidar su dignidad humana y ser poco más que un animal. Una situación difícil puede proporcionarle la oportunidad de hacer méritos en el camino de la superación.
En todas partes, el hombre se enfrenta a su destino y puede conseguir algo por vía del sufrimiento. Muchas veces es precisamente una situación externa excepcionalmente difícil lo que da al hombre la posibilidad de crecer espiritualmente más allá de sí mismo. La realidad cotidiana representa una oportunidad y un desafío: o bien se puede convertir la experiencia en victoria, la vida en un triunfo interno, o bien se puede ignorar el desafío y limitarse a vegetar.
¿Qué es, en definitiva, vivir? Vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que se nos platean y cumplir las tareas que la vida nos asigna continuamente. "Vida" no significa algo vado, sino algo muy real y concreto, que configura el destino de cada hombre, distinto y único.
La búsqueda por parte del hombre del sentido de la vida constituye una fuerza primaria y no una racionalización secundaria de sus impulsos, de sus instintos. Sentido no es algo que nace de la propia existencia, sino algo que hace frente a la existencia.
El hombre es una criatura responsable y debe aprehender el sentido potencial de su vida. Lo que se le pide al hombre no es, como en el caso de otros filósofos existenciales, que soporte la insensatez del mundo, de la vida, sino más bien que asuma racionalmente su propia capacidad para aprehender toda la sensatez incondicional de esa vida.
Cada época tiene su propia neurosis colectiva, es cierto. El vacío existencial, neurosis masiva de este tiempo según Frankl, puede develarse como una forma privada y personal de nihilismo, que se traduce a veces en la aseveración de que todo se ha perdido o carece de significación. Es cierto también que cada ser humano es un ser finito, y su libertad está restringida. No se trata, entonces, de liberarse de las condiciones que imponen las circunstancias del mundo, se trata de tomar una postura ante esas condiciones. La libertad, en definitiva, es la capacidad de la existencia humana para elevarse por encima de esas condiciones y trascenderlas.
En definitiva, el ser humano no es una cosa más entre otras cosas: las cosas se determinan unas a otras, pero el hombre, en última instancia, es su propio determinante. Lo que llegue a ser, dentro de los límites de sus facultades y de su entorno, lo tiene que hacer por y para sí mismo. ¿Qué es el hombre, para Frankl? Es el ser que siempre decide lo que es, en medio y a pesar de las circunstancias. Y lo aclara con una imagen de su propia experiencia: El hombre es el ser que ha inventado las cámaras de gas, pero asimismo es el ser que ha entrado en ellas con paso firme, musitando una oración.
Angela
Ascanio Cavallo
"Toda la buena ficción", escribe el crítico norteamericano Kent Jones en su notable libro Evidencia física (Uqbar, 2009), "aspira a la condición del documental, y viceversa", antes de advertir que desde los años 90 se registra una tendencia creciente a mezclar ambas modalidades: dramatizar el documental (algunos llegan a creer que esa es su diferencia con los reportajes) y documentalizar la ficción. Jones usa de manera brillante el ejemplo de Buenos muchachos, de
Scorsese: se puede recordar el dilema del protagonista, pero también el modo en que el ajo en corte pluma se vuelve líquido en la olla hirviente.
Muchas de las reflexiones de Jones son apropiadas para el caso de Angela, que se estrena en Chile con siete años de retraso. La directora Roberta Torre, que había realizado dos exitosos musicales en Sicilia, sitúa su historia en la zona de comerciantes de Palermo, donde el capo Saro Parlagreco (Mario Pupella) dirige un centro de distribución de droga encubierto en su agitada zapatería. Su mujer, Angela Spina (Donatella Finocchiaro), administra la tienda y ayuda en las entregas y las cobranzas.
De Angela se puede recordar la encrucijada de la protagonista, pero también el proceso de recibir, medir y envasar la droga, hasta insertarla en las cajas de zapatos, una apacible cadena en la que participan desde las clases trabajadoras hasta las autoridades que hacen la vista gorda. Son los años de gloria de la Cosa Nostra, 1983-84, cuando el rampante narcotráfico sólo requiere de un poco de prudencia.
Entonces aparece Masino Santalucía (Andrea di Stefano), un seductor al que apodan "El Tiburón" por su inclinación a comerse a las mujeres de sus jefes. La película no lo propone como el detonante de la desgracia, sino como su antesala.
La creciente presencia de espejos a partir de su irrupción señala la también galopante escisión emocional de Angela.
Roberta Torre filma (cámara en mano, primeros planos, tomas furtivas) con clara vocación documental; pero no olvida que tiene un drama entre manos. Se esfuerza por contener ambas cosas. Ni se impone el (imposible) documental, ni arrasa el drama con el aire rutinario del ambiente. La intención de fresco social de Gomorra está lejos, aunque posiblemente la anticipa. El drama permanece pequeño, íntimo, personal, como la lucha secreta del eros contra el pathos.
No todo le resulta. Dado que es un relato a contramano -el punto de vista de una mujer en un mundo de mafiosos-, los personajes masculinos parecen elusivos, imprecisos, incluso indefinidos. Los momentos de felicidad y de sufrimiento de
Angela se sienten estirados hasta la agonía. Hay inconsistencias en la velocidad de los hechos.
Pero corre más sangre de cine por las venas de esta película que por todos los Blockbusters que en estos días llenan las salas chilenas.
Angela
Dirección: Roberta Torre. Con: Donatella Finocchiaro, Andrea di Stefano, Mario Pupella, Erasmo Lobello, Toni Gambino. duración: 100 minutos.
COMENTARIOS DE CORTOMETRAJES EN LÍNEA EN FACEBOOK
Si Piñera gana, debería hacer un "exilio buena onda": regalar pasajes en Lan a todos los que queremos irnos de Chile durante su gobierno.
No sé que me da más miedo: que gane Piñera o que MEO vuelva a hacer películas.
“Closer” la repiten todo el tiempo en el cable, pero diablos… siempre la vuelvo ver. Una y otra vez.
Las políticas culturales de Piñera apuntan a que seamos "mejores" electores que lectores.
Comentarios sobre El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl (1946)
Prof. Graciela Barroso
Intención paradójica: Hacer precisamente lo que se teme.
Cómo aceptar que la vida sea digna de ser vivida, a pesar de todo lo adverso que hay en ella, es el tema central del existencialismo. Víktor Frankl afirma que vivir es aceptar con dignidad el desafío que plantea la vida, con su carga de adversidad, y sobrevivir es hallar el sentido de ese sufrimiento.
¿Qué es el hombre, entonces? El ser humano es alguien inevitablemente afectado por su entorno. Sin embargo, el hombre tiene una cierta capacidad de elección, ya que puede conservar un vestigio de libertad espiritual, de independencia mental, incluso cuando se encuentra en circunstancias terribles de tensión psíquica y física. Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino.
Aun cuando parezca que las circunstancias son más fuertes, siempre hay ocasiones para elegir si uno va a ser o no juguete de dichas circunstancias, renunciando a la libertad y a la dignidad. Es esta libertad espiritual, que no se nos puede arrebatar lo que hace que la vida tenga sentido y propósito.
El modo en que un hombre acepta su destino y todo el sufrimiento que éste conlleva, la forma en que carga su cruz, le da muchas oportunidades —incluso bajo las peores de las adversidades— para dar a su vida un sentido más profundo. Puede conservar su valor, su dignidad, su generosidad. O bien, en la dura lucha por la supervivencia, puede olvidar su dignidad humana y ser poco más que un animal. Una situación difícil puede proporcionarle la oportunidad de hacer méritos en el camino de la superación.
En todas partes, el hombre se enfrenta a su destino y puede conseguir algo por vía del sufrimiento. Muchas veces es precisamente una situación externa excepcionalmente difícil lo que da al hombre la posibilidad de crecer espiritualmente más allá de sí mismo. La realidad cotidiana representa una oportunidad y un desafío: o bien se puede convertir la experiencia en victoria, la vida en un triunfo interno, o bien se puede ignorar el desafío y limitarse a vegetar.
¿Qué es, en definitiva, vivir? Vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que se nos platean y cumplir las tareas que la vida nos asigna continuamente. "Vida" no significa algo vado, sino algo muy real y concreto, que configura el destino de cada hombre, distinto y único.
La búsqueda por parte del hombre del sentido de la vida constituye una fuerza primaria y no una racionalización secundaria de sus impulsos, de sus instintos. Sentido no es algo que nace de la propia existencia, sino algo que hace frente a la existencia.
El hombre es una criatura responsable y debe aprehender el sentido potencial de su vida. Lo que se le pide al hombre no es, como en el caso de otros filósofos existenciales, que soporte la insensatez del mundo, de la vida, sino más bien que asuma racionalmente su propia capacidad para aprehender toda la sensatez incondicional de esa vida.
Cada época tiene su propia neurosis colectiva, es cierto. El vacío existencial, neurosis masiva de este tiempo según Frankl, puede develarse como una forma privada y personal de nihilismo, que se traduce a veces en la aseveración de que todo se ha perdido o carece de significación. Es cierto también que cada ser humano es un ser finito, y su libertad está restringida. No se trata, entonces, de liberarse de las condiciones que imponen las circunstancias del mundo, se trata de tomar una postura ante esas condiciones. La libertad, en definitiva, es la capacidad de la existencia humana para elevarse por encima de esas condiciones y trascenderlas.
En definitiva, el ser humano no es una cosa más entre otras cosas: las cosas se determinan unas a otras, pero el hombre, en última instancia, es su propio determinante. Lo que llegue a ser, dentro de los límites de sus facultades y de su entorno, lo tiene que hacer por y para sí mismo. ¿Qué es el hombre, para Frankl? Es el ser que siempre decide lo que es, en medio y a pesar de las circunstancias. Y lo aclara con una imagen de su propia experiencia: El hombre es el ser que ha inventado las cámaras de gas, pero asimismo es el ser que ha entrado en ellas con paso firme, musitando una oración.
Angela
Ascanio Cavallo
"Toda la buena ficción", escribe el crítico norteamericano Kent Jones en su notable libro Evidencia física (Uqbar, 2009), "aspira a la condición del documental, y viceversa", antes de advertir que desde los años 90 se registra una tendencia creciente a mezclar ambas modalidades: dramatizar el documental (algunos llegan a creer que esa es su diferencia con los reportajes) y documentalizar la ficción. Jones usa de manera brillante el ejemplo de Buenos muchachos, de
Scorsese: se puede recordar el dilema del protagonista, pero también el modo en que el ajo en corte pluma se vuelve líquido en la olla hirviente.
Muchas de las reflexiones de Jones son apropiadas para el caso de Angela, que se estrena en Chile con siete años de retraso. La directora Roberta Torre, que había realizado dos exitosos musicales en Sicilia, sitúa su historia en la zona de comerciantes de Palermo, donde el capo Saro Parlagreco (Mario Pupella) dirige un centro de distribución de droga encubierto en su agitada zapatería. Su mujer, Angela Spina (Donatella Finocchiaro), administra la tienda y ayuda en las entregas y las cobranzas.
De Angela se puede recordar la encrucijada de la protagonista, pero también el proceso de recibir, medir y envasar la droga, hasta insertarla en las cajas de zapatos, una apacible cadena en la que participan desde las clases trabajadoras hasta las autoridades que hacen la vista gorda. Son los años de gloria de la Cosa Nostra, 1983-84, cuando el rampante narcotráfico sólo requiere de un poco de prudencia.
Entonces aparece Masino Santalucía (Andrea di Stefano), un seductor al que apodan "El Tiburón" por su inclinación a comerse a las mujeres de sus jefes. La película no lo propone como el detonante de la desgracia, sino como su antesala.
La creciente presencia de espejos a partir de su irrupción señala la también galopante escisión emocional de Angela.
Roberta Torre filma (cámara en mano, primeros planos, tomas furtivas) con clara vocación documental; pero no olvida que tiene un drama entre manos. Se esfuerza por contener ambas cosas. Ni se impone el (imposible) documental, ni arrasa el drama con el aire rutinario del ambiente. La intención de fresco social de Gomorra está lejos, aunque posiblemente la anticipa. El drama permanece pequeño, íntimo, personal, como la lucha secreta del eros contra el pathos.
No todo le resulta. Dado que es un relato a contramano -el punto de vista de una mujer en un mundo de mafiosos-, los personajes masculinos parecen elusivos, imprecisos, incluso indefinidos. Los momentos de felicidad y de sufrimiento de
Angela se sienten estirados hasta la agonía. Hay inconsistencias en la velocidad de los hechos.
Pero corre más sangre de cine por las venas de esta película que por todos los Blockbusters que en estos días llenan las salas chilenas.
Angela
Dirección: Roberta Torre. Con: Donatella Finocchiaro, Andrea di Stefano, Mario Pupella, Erasmo Lobello, Toni Gambino. duración: 100 minutos.
COMENTARIOS DE CORTOMETRAJES EN LÍNEA EN FACEBOOK
Si Piñera gana, debería hacer un "exilio buena onda": regalar pasajes en Lan a todos los que queremos irnos de Chile durante su gobierno.
No sé que me da más miedo: que gane Piñera o que MEO vuelva a hacer películas.
“Closer” la repiten todo el tiempo en el cable, pero diablos… siempre la vuelvo ver. Una y otra vez.
Las políticas culturales de Piñera apuntan a que seamos "mejores" electores que lectores.
Escribir un hijo, plantar un libro y tener un árbol...lleno de frutas
Escribir un hijo, plantar un libro y tener una planta...bien cuidada
Ser suizo no es una nacionalidad, es una clase.
COMENTARIO EN INTERNET MUY ATINADO Y LÚCIDO
"La primera temporada está integrada por 22 capítulos. El Dr. Gregory House dirige el Departamento de Diagnóstico del Hospital Universitario de Princeton-Plainsboro de Nueva Jersey y tiene bajo su dirección a un equipo recién contratado de tres médicos: el Dr. Eric Foreman, la Dra. Allison Cameron y el Dr. Robert Chase. Cada semana, correspondiéndose con cada capítulo, el equipo toma un caso complejo y grave, y lo resuelve mediante un proceso en el que House utiliza a los médicos de su equipo como contrapunto constante, de modo similar al método socrático (ver episodio "El método socrático"). El título del primer episodio, "Todo el mundo miente", señala la regla principal por la que se guia House para diagnosticar enfermedades y descubrir la verdad. La tensión entre verdad y mentira es uno de los temas principales de la serie. House es un médico brillante, completamente reacio al trabajo rutinario, que no respeta los procedimientos establecidos. House es una persona que con un don que no eligió. Su vocación es saber la verdad y entretenerse con laberintos, no tratar a los pacientes o salvarlos. House es un drogadicto egocéntrico, antipático y un claro ejemplo citable en seminarios de Inteligencia emocional para señalar lo que no hay que hacer".
Me acuerdo
FRANCISCO MOUAT
Me acuerdo de mi mamá besándome en la boca en la puerta de casa cuando volví un verano de El Tabo. Me acuerdo de que en esos días tenía catorce años recién cumplidos y me había puesto a pololear por primera vez. Me acuerdo de que mi primera polola se murió de aburrimiento conmigo. Me acuerdo de mi hermana chica dándome a tomar un vaso de agua con detergente. Me acuerdo de que era tan caído del catre que me lo tomé todo y terminé en el hospital. Me acuerdo de un elasticazo que me pegué en el ojo, que me tuvo varios días con parche y una marca hasta hoy. Me acuerdo de cuando me perdí en los bosques de las termas de Palguín y grité mamá con desesperación. Me acuerdo del alivio que sentí cuando perdido volví a escuchar voces, y eran las de mis hermanos mayores. Me acuerdo de que nunca les dije nada de ese episodio a mis padres. Me acuerdo de cuando salimos arrancando del camping Narquimalal la noche en que el volcán Villarrica hizo erupción, dos días antes de un Año Nuevo. Me acuerdo de ver esa noche al dueño del camping corriendo por la carretera, diciéndonos que unos muchachos habían tomado una ruta equivocada hacia el cerro y estaban perdidos. Me acuerdo de muchos años después, haber conocido a la mamá de uno de esos muchachos que se perdieron para siempre en el Narquimalal. Me acuerdo de cuando fuimos a ver pasar a Fidel Castro por avenida Ossa, iba arriba de un Fiat 125. Me acuerdo del almacén del pelado Metuaze, en la esquina de Echeñique con avenida Ossa, atendido casi siempre por su propio dueño. Me acuerdo del bazar a donde íbamos a comprar pelotas de plástico. Me acuerdo de la señora del quiosco, que nos vendía láminas de álbumes, chicles y revistas. Me acuerdo de los ciegos que se paraban en la esquina de avenida Ossa y había que ayudarlos a cruzar la calle. Me acuerdo de los Volosky, que vivían al frente y apoyaban a Allende. Me acuerdo de que en mi casa votaron por Tomic. Me acuerdo del llanto de mi abuela cuando me mostró el diario una mañana y me dijo que había ganado Allende y no Alessandri, su candidato. Me acuerdo de que era miope a los diez años y no me gustaba usar lentes, me daba vergüenza. Me acuerdo de cuando fumaba a escondidas en el patio trasero de mi casa, cerca de la casa de muñecas de mi hermana. Me acuerdo de haber roto una pelota de cuero para fabricar una honda que nunca funcionó. Me acuerdo de que una vez en quinto básico metí un gol de penal decisivo, y mis compañeros me llevaron en andas. Me acuerdo del primo farsante de mi primera polola, que decía que se acostaba con varias mujeres al mismo tiempo, y que ellas lo aplaudían. Me acuerdo de que entonces yo sentía envidia de él. Me acuerdo cuando un tordo mató a un canario en una de las jaulas de pájaros que había en la casa. Me acuerdo de la cara de desesperación de mi hermano cuando vio muerto, degollado, a uno de sus canarios. Me acuerdo de que los gatos del vecindario mataban canarios con frecuencia. Me acuerdo de cuánto odiaba mi mamá a los gatos. Me acuerdo de la primera vez que vi a un muerto: era de noche, yo tenía unos diez años, veníamos en camioneta saliendo de Rancagua, el hombre era un ciclista y estaba tirado en la calle junto a su bicicleta. Me acuerdo de que le tenía miedo a los perros grandes: una vez fuimos a acampar a Huentelauquén y no pude aguantarme y me hice pichí en la noche por terror a abrir la carpa y encontrarme cara a cara con el pastor alemán que cuidaba la parcela. Me acuerdo de que le decía a la María, que trabajaba en mi casa, que cuando grande yo la iba a llevar en moto, rajados, a donde ella quisiera. Me acuerdo de su hermano, Goyo, que la venía a visitar a Santiago con frecuencia y nos traía papas y cebollas del campo. Me acuerdo de que la María hacía dormir en las noches a mi hermana menor, y se dormía con ella.
No me acuerdo de cuando dejó la casa de mis padres para volverse a Paine. No me acuerdo demasiado de la última vez que la vi, en su casa de adobe: ella estaba vieja, yo tenía más de veinte y no andaba en moto.
Me acuerdo del día infausto en que comenté en voz alta, delante de mis padres, que la iba a visitar, y me dijeron que estaba muerta. Me acuerdo de que esa noche sentí culpa, pena, rabia, impotencia, porque nunca pude despedirme de ti, María Rosa Martínez Flores, muerta el 24 de noviembre de 1986. Me acuerdo de que yo era un niño y te quería, y pensaba que muchos años después de andar juntos en moto, un día tú te irías volando al cielo.
La vida dura
Rodrigo Pinto
Flann O'Brien (en realidad, Brian O'Nollan o Brian Nuall'in, en celta; O'Brien fue su seudónimo más exitoso) es uno de los grandes escritores irlandeses del siglo pasado -junto a James Joyce y Samuel Beckett-, pero sus libros estaban largamente ausentes de las librerías. La editorial Nórdica está publicando toda su obra, que por fortuna llega también a estas latitudes. El tercer policía, Crónica de Dalkey, La boca pobre y La vida dura son las cuatro publicadas hasta ahora; la obra total tiene un título más.
En esta última, publicada originalmente en 1961, cinco años antes de su muerte, O'Brien da buena muestra de su extraordinario talento para la sátira, que lo hermana más con sus ilustres antecesores irlandeses Swift y Sterne que con Joyce y Beckett. Es también el más cercano y divertido de los tres, como se ve claramente en esta novela ambientada entre fines del siglo XIX e inicios del XX, que transcurre casi íntegramente en una casa de Dublín. Dos hermanos, Finbart y Manus, quedan huérfanos y son recogidos por el señor Collopy, medio hermano de su madre. Ambos siguen el camino que se espera de ellos: educación religiosa en colegios católicos, a merced de "el pellejo", "un cierto número de correas cosidas entre sí y que formaban un objeto de gran grosor, casi tan rígido como una porra, pero lo suficientemente flexible como para evitar quebrar los huesos de la mano", y profunda ignorancia en todo lo demás. En la cocina, de la mano del whisky servido con generosidad, el señor Collopy y un sacerdote jesuita, el padre Fahrt, llevan a cabo sesudas, divertidas e irreverentes discusiones sobre temas de fe y moral, que muestran el clima religioso de la época y uno de los talentos de O'Brien: Collopy está obsesionado con asuntos que jamás puede expresar con claridad, por la fuerza de los prejuicios y la pasión por el eufemismo, y el narrador no se molesta en hacerlo, de manera tal que los diálogos se deslizan hacia el absurdo y demuestran un soberano manejo del lenguaje. Esto último también se advierte en las empresas que acomete Manus, el hermano mayor, que descubre las virtudes de la educación a distancia y pone a la venta delirantes manuales y productos que adelantan la industria de la autoayuda. El sorpresivo giro de la trama y el reemplazo del narrador, Finbart, por las cartas de su hermano Manus, lleva al extremo los procedimientos estilísticos de O'Brien y cierra a la perfección una novela inolvidable.
Flann O'Brien.
Nórdica, Madrid, 2009. 203 páginas.
San Pedro desconocido
¿Ya vio los géiseres del Tatio, el Valle de la Luna, los hoteles? ¿Cree que nada puede sorprenderlo? Piénselo otra vez. Porque si arrienda una 4x4 y consigue un GPS, agua y bloqueador solar, podrá descubrir que, lejos del circuito convencional, hay sorpresas espectaculares. Atrévase a seguir este recorrido por las afueras.
Por el Off San Pedro. Por Sergio Paz, desde San Pedro de Atacama.
Día 0: la misión
Me lo dijo Víctor: un guía chileno de pelo negro y largo, amante del birdwatching que, a estas alturas, debe estar besuqueándose con su novia en Alemania: "Son 370 las principales atracciones de San Pedro, así es que necesitas más de un año para conocerlas todas".
Yo mismo he ido varias veces a San Pedro y, aunque me he esforzado, tengo la certeza de que conozco poco. Es más, trato y trato y, cada vez que regreso a casa, tengo la certeza no de haber estado ni en el altiplano, ni en el desierto, sí en el Gran Despoblado de Atacama, que fue como llamaron los conquistadores a este marciano lugar, en el que a veces no puedes dar más de dos pasos sin tener que vomitar y donde sueles tener la sensación de que la cabeza, en cualquier minuto, va a reventar como sandía a fines de verano.
Ir más allá de lo tradicional es mi objetivo al arrendar esta 4x4, con baliza, huinchas fosforescentes y espartanas comodidades de minero. Llevo más bototos que tarjetas de crédito. Quiero sudar más que engordar. El plan es ir al encuentro del San Pedro desconocido. Ése que esquiva las postales.
Día 1: genios freak y la piedra mítica
Chao Antofagasta. A poco andar hago una parada en Gen; una chatarrienta comunidad donde los científicos llevan chalas y barba de varios días. Son todos genios freaks que se han obsesionado con vivir en el que, se dice, es el lugar más seco del planeta. Raro. Tiernas lechugas, plantadas y regadas pacientemente por ellos, eclosionan por aquí y por allá.
Sigo. A poco de pasar Calama me detengo en la Piedra de la Coca. Un hito poco conocido del camino. Y donde, según dice la leyenda, hay que escupir antes de seguir. Es lo que por centurias hicieron los antiguos caravaneros quienes sabían que, en Atacama, hay que avisar el paso. Dejar huella. En Atacama siempre está la paranoia de creer que te has perdido para siempre.
Poco después aparecen las luces de San Pedro. Hay que dormir: el primer destino será el cráter Monturaqui.
Día 2: un cráter milenario
Se estima que, al menos cien mil años atrás, un meteorito que viajaba a 15 kilómetros por segundo impactó la Tierra cerca del borde sur del Salar de Atacama, desatando una explosión equivalente a la de 2,2 bombas atómicas tipo Hiroshima.
Del episodio quedó un gran cráter de 31 metros de profundidad. Un lugar al que, cada temporada, deben ir un par de zorros e igual número de turistas. O poco más.
Es mi segundo intento en la vida por llegar al hoyo más famoso y desconocido de Chile. La primera vez fallé. Pero no soy el único: aquí es fácil perderse. Por eso en, cuanto puedes, huyes. A toda velocidad.
Monturaqui fue y sigue siendo uno de los viajes más excéntricos de la zona. Por eso ahora me aseguro con un GPS. Si bien las coordenadas son conocidas (23° 55' 40" sur, 68° 15' 41" oeste), se trata de una exigente ruta que comienza en Peine, tras la cual hay que avanzar por la pampa hasta dar con el cerro Tambillo; hito vecino a la carretera B 355 y que marca la llegada a la zona.
Es mediodía. Hace calor. Camino. No hay restos de meteorito. Sí impactitos; extraños fragmentos que han permitido a los estudiosos entender la naturaleza del fenómeno.
Descrito por primera vez por el geólogo Joaquín Sánchez, Monturaqui es toda una rareza. Y, aunque hay poco más que piedras y una gran hendidura en la Tierra, cuando llegas emociona saber que estás en el lugar donde el planeta se encontró con un descarriado emisario cósmico.
Y hay más. A diez kilómetros aparece el cráter de Tilocar, cuya entrada está marcada por unos impactantes tafonis: esas grandes rocas erosionadas que, en Atacama, se alzan como oníricos champiñones que se desintegran un poco cada siglo. Dalí hubiera envejecido feliz aquí. Es hora de volver.
Día 3: catedrales de piedra
No puedo dormir. Alojo a los pies de la Cordillera de la Sal, muy cerca de la fortaleza de Quitor. Y tengo sueños raros. Hay decapitados. Corre sangre. Al desayuno una camarera dice: "Se duerme extraño aquí. Los sueños son tan nítidos. Es la falta de oxígeno en el cerebro".
Estoy concentrado en lo que viene. Y eso es llegar, por mis propios medios, a un lugar que, si bien figura entre las clásicas rutas de Atacama, se suele pasar por alto. Mala cosa: el destino es Tara, sin duda, uno de los lugares más excepcionales del Off San Pedro.
La cosa es así: conduces, muy temprano, hacia el paso Jama. Y, en el kilómetro 90, doblas a la izquierda. No porque haya un cartel o indicación. Simplemente porque alguien te dijo que tenías que doblar. Y, más temeroso que obediente, lo haces con la nariz bien pegada al manubrio. Un segundo después la cita es entre el desierto y tú. ¿Por aquí? ¿Por allá? Siempre dudas. Las huellas no tienen lógica. Es raro decirlo, pero aquí el único sentido es el olfato. Sólo así darás con los Testigos de la Pakana; gigantescas rocas, vestigios de una fuerza volcánica descomunal que hubieran estado bien en una película de John Wayne.
Luego, con el mismo olfato (siempre manejando a la derecha) aparecen las Catedrales de Tara, el punto desde donde se ve por primera vez el imponente salar. Vale el dato: hay un refugio en Tara. Y, si te simpatizan los ratones, puedes almorzar cómodamente ahí, bien protegido del viento y del sol. El relajo es necesario. Al regreso, dunas de fuerte pendiente exigen habilidades dignas de París-Dakar.
Ya en San Pedro, la recompensa es el spa del hotel. Es bueno saberlo: en los últimos años San Pedro se ha transformado en el Scotsdale chileno.
Finalmente, aún hay tiempo para Beter. Un cercano ayllu que siempre había querido conocer. Así es que al atardecer me doy el gusto: en bicicleta deben ser unos 20, 25 minutos desde Caracoles, el polvoriento Ocean Drive local. En verdad, San Pedro son sus ayllus: Yaye, Larache, Chekar, Solor. También Beter, según dice la historia, el lugar donde los primeros españoles se habrían asentado tras la sangrienta batalla de Quitor, salvajemente narrada por Jerónimo de Bibar; quizás la crónica más dura que se haya escrito en territorio nacional.
Beter tiene cuento. Se dice que fue aquí donde comenzó la agricultura en la región. Y, tal como alguna vez fue el lugar de descanso de las mulas que iban hasta Cobija y Cochabamba, hoy lo es para quienes se animen a pasear entre sus bucólicos algarrobos, chañares y perales. Sólo en sitios como Beter uno cae en cuenta que San Pedro es, antes que cualquier cosa, un oasis.
Día 4: de safaris, corderos y conejos
Quiero comer cordero en Río Grande: un pueblo anclado en la montaña y al que se llega tras cruzar una curiosa puerta con dos gigantes y colorinches centinelas de madera que sus propios habitantes construyeron sobre la carretera. Una puerta digna de los Hermanos Grimm.
Para llegar a Río Grande hay que retomar la ruta a Calama y luego desviarse por un eterno camino que parece no llevar a ninguna parte.
La ansiedad cesa cuando, en medio de la nada, aparecen dos burros salvajes: todo viaje a San Pedro es también un safari.
Sorprende enterarse de la energía que hay aquí: el valle de Yerbas Buenas, con su rincón de finos petroglifos; el Valle del Arcoiris y sus curiosos colores. Vale la pena, ya en la zona, conseguir un caballo. Y recorrer. Y comer. Pero, bueno, uno no tenía por qué saberlo: el cordero debe negociarse antes.
Fallido el intento hay que seguir. Ahora hacia el sur, hacia Socaire. A media tarde, estoy sentado en uno de los restorancitos a orilla del camino. Estoy de suerte: en Socaire es el día del patrono del pueblo así es que hay música, baile, cerveza. También conejo escabechado. Una delicia que obliga a chuparse los dedos mientras la camioneta roja, ya asmática, enfila hacia el Paso Sico: la idea es ver el atardecer en las lagunas Miscanti y Meñiques.
A estas alturas la cabeza sí que está abombada. Es una puna ligera, pero endemoniada. Deben ser las cuatro de la tarde. Hace frío. Hay fuego en el cielo. Una pareja de flamencos vuela en cuanto llego al mirador. Las altas cumbres brillan. No hay nadie. Tan rojo está todo que es imposible no darse cuenta que, a esa misma hora, hay algo que también se quema en uno. Quizás por eso gusta tanto todo esto: tiene no poco de interior.
Día 5: el desafío
Bah. Al diablo la poesía barata. Ahora viene lo difícil. Antes del amanecer la mochila está lista para subir el Toco. Para los capos, sólo un cerro. Para gordos entusiastas como uno, la antesala de las altas cumbres de San Pedro. Primero el Toco, luego el Láscar, finalmente el Licancabur. Si no puedes subir el Toco, entonces olvídate.
La camioneta arranca. Manejo nuevamente hacia el paso Jama. Por ahí está la entrada al Toco. Reviso las cosas: hay fruta, agua, barras energéticas. También el gadget de moda en San Pedro: un tubo de oxígeno, barato y pequeño.
Avanzo. Primero bien. Después mal. No sabía que tengo asma. No, no es asma: es fatiga. Comienza a amanecer. A lo lejos se recortan el Llullaillaco, el Láscar. Duele respirar. Creo que voy a vomitar. Un paso. Otro paso. Es agobiante. Pero avanzas. Tanto avanzas que pasan las horas y el objetivo parece estar más cerca. Vomito. No vomito. Me ama. No me ama. Deliro. ¡Ahí está la cumbre! Abajo San Pedro. Y Cejar. Y el Gran Salar.
A prudente distancia está la cumbre del Socompa; el lugar donde, hace sólo unos meses, Steven Schmidt, becario de National Geographic, encontró unas insólitas bacterias; unos bichos -récord mundial- que pueden sobrevivir a 6 mil metros. Tomando sol todo el día. Menuda vida.
Es rico estar aquí. Aunque la vista se va, una y otra vez, al Licancabur: el reto mayor en San Pedro. Subir a su cumbre implica una expedición de dos días, vía Laguna Verde en Bolivia, a través de la Reserva Eduardo Avaroa.
Son 6 mil metros. Verticales. Y, en su cumbre, la laguna en la que nació el mito: Michel García, buzo de Cousteau, el hombre que cambió el Calypso por el amor de una pascuense, llegó un buen día ahí para batir el récord de buceo en altura. Al sumergirse, García habría encontrado una esfera luminosa que llevó a la superficie. Pero de pronto la bola voló y se hundió. Hay registro: una foto en blanco y negro que está en el comedor del Hotel Aldea Tulor.
Luego fue la Nasa y encontró unos insólitos bichos que hasta entonces no se conocían en la Tierra.
El fuerte sol ya abraza la montaña. Ahora sólo hay que bajar. Primero, sí, un escupo. Es regla: para encontrarse, primero hay que perderse.
¿Cuántos lugares aún quedan por conocer?
Agencias extremas
Volcanes: se llama Azimut 360 y, a diferencia de otras agencias, no lleva grupos sin una correcta aclimatación, que exige tiempo. Esto último significa que, por ejemplo, el Llullaillaco lo hacen en un mínimo de 12 días (1.500 dólares p/p, con hoteles incluidos). www.azimut360.com
Aire: Atacamafly cuenta con un trike -o ala delta con motor- más un parapente también con motor, para llevarlo a tomar fotos únicas. Cada circuito dura media hora. www.atacamafly.cl
A caballo: La Herradura es una empresa familiar en el ayllu de Yaye. Desde allí parten sus excursiones, desde cinco horas a diez días. www.atacamahorseadventure.com
Por el Off San Pedro. Por Sergio Paz, desde San Pedro de Atacama..
Lo mejor del norte
Revisamos el mapa para rescatar los mejores datos del norte. Aquí hay novedades, secretos y los imperdibles para este verano.
Por Rodrigo Cea y Mauricio Alarcón.
Tres primicias en regiones
Laguna Roja
A 3.700 metros de altura y más de 300 kilómetros de Iquique, se necesita una 4x4 y un guía experimentado. Sergio Cortés, uno de los mejores de la zona, cuenta que lo ideal es ir por 2 o 3 días y hacer otras actividades. Eso sí, se necesita una noche de aclimatación a la altura en el pueblo de Nama.
Si va sin guía, en Nama contacte a don Damián, quien por 16 mil pesos se pondrá al volante de su 4x4. Más información, tel. (57) 428 483; cel. (09) 9643 6222; civetcor@vtr.net. Para viajes de un día, OC Travel tiene un programa de 70 mil pesos por persona; mínimo 4 pasajeros. Más información, tel. (57) 573 260; info@octravel.cl
Observatorio
El Pangue
Con sólo ocho meses de rodaje, será la novedad para este verano en el Elqui. Sumándose a los clásicos Mamalluca (www.mamalluca.org) y Collawara (www.collawara.cl), está 16 kilómetros al sur de Vicuña y promete los mejores equipos del país abiertos al público. Para esta semana esperan la llegada del que, dicen, será el mayor telescopio público en Chile (63 centímetros de diámetro).
Los tures duran dos horas y, por el momento, comienzan a las 20:30 (depende de a qué hora oscurezca). Los niños se pueden aburrir aquí: está pensado para adultos interesados en la observación de estrellas. Valor 8.500 pesos. Más información: Tel. (51) 412 584; astronomicasur@gmail.com y observatoriodelpangue.blogspot.com
Ruta del esclavo
Inaugurada en agosto pasado, la Ruta del esclavo es la primera ruta patrimonial de la Región de Arica y Parinacota. Entre pequeños museos, cementerios, miradores, iglesias y el antiguo "criadero de esclavos", la ruta contempla, en 50 kilómetros, doce hitos para conocer las tradiciones de los esclavos africanos que llegaron a esta zona acompañando a los conquistadores españoles.
La ruta recorre caminos públicos en buen estado y bien señalizados. Descargue una guía detallada en www.bienes.cl
Seis playas perfectas
La Virgen. En varias listas y ránkings de Domingo, y en las recomendaciones de expertos (desde aventureros a fotógrafos de naturaleza), esta playa es citada a menudo. Y eso que era más o menos difícil de alcanzar. Está en la Región de Atacama (35 kilómetros al sur de Bahía Inglesa) y es como de otro país. De un país en el Caribe, por ejemplo: tiene las arenas más blancas de Chile (excluyendo, quizá, sólo quizá, a Rapa Nui) y mar turquesa. Sólo le faltan unos grados más de temperatura (pero es por encontrarle algo malo no más). ¡Ah! El nombre es por una roca que se ve poco antes de llegar a la playa (tiene cabañas y sitios equipados para acampar; www.playalavirgen.cl). Por cierto, hacia el sur de Caldera (siguiendo el camino costero) hay varias joyitas como Rocas Negras, Bahía Cisne o Puerto Viejo.
Isla Dama. Uno: es parte de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt. Dos: es bien famosa entre los que practican deportes como windsurf y gente que quiere ver delfines nariz de botella. Tres: es un sitio con bonitas playas que la gente interesada en los puntos 1 y 2 tiende a pasar de largo: La Poza y Las Tijeras (lindas, pero el agua es harto fría). Se puede llegar con los boteros de la zona (si quiere probar algo diferente, intente un recorrido en kayak con Kayakautralis, www.kayakautralis.com; Mayramar, www.turismomayramar.com; o Yak Expediciones, www.yakexpediciones.cl). Ojo, que en verano es bien-bien concurrida.
Totoralillo. Quizá la mejor de todas por su mezcla de escenografía (linda arena, hermoso mar celeste; es como un pedazo de Polinesia al sur de Coquimbo) e infraestructura (las cabañas Tiki Tano son pioneras en la zona y tienen fama propia, por sobre la playa incluso; www.tikitano.cl). También se llena harto en verano.
Playa Blanca. Claro, no es un descubrimiento, pero sigue siendo infalible: bonita, tranquila, esta playa ubicada entre Tongoy y Guanaqueros (kilómetro 415, Ruta 5 norte) puede ser la más bonita en la Región de Coquimbo. Eso sí, es muy demandada en temporada alta, así que mejor reserve (camping-resort Playa Blanca, www.playa-blanca.cl; Club Playa Blanca, www.playablanca.cl).
Cifuncho. Es una de las "incorporaciones" de la nueva Ruta Costera. Está a 42 kilómetros de Taltal, y no era inasequible precisamente, pero ahora será mucho más fácil llegar a través del nuevo tramo Paposo-Taltal. Tiene una caleta de pescadores en el extremo sur, así que se puede abastecer de ingredientes muy frescos para la comida. Hace algunos años, Domingo ya decía: "el mejor secreto del Norte Grande podría transformarse con la apertura de la nueva Ruta Costera". Mejor apurarse. Y de camino, puede conocer Las Tórtolas: solitaria, bonita, muy bonita (20 kilómetros al sur de Taltal).
Pan de Azúcar. El Parque Nacional Pan de Azúcar tiene varios bonitos sitios donde estirar la toalla, con una gran ventaja: como es una zona protegida, la cuestión no anda al lote, el acceso es controlado (bueno, un poco más) y las arenas están limpias (prácticamente todo el tiempo). Tiene campings frente a las playas El Soldado y Piqueros, hay abundante fauna (no en la playa misma; hay que caminar un poco para ver zorros y cóndores, por ejemplo), y puede coordinar navegaciones con los boteros de la zona (más información,
www.conaf.cl).
Tres caminatas esenciales
Por Álvaro Fuenzalida, guía outdoor, dueño del Lodge Altitud (www.lodgealtitud.cl) en San Pedro de Atacama.
Machuca - Río Grande: de entre 6 y 8 horas, esta caminata une estos dos pueblos altiplánicos atacameños. Hay que tener la precaución de aclimatarse antes a la altura (pasando un tiempo en el pueblo), porque parte en Machuca a 4.000 metros de altitud para ir descendiendo lentamente hasta los 3.200 metros. El camino no es apto para vehículos, pues se sigue una antigua huella de pastores.
Guatin - Gachi: caminata de no más de 3 horas, por lo mismo, es más recomendable para hacer con niños, siempre bien protegidos del sol. A lo largo del río Vilama (la continuación del río Puritama), el camino une Guatin y Gachi, dos antiguos sectores de pastoreo. El paseo se inicia a 3.200 metros de altura para descender a 2.800, y se caracteriza por la abundancia del cardón chileno, un inmenso y hermoso cactus que crece 0,9 centímetros por año.
Quebrada de Kari: ubicada en la cordillera de la Sal, se trata de una hermosa quebrada que recorre el interior de cerros de sal, la cual cruje a medida que se pone el sol, por eso -y para evitar el calor- es ideal hacer la caminata al atardecer. El recorrido comienza en la cima de esta cordillera, a 2.700 metros, y va descendiendo hasta el inicio de la quebrada de Kari. Toma unas dos horas aproximadamente.
Delicias norteñas
GUISO QUECHUA. Hecha de maíz pelado, la pataska es un guiso parecido a la carbonada que viene de la tradición Licanantay. Muy picante y símbolo de las grandes celebraciones de la zona, un buen lugar donde probarlo es el restorán Valle de Toconao (Lascar 159, Plaza de Toconao), que lo prepara con verduras y carne de cerdo o cordero. Si le suena muy pesado, pruebe con un guiso de quínoa. Cel. 07 / 951 4860.
FUSIÓN EN IQUIQUE. Creado y asesorado por el cotizado chef limeño James Berckemeyer, en poco tiempo Kiru (Amunátegui 1912) se ha convertido en el restorán más destacado de Iquique. Su preocupación por los calidad de sus productos marinos y la inspiración peruana mezclada con la sazón criolla le han brindado fama. Hace poco Berckemeyer junto al chef Renato Peralta (del Astrid y Gastón de Lima) ayudaron al cambio de carta, que incluye nuevos platos nikkei, es decir, de fusión peruana y japonesa; más frutos extraños como wantanes con salsa de rocoto dulce y chifas aderezadas con aliños locales. Más información: Tel. (57) 760 795; www.kiru.cl
EMPANADAS DELICIOSAS. En la mitad del camino entre San Pedro y los géiseres del Tatio se encuentra Machuca, un diminuto caserío a más de 4.000 metros de altura donde aún se respira cultura atacameña y, además, se ofrece excelente comida al paso. La oferta incluye unas muy sabrosas empanadas de queso de cabra. Claro que los anticuchos de llama (1.200 pesos) son las estrellas.
CEBICHE ULTRA FRESCO. Muchos arrugan la nariz antes de acercarse a las cebicherías express del Mercado de Coquimbo, y ése es un error. Casi imposible comer más barato (desde 1.000 pesos) y mejor en la zona que estos cebiches -pescados ultra frescos, sal, limón y cilantro- del terminal pesquero, abierto todos los días desde las 7:00 de la mañana.
DESAYUNO ATACAMEÑO. Ideal para empezar un día de excursiones en San Pedro, Rancho Cactus (Toconao 568) es un café abierto desde temprano en el centro del pueblo. Con cinco opciones de desayunos, 15 preparaciones de café y más de 20 para el té, el local funciona en una antigua caballeriza y ofrece además excelentes helados artesanales. Más información, tel. (55) 851 506.
Cinco aciertos en el Valle de Elqui
1 Frente al Museo Gabriela Mistral, en Montegrande, el restorán el Mesón del Fraile lleva siete años con el plato más tradicional del sector: cabrito a la olla. El chef Sergio Ortega cuenta que probó la receta tradicional de cabrito asado o al horno, pero le pareció muy duro. "Probé preparar cabritos de máximo 6 meses en su jugo, con salsas y verduras". El delicioso resultado corre de boca en boca. Más información: tel. (51) 451 232; mesondelfraile@hotmail.com
2 Un vino de uva moscatel rosada es la novedad del año en Cavas del Valle (ruta R-485, un kilómetro antes de Montegrande; tel. 51/451 352; contacto@casasdelvalle.cl), una de las bodegas emergentes del Elqui. Es un vino seco pese a usar uva moscatel, más asociada a vinos dulces. La bodega ocupa una casona del siglo 19 que debe recorrer antes de conocer la cava subterránea y realizar la degustación de sus vinos nacidos a más de mil metros de altura sobre el nivel del mar.
3 Tejidos en lanas naturales, orfebrería, arte textil y cerámica diaguita son parte de las productos de Hatha (O'Higgins s/n, Pisco Elqui), la mejor tienda de artesanía y decoración del Valle. Tiene productos de todo Chile, pero las estrellas son los locales como jabones y champú en base a vegetales del Elqui o los cotizados cojines herbales. Abre de lunes a domingo. Más información, cel. (09) 8507 8328; hathartesania@hotmail.com
4 La mezcla de distintas técnicas de masaje y la reflexología es la base de los tratamientos de Masajes la luna (Calle Prat s/n, Pisco Elqui). A cargo de Alejandra López, los tratamientos son realizados con aceites fabricados en el Valle. Masajes de media hora, 10 mil pesos; una hora, 18 mil. Agendar al cel. (09) 8330 9798 o alelope2@yahoo.com
5 Aplicando recetas familiares y tradiciones típicas del sector, Frutos del Elqui (O'Higgins s/n, Pisco Elqui) lleva una década haciendo mermeladas artesanales, jarabes y conservas. Vale la pena atreverse con sus opciones más exóticas de mermeladas: zanahoria-naranja, kiwi-plátano y manzana con nueces. Más información, tels. (51) 411 945 y (09) 9011 9192.
Ruta costera
El ambicioso proyecto implica una carretera de Arica a Puerto Montt, pero pegada a la costa. O sea, prácticamente paralela a la Ruta 5. Son 3.346 kilómetros en total, de los cuales este año se habría completado el 95 por ciento (incluyendo desde tramos pavimentados a los de ripio).
Iglesias del Altiplano que debiera conocer
Parinacota. Es uno de los principales templos del Altiplano por una razón bien simple: es de los más concurridos durante las fiestas (que es cuando muchos templos andinos cobran vida; el resto del tiempo se mantienen prácticamente cerrados). Si quiere ver la transformación, visítelo el 25 de julio (San Santiago, patrono del pueblo).
Guañacagua. Nadie va a hacer un ránking al respecto, pero los que han recorrido la zona y estudiado sus cerca de ochenta iglesias, tienden a coincidir en que la torre de Guañacagua es, si no la más hermosa, una de las construcciones de su tipo más bellas del altiplano (fiesta principal: 29 de junio, San Pedro).
Chitita. En esta iglesia se realizó uno de los proyectos de restauración más exitosos entre las iglesias del Altiplano, con participación de la Fundación Altiplano, recursos privados y apoyo de la revista Vivienda y Decoración de El Mercurio.
MÁS INFORMACIÓN
La Fundación Altiplano ha desarrollado un paciente trabajo para promover la conservación de estas iglesias y otros patrimonios culturales del norte chileno. Tiene programas de divulgación, muestras y prepara hasta un festival de cine.
www.fundacionaltiplano.cl
En auto por el Altiplano
Arica-Putre
Es la fase de aclimatación. Créanlo: es imprescindible. Son 145 kilómetros que permiten que uno se acostumbre a la altura y la falta de oxígeno (y además, tiene bonitos paisajes, como el valle de Lluta). En el kilómetro 80 hay una zona magnética, donde puede sorprender a los amigos: si detiene el auto, éste retrocederá solo. Luego de visitar sitios como Socoroma (hay que desviarse un poco, pero el pueblo es bonito y tiene arcos tallados en piedra del siglo 17), puede terminar el día en Putre, al que algunos califican como "el nuevo San Pedro". Tiene algunos hotelitos donde descansar. Y está cerca del Parque Nacional Lauca.
Putre-Surire
Mejor salir temprano. De Putre son 54 kilómetros hasta un clásico: el Lago Chungará. Está en el Parque Lauca, a 4.500 metros sobre el nivel del mal y no necesita mucha suerte para ver flamencos y guanacos. Después, la ruta sigue a Parinacota, casi siempre abandonada, a menos que haya fiesta religiosa. Después, avance a Chucuyo, de donde sale un camino de tierra al sur, hasta Ancuta y, 9 kilómetros después, el pueblito de Guallatiri con el volcán del mismo nombre a la vista. El camino llega a Viluvio (otro pueblito de mucho silencio), y sigue casi pegado al río (lo que permite ver vicuñas y suris, la versión local del ñandú) hasta el Salar de Surire. Enorme. Blanco. Hay un refugio de Conaf en la zona, pero conviene verificar antes de salir.
Surire-Iquique
Vea el amanecer sobre el Salar, y siga el camino que lo bordea hasta las Termas de Polloquere. De ahí hay que devolverse unos kilómetros hasta el cruce que lleva a Enquelga, y partir otra vez al sur, hasta Mucomucone, donde es fácil ver pastores aymaras y comprar productos de lana de alpaca. Más tarde, en Vilacoyo, verá que comienza el Parque Nacional Volcán Isluga y a partir de ahí hay pueblitos más frecuentemente. El más importante es Enquelga, que tiene una bonita iglesia. Siga. Isluga. Colchane. Más allá, Bolivia. De regreso al oeste (quizá quiera ver los Baños de Puchildiza, a 29 kilómetros), el camino baja a Huara. De ahí a Iquique falta nada.
Si hace el recorrido, use vehículo 4x4, lleve bencina, cargue agua (bébala aunque no tenga sed), lentes y bloqueador solar.
Escribir un hijo, plantar un libro y tener una planta...bien cuidada
Ser suizo no es una nacionalidad, es una clase.
COMENTARIO EN INTERNET MUY ATINADO Y LÚCIDO
"La primera temporada está integrada por 22 capítulos. El Dr. Gregory House dirige el Departamento de Diagnóstico del Hospital Universitario de Princeton-Plainsboro de Nueva Jersey y tiene bajo su dirección a un equipo recién contratado de tres médicos: el Dr. Eric Foreman, la Dra. Allison Cameron y el Dr. Robert Chase. Cada semana, correspondiéndose con cada capítulo, el equipo toma un caso complejo y grave, y lo resuelve mediante un proceso en el que House utiliza a los médicos de su equipo como contrapunto constante, de modo similar al método socrático (ver episodio "El método socrático"). El título del primer episodio, "Todo el mundo miente", señala la regla principal por la que se guia House para diagnosticar enfermedades y descubrir la verdad. La tensión entre verdad y mentira es uno de los temas principales de la serie. House es un médico brillante, completamente reacio al trabajo rutinario, que no respeta los procedimientos establecidos. House es una persona que con un don que no eligió. Su vocación es saber la verdad y entretenerse con laberintos, no tratar a los pacientes o salvarlos. House es un drogadicto egocéntrico, antipático y un claro ejemplo citable en seminarios de Inteligencia emocional para señalar lo que no hay que hacer".
Me acuerdo
FRANCISCO MOUAT
Me acuerdo de mi mamá besándome en la boca en la puerta de casa cuando volví un verano de El Tabo. Me acuerdo de que en esos días tenía catorce años recién cumplidos y me había puesto a pololear por primera vez. Me acuerdo de que mi primera polola se murió de aburrimiento conmigo. Me acuerdo de mi hermana chica dándome a tomar un vaso de agua con detergente. Me acuerdo de que era tan caído del catre que me lo tomé todo y terminé en el hospital. Me acuerdo de un elasticazo que me pegué en el ojo, que me tuvo varios días con parche y una marca hasta hoy. Me acuerdo de cuando me perdí en los bosques de las termas de Palguín y grité mamá con desesperación. Me acuerdo del alivio que sentí cuando perdido volví a escuchar voces, y eran las de mis hermanos mayores. Me acuerdo de que nunca les dije nada de ese episodio a mis padres. Me acuerdo de cuando salimos arrancando del camping Narquimalal la noche en que el volcán Villarrica hizo erupción, dos días antes de un Año Nuevo. Me acuerdo de ver esa noche al dueño del camping corriendo por la carretera, diciéndonos que unos muchachos habían tomado una ruta equivocada hacia el cerro y estaban perdidos. Me acuerdo de muchos años después, haber conocido a la mamá de uno de esos muchachos que se perdieron para siempre en el Narquimalal. Me acuerdo de cuando fuimos a ver pasar a Fidel Castro por avenida Ossa, iba arriba de un Fiat 125. Me acuerdo del almacén del pelado Metuaze, en la esquina de Echeñique con avenida Ossa, atendido casi siempre por su propio dueño. Me acuerdo del bazar a donde íbamos a comprar pelotas de plástico. Me acuerdo de la señora del quiosco, que nos vendía láminas de álbumes, chicles y revistas. Me acuerdo de los ciegos que se paraban en la esquina de avenida Ossa y había que ayudarlos a cruzar la calle. Me acuerdo de los Volosky, que vivían al frente y apoyaban a Allende. Me acuerdo de que en mi casa votaron por Tomic. Me acuerdo del llanto de mi abuela cuando me mostró el diario una mañana y me dijo que había ganado Allende y no Alessandri, su candidato. Me acuerdo de que era miope a los diez años y no me gustaba usar lentes, me daba vergüenza. Me acuerdo de cuando fumaba a escondidas en el patio trasero de mi casa, cerca de la casa de muñecas de mi hermana. Me acuerdo de haber roto una pelota de cuero para fabricar una honda que nunca funcionó. Me acuerdo de que una vez en quinto básico metí un gol de penal decisivo, y mis compañeros me llevaron en andas. Me acuerdo del primo farsante de mi primera polola, que decía que se acostaba con varias mujeres al mismo tiempo, y que ellas lo aplaudían. Me acuerdo de que entonces yo sentía envidia de él. Me acuerdo cuando un tordo mató a un canario en una de las jaulas de pájaros que había en la casa. Me acuerdo de la cara de desesperación de mi hermano cuando vio muerto, degollado, a uno de sus canarios. Me acuerdo de que los gatos del vecindario mataban canarios con frecuencia. Me acuerdo de cuánto odiaba mi mamá a los gatos. Me acuerdo de la primera vez que vi a un muerto: era de noche, yo tenía unos diez años, veníamos en camioneta saliendo de Rancagua, el hombre era un ciclista y estaba tirado en la calle junto a su bicicleta. Me acuerdo de que le tenía miedo a los perros grandes: una vez fuimos a acampar a Huentelauquén y no pude aguantarme y me hice pichí en la noche por terror a abrir la carpa y encontrarme cara a cara con el pastor alemán que cuidaba la parcela. Me acuerdo de que le decía a la María, que trabajaba en mi casa, que cuando grande yo la iba a llevar en moto, rajados, a donde ella quisiera. Me acuerdo de su hermano, Goyo, que la venía a visitar a Santiago con frecuencia y nos traía papas y cebollas del campo. Me acuerdo de que la María hacía dormir en las noches a mi hermana menor, y se dormía con ella.
No me acuerdo de cuando dejó la casa de mis padres para volverse a Paine. No me acuerdo demasiado de la última vez que la vi, en su casa de adobe: ella estaba vieja, yo tenía más de veinte y no andaba en moto.
Me acuerdo del día infausto en que comenté en voz alta, delante de mis padres, que la iba a visitar, y me dijeron que estaba muerta. Me acuerdo de que esa noche sentí culpa, pena, rabia, impotencia, porque nunca pude despedirme de ti, María Rosa Martínez Flores, muerta el 24 de noviembre de 1986. Me acuerdo de que yo era un niño y te quería, y pensaba que muchos años después de andar juntos en moto, un día tú te irías volando al cielo.
La vida dura
Rodrigo Pinto
Flann O'Brien (en realidad, Brian O'Nollan o Brian Nuall'in, en celta; O'Brien fue su seudónimo más exitoso) es uno de los grandes escritores irlandeses del siglo pasado -junto a James Joyce y Samuel Beckett-, pero sus libros estaban largamente ausentes de las librerías. La editorial Nórdica está publicando toda su obra, que por fortuna llega también a estas latitudes. El tercer policía, Crónica de Dalkey, La boca pobre y La vida dura son las cuatro publicadas hasta ahora; la obra total tiene un título más.
En esta última, publicada originalmente en 1961, cinco años antes de su muerte, O'Brien da buena muestra de su extraordinario talento para la sátira, que lo hermana más con sus ilustres antecesores irlandeses Swift y Sterne que con Joyce y Beckett. Es también el más cercano y divertido de los tres, como se ve claramente en esta novela ambientada entre fines del siglo XIX e inicios del XX, que transcurre casi íntegramente en una casa de Dublín. Dos hermanos, Finbart y Manus, quedan huérfanos y son recogidos por el señor Collopy, medio hermano de su madre. Ambos siguen el camino que se espera de ellos: educación religiosa en colegios católicos, a merced de "el pellejo", "un cierto número de correas cosidas entre sí y que formaban un objeto de gran grosor, casi tan rígido como una porra, pero lo suficientemente flexible como para evitar quebrar los huesos de la mano", y profunda ignorancia en todo lo demás. En la cocina, de la mano del whisky servido con generosidad, el señor Collopy y un sacerdote jesuita, el padre Fahrt, llevan a cabo sesudas, divertidas e irreverentes discusiones sobre temas de fe y moral, que muestran el clima religioso de la época y uno de los talentos de O'Brien: Collopy está obsesionado con asuntos que jamás puede expresar con claridad, por la fuerza de los prejuicios y la pasión por el eufemismo, y el narrador no se molesta en hacerlo, de manera tal que los diálogos se deslizan hacia el absurdo y demuestran un soberano manejo del lenguaje. Esto último también se advierte en las empresas que acomete Manus, el hermano mayor, que descubre las virtudes de la educación a distancia y pone a la venta delirantes manuales y productos que adelantan la industria de la autoayuda. El sorpresivo giro de la trama y el reemplazo del narrador, Finbart, por las cartas de su hermano Manus, lleva al extremo los procedimientos estilísticos de O'Brien y cierra a la perfección una novela inolvidable.
Flann O'Brien.
Nórdica, Madrid, 2009. 203 páginas.
San Pedro desconocido
¿Ya vio los géiseres del Tatio, el Valle de la Luna, los hoteles? ¿Cree que nada puede sorprenderlo? Piénselo otra vez. Porque si arrienda una 4x4 y consigue un GPS, agua y bloqueador solar, podrá descubrir que, lejos del circuito convencional, hay sorpresas espectaculares. Atrévase a seguir este recorrido por las afueras.
Por el Off San Pedro. Por Sergio Paz, desde San Pedro de Atacama.
Día 0: la misión
Me lo dijo Víctor: un guía chileno de pelo negro y largo, amante del birdwatching que, a estas alturas, debe estar besuqueándose con su novia en Alemania: "Son 370 las principales atracciones de San Pedro, así es que necesitas más de un año para conocerlas todas".
Yo mismo he ido varias veces a San Pedro y, aunque me he esforzado, tengo la certeza de que conozco poco. Es más, trato y trato y, cada vez que regreso a casa, tengo la certeza no de haber estado ni en el altiplano, ni en el desierto, sí en el Gran Despoblado de Atacama, que fue como llamaron los conquistadores a este marciano lugar, en el que a veces no puedes dar más de dos pasos sin tener que vomitar y donde sueles tener la sensación de que la cabeza, en cualquier minuto, va a reventar como sandía a fines de verano.
Ir más allá de lo tradicional es mi objetivo al arrendar esta 4x4, con baliza, huinchas fosforescentes y espartanas comodidades de minero. Llevo más bototos que tarjetas de crédito. Quiero sudar más que engordar. El plan es ir al encuentro del San Pedro desconocido. Ése que esquiva las postales.
Día 1: genios freak y la piedra mítica
Chao Antofagasta. A poco andar hago una parada en Gen; una chatarrienta comunidad donde los científicos llevan chalas y barba de varios días. Son todos genios freaks que se han obsesionado con vivir en el que, se dice, es el lugar más seco del planeta. Raro. Tiernas lechugas, plantadas y regadas pacientemente por ellos, eclosionan por aquí y por allá.
Sigo. A poco de pasar Calama me detengo en la Piedra de la Coca. Un hito poco conocido del camino. Y donde, según dice la leyenda, hay que escupir antes de seguir. Es lo que por centurias hicieron los antiguos caravaneros quienes sabían que, en Atacama, hay que avisar el paso. Dejar huella. En Atacama siempre está la paranoia de creer que te has perdido para siempre.
Poco después aparecen las luces de San Pedro. Hay que dormir: el primer destino será el cráter Monturaqui.
Día 2: un cráter milenario
Se estima que, al menos cien mil años atrás, un meteorito que viajaba a 15 kilómetros por segundo impactó la Tierra cerca del borde sur del Salar de Atacama, desatando una explosión equivalente a la de 2,2 bombas atómicas tipo Hiroshima.
Del episodio quedó un gran cráter de 31 metros de profundidad. Un lugar al que, cada temporada, deben ir un par de zorros e igual número de turistas. O poco más.
Es mi segundo intento en la vida por llegar al hoyo más famoso y desconocido de Chile. La primera vez fallé. Pero no soy el único: aquí es fácil perderse. Por eso en, cuanto puedes, huyes. A toda velocidad.
Monturaqui fue y sigue siendo uno de los viajes más excéntricos de la zona. Por eso ahora me aseguro con un GPS. Si bien las coordenadas son conocidas (23° 55' 40" sur, 68° 15' 41" oeste), se trata de una exigente ruta que comienza en Peine, tras la cual hay que avanzar por la pampa hasta dar con el cerro Tambillo; hito vecino a la carretera B 355 y que marca la llegada a la zona.
Es mediodía. Hace calor. Camino. No hay restos de meteorito. Sí impactitos; extraños fragmentos que han permitido a los estudiosos entender la naturaleza del fenómeno.
Descrito por primera vez por el geólogo Joaquín Sánchez, Monturaqui es toda una rareza. Y, aunque hay poco más que piedras y una gran hendidura en la Tierra, cuando llegas emociona saber que estás en el lugar donde el planeta se encontró con un descarriado emisario cósmico.
Y hay más. A diez kilómetros aparece el cráter de Tilocar, cuya entrada está marcada por unos impactantes tafonis: esas grandes rocas erosionadas que, en Atacama, se alzan como oníricos champiñones que se desintegran un poco cada siglo. Dalí hubiera envejecido feliz aquí. Es hora de volver.
Día 3: catedrales de piedra
No puedo dormir. Alojo a los pies de la Cordillera de la Sal, muy cerca de la fortaleza de Quitor. Y tengo sueños raros. Hay decapitados. Corre sangre. Al desayuno una camarera dice: "Se duerme extraño aquí. Los sueños son tan nítidos. Es la falta de oxígeno en el cerebro".
Estoy concentrado en lo que viene. Y eso es llegar, por mis propios medios, a un lugar que, si bien figura entre las clásicas rutas de Atacama, se suele pasar por alto. Mala cosa: el destino es Tara, sin duda, uno de los lugares más excepcionales del Off San Pedro.
La cosa es así: conduces, muy temprano, hacia el paso Jama. Y, en el kilómetro 90, doblas a la izquierda. No porque haya un cartel o indicación. Simplemente porque alguien te dijo que tenías que doblar. Y, más temeroso que obediente, lo haces con la nariz bien pegada al manubrio. Un segundo después la cita es entre el desierto y tú. ¿Por aquí? ¿Por allá? Siempre dudas. Las huellas no tienen lógica. Es raro decirlo, pero aquí el único sentido es el olfato. Sólo así darás con los Testigos de la Pakana; gigantescas rocas, vestigios de una fuerza volcánica descomunal que hubieran estado bien en una película de John Wayne.
Luego, con el mismo olfato (siempre manejando a la derecha) aparecen las Catedrales de Tara, el punto desde donde se ve por primera vez el imponente salar. Vale el dato: hay un refugio en Tara. Y, si te simpatizan los ratones, puedes almorzar cómodamente ahí, bien protegido del viento y del sol. El relajo es necesario. Al regreso, dunas de fuerte pendiente exigen habilidades dignas de París-Dakar.
Ya en San Pedro, la recompensa es el spa del hotel. Es bueno saberlo: en los últimos años San Pedro se ha transformado en el Scotsdale chileno.
Finalmente, aún hay tiempo para Beter. Un cercano ayllu que siempre había querido conocer. Así es que al atardecer me doy el gusto: en bicicleta deben ser unos 20, 25 minutos desde Caracoles, el polvoriento Ocean Drive local. En verdad, San Pedro son sus ayllus: Yaye, Larache, Chekar, Solor. También Beter, según dice la historia, el lugar donde los primeros españoles se habrían asentado tras la sangrienta batalla de Quitor, salvajemente narrada por Jerónimo de Bibar; quizás la crónica más dura que se haya escrito en territorio nacional.
Beter tiene cuento. Se dice que fue aquí donde comenzó la agricultura en la región. Y, tal como alguna vez fue el lugar de descanso de las mulas que iban hasta Cobija y Cochabamba, hoy lo es para quienes se animen a pasear entre sus bucólicos algarrobos, chañares y perales. Sólo en sitios como Beter uno cae en cuenta que San Pedro es, antes que cualquier cosa, un oasis.
Día 4: de safaris, corderos y conejos
Quiero comer cordero en Río Grande: un pueblo anclado en la montaña y al que se llega tras cruzar una curiosa puerta con dos gigantes y colorinches centinelas de madera que sus propios habitantes construyeron sobre la carretera. Una puerta digna de los Hermanos Grimm.
Para llegar a Río Grande hay que retomar la ruta a Calama y luego desviarse por un eterno camino que parece no llevar a ninguna parte.
La ansiedad cesa cuando, en medio de la nada, aparecen dos burros salvajes: todo viaje a San Pedro es también un safari.
Sorprende enterarse de la energía que hay aquí: el valle de Yerbas Buenas, con su rincón de finos petroglifos; el Valle del Arcoiris y sus curiosos colores. Vale la pena, ya en la zona, conseguir un caballo. Y recorrer. Y comer. Pero, bueno, uno no tenía por qué saberlo: el cordero debe negociarse antes.
Fallido el intento hay que seguir. Ahora hacia el sur, hacia Socaire. A media tarde, estoy sentado en uno de los restorancitos a orilla del camino. Estoy de suerte: en Socaire es el día del patrono del pueblo así es que hay música, baile, cerveza. También conejo escabechado. Una delicia que obliga a chuparse los dedos mientras la camioneta roja, ya asmática, enfila hacia el Paso Sico: la idea es ver el atardecer en las lagunas Miscanti y Meñiques.
A estas alturas la cabeza sí que está abombada. Es una puna ligera, pero endemoniada. Deben ser las cuatro de la tarde. Hace frío. Hay fuego en el cielo. Una pareja de flamencos vuela en cuanto llego al mirador. Las altas cumbres brillan. No hay nadie. Tan rojo está todo que es imposible no darse cuenta que, a esa misma hora, hay algo que también se quema en uno. Quizás por eso gusta tanto todo esto: tiene no poco de interior.
Día 5: el desafío
Bah. Al diablo la poesía barata. Ahora viene lo difícil. Antes del amanecer la mochila está lista para subir el Toco. Para los capos, sólo un cerro. Para gordos entusiastas como uno, la antesala de las altas cumbres de San Pedro. Primero el Toco, luego el Láscar, finalmente el Licancabur. Si no puedes subir el Toco, entonces olvídate.
La camioneta arranca. Manejo nuevamente hacia el paso Jama. Por ahí está la entrada al Toco. Reviso las cosas: hay fruta, agua, barras energéticas. También el gadget de moda en San Pedro: un tubo de oxígeno, barato y pequeño.
Avanzo. Primero bien. Después mal. No sabía que tengo asma. No, no es asma: es fatiga. Comienza a amanecer. A lo lejos se recortan el Llullaillaco, el Láscar. Duele respirar. Creo que voy a vomitar. Un paso. Otro paso. Es agobiante. Pero avanzas. Tanto avanzas que pasan las horas y el objetivo parece estar más cerca. Vomito. No vomito. Me ama. No me ama. Deliro. ¡Ahí está la cumbre! Abajo San Pedro. Y Cejar. Y el Gran Salar.
A prudente distancia está la cumbre del Socompa; el lugar donde, hace sólo unos meses, Steven Schmidt, becario de National Geographic, encontró unas insólitas bacterias; unos bichos -récord mundial- que pueden sobrevivir a 6 mil metros. Tomando sol todo el día. Menuda vida.
Es rico estar aquí. Aunque la vista se va, una y otra vez, al Licancabur: el reto mayor en San Pedro. Subir a su cumbre implica una expedición de dos días, vía Laguna Verde en Bolivia, a través de la Reserva Eduardo Avaroa.
Son 6 mil metros. Verticales. Y, en su cumbre, la laguna en la que nació el mito: Michel García, buzo de Cousteau, el hombre que cambió el Calypso por el amor de una pascuense, llegó un buen día ahí para batir el récord de buceo en altura. Al sumergirse, García habría encontrado una esfera luminosa que llevó a la superficie. Pero de pronto la bola voló y se hundió. Hay registro: una foto en blanco y negro que está en el comedor del Hotel Aldea Tulor.
Luego fue la Nasa y encontró unos insólitos bichos que hasta entonces no se conocían en la Tierra.
El fuerte sol ya abraza la montaña. Ahora sólo hay que bajar. Primero, sí, un escupo. Es regla: para encontrarse, primero hay que perderse.
¿Cuántos lugares aún quedan por conocer?
Agencias extremas
Volcanes: se llama Azimut 360 y, a diferencia de otras agencias, no lleva grupos sin una correcta aclimatación, que exige tiempo. Esto último significa que, por ejemplo, el Llullaillaco lo hacen en un mínimo de 12 días (1.500 dólares p/p, con hoteles incluidos). www.azimut360.com
Aire: Atacamafly cuenta con un trike -o ala delta con motor- más un parapente también con motor, para llevarlo a tomar fotos únicas. Cada circuito dura media hora. www.atacamafly.cl
A caballo: La Herradura es una empresa familiar en el ayllu de Yaye. Desde allí parten sus excursiones, desde cinco horas a diez días. www.atacamahorseadventure.com
Por el Off San Pedro. Por Sergio Paz, desde San Pedro de Atacama..
Lo mejor del norte
Revisamos el mapa para rescatar los mejores datos del norte. Aquí hay novedades, secretos y los imperdibles para este verano.
Por Rodrigo Cea y Mauricio Alarcón.
Tres primicias en regiones
Laguna Roja
A 3.700 metros de altura y más de 300 kilómetros de Iquique, se necesita una 4x4 y un guía experimentado. Sergio Cortés, uno de los mejores de la zona, cuenta que lo ideal es ir por 2 o 3 días y hacer otras actividades. Eso sí, se necesita una noche de aclimatación a la altura en el pueblo de Nama.
Si va sin guía, en Nama contacte a don Damián, quien por 16 mil pesos se pondrá al volante de su 4x4. Más información, tel. (57) 428 483; cel. (09) 9643 6222; civetcor@vtr.net. Para viajes de un día, OC Travel tiene un programa de 70 mil pesos por persona; mínimo 4 pasajeros. Más información, tel. (57) 573 260; info@octravel.cl
Observatorio
El Pangue
Con sólo ocho meses de rodaje, será la novedad para este verano en el Elqui. Sumándose a los clásicos Mamalluca (www.mamalluca.org) y Collawara (www.collawara.cl), está 16 kilómetros al sur de Vicuña y promete los mejores equipos del país abiertos al público. Para esta semana esperan la llegada del que, dicen, será el mayor telescopio público en Chile (63 centímetros de diámetro).
Los tures duran dos horas y, por el momento, comienzan a las 20:30 (depende de a qué hora oscurezca). Los niños se pueden aburrir aquí: está pensado para adultos interesados en la observación de estrellas. Valor 8.500 pesos. Más información: Tel. (51) 412 584; astronomicasur@gmail.com y observatoriodelpangue.blogspot.com
Ruta del esclavo
Inaugurada en agosto pasado, la Ruta del esclavo es la primera ruta patrimonial de la Región de Arica y Parinacota. Entre pequeños museos, cementerios, miradores, iglesias y el antiguo "criadero de esclavos", la ruta contempla, en 50 kilómetros, doce hitos para conocer las tradiciones de los esclavos africanos que llegaron a esta zona acompañando a los conquistadores españoles.
La ruta recorre caminos públicos en buen estado y bien señalizados. Descargue una guía detallada en www.bienes.cl
Seis playas perfectas
La Virgen. En varias listas y ránkings de Domingo, y en las recomendaciones de expertos (desde aventureros a fotógrafos de naturaleza), esta playa es citada a menudo. Y eso que era más o menos difícil de alcanzar. Está en la Región de Atacama (35 kilómetros al sur de Bahía Inglesa) y es como de otro país. De un país en el Caribe, por ejemplo: tiene las arenas más blancas de Chile (excluyendo, quizá, sólo quizá, a Rapa Nui) y mar turquesa. Sólo le faltan unos grados más de temperatura (pero es por encontrarle algo malo no más). ¡Ah! El nombre es por una roca que se ve poco antes de llegar a la playa (tiene cabañas y sitios equipados para acampar; www.playalavirgen.cl). Por cierto, hacia el sur de Caldera (siguiendo el camino costero) hay varias joyitas como Rocas Negras, Bahía Cisne o Puerto Viejo.
Isla Dama. Uno: es parte de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt. Dos: es bien famosa entre los que practican deportes como windsurf y gente que quiere ver delfines nariz de botella. Tres: es un sitio con bonitas playas que la gente interesada en los puntos 1 y 2 tiende a pasar de largo: La Poza y Las Tijeras (lindas, pero el agua es harto fría). Se puede llegar con los boteros de la zona (si quiere probar algo diferente, intente un recorrido en kayak con Kayakautralis, www.kayakautralis.com; Mayramar, www.turismomayramar.com; o Yak Expediciones, www.yakexpediciones.cl). Ojo, que en verano es bien-bien concurrida.
Totoralillo. Quizá la mejor de todas por su mezcla de escenografía (linda arena, hermoso mar celeste; es como un pedazo de Polinesia al sur de Coquimbo) e infraestructura (las cabañas Tiki Tano son pioneras en la zona y tienen fama propia, por sobre la playa incluso; www.tikitano.cl). También se llena harto en verano.
Playa Blanca. Claro, no es un descubrimiento, pero sigue siendo infalible: bonita, tranquila, esta playa ubicada entre Tongoy y Guanaqueros (kilómetro 415, Ruta 5 norte) puede ser la más bonita en la Región de Coquimbo. Eso sí, es muy demandada en temporada alta, así que mejor reserve (camping-resort Playa Blanca, www.playa-blanca.cl; Club Playa Blanca, www.playablanca.cl).
Cifuncho. Es una de las "incorporaciones" de la nueva Ruta Costera. Está a 42 kilómetros de Taltal, y no era inasequible precisamente, pero ahora será mucho más fácil llegar a través del nuevo tramo Paposo-Taltal. Tiene una caleta de pescadores en el extremo sur, así que se puede abastecer de ingredientes muy frescos para la comida. Hace algunos años, Domingo ya decía: "el mejor secreto del Norte Grande podría transformarse con la apertura de la nueva Ruta Costera". Mejor apurarse. Y de camino, puede conocer Las Tórtolas: solitaria, bonita, muy bonita (20 kilómetros al sur de Taltal).
Pan de Azúcar. El Parque Nacional Pan de Azúcar tiene varios bonitos sitios donde estirar la toalla, con una gran ventaja: como es una zona protegida, la cuestión no anda al lote, el acceso es controlado (bueno, un poco más) y las arenas están limpias (prácticamente todo el tiempo). Tiene campings frente a las playas El Soldado y Piqueros, hay abundante fauna (no en la playa misma; hay que caminar un poco para ver zorros y cóndores, por ejemplo), y puede coordinar navegaciones con los boteros de la zona (más información,
www.conaf.cl).
Tres caminatas esenciales
Por Álvaro Fuenzalida, guía outdoor, dueño del Lodge Altitud (www.lodgealtitud.cl) en San Pedro de Atacama.
Machuca - Río Grande: de entre 6 y 8 horas, esta caminata une estos dos pueblos altiplánicos atacameños. Hay que tener la precaución de aclimatarse antes a la altura (pasando un tiempo en el pueblo), porque parte en Machuca a 4.000 metros de altitud para ir descendiendo lentamente hasta los 3.200 metros. El camino no es apto para vehículos, pues se sigue una antigua huella de pastores.
Guatin - Gachi: caminata de no más de 3 horas, por lo mismo, es más recomendable para hacer con niños, siempre bien protegidos del sol. A lo largo del río Vilama (la continuación del río Puritama), el camino une Guatin y Gachi, dos antiguos sectores de pastoreo. El paseo se inicia a 3.200 metros de altura para descender a 2.800, y se caracteriza por la abundancia del cardón chileno, un inmenso y hermoso cactus que crece 0,9 centímetros por año.
Quebrada de Kari: ubicada en la cordillera de la Sal, se trata de una hermosa quebrada que recorre el interior de cerros de sal, la cual cruje a medida que se pone el sol, por eso -y para evitar el calor- es ideal hacer la caminata al atardecer. El recorrido comienza en la cima de esta cordillera, a 2.700 metros, y va descendiendo hasta el inicio de la quebrada de Kari. Toma unas dos horas aproximadamente.
Delicias norteñas
GUISO QUECHUA. Hecha de maíz pelado, la pataska es un guiso parecido a la carbonada que viene de la tradición Licanantay. Muy picante y símbolo de las grandes celebraciones de la zona, un buen lugar donde probarlo es el restorán Valle de Toconao (Lascar 159, Plaza de Toconao), que lo prepara con verduras y carne de cerdo o cordero. Si le suena muy pesado, pruebe con un guiso de quínoa. Cel. 07 / 951 4860.
FUSIÓN EN IQUIQUE. Creado y asesorado por el cotizado chef limeño James Berckemeyer, en poco tiempo Kiru (Amunátegui 1912) se ha convertido en el restorán más destacado de Iquique. Su preocupación por los calidad de sus productos marinos y la inspiración peruana mezclada con la sazón criolla le han brindado fama. Hace poco Berckemeyer junto al chef Renato Peralta (del Astrid y Gastón de Lima) ayudaron al cambio de carta, que incluye nuevos platos nikkei, es decir, de fusión peruana y japonesa; más frutos extraños como wantanes con salsa de rocoto dulce y chifas aderezadas con aliños locales. Más información: Tel. (57) 760 795; www.kiru.cl
EMPANADAS DELICIOSAS. En la mitad del camino entre San Pedro y los géiseres del Tatio se encuentra Machuca, un diminuto caserío a más de 4.000 metros de altura donde aún se respira cultura atacameña y, además, se ofrece excelente comida al paso. La oferta incluye unas muy sabrosas empanadas de queso de cabra. Claro que los anticuchos de llama (1.200 pesos) son las estrellas.
CEBICHE ULTRA FRESCO. Muchos arrugan la nariz antes de acercarse a las cebicherías express del Mercado de Coquimbo, y ése es un error. Casi imposible comer más barato (desde 1.000 pesos) y mejor en la zona que estos cebiches -pescados ultra frescos, sal, limón y cilantro- del terminal pesquero, abierto todos los días desde las 7:00 de la mañana.
DESAYUNO ATACAMEÑO. Ideal para empezar un día de excursiones en San Pedro, Rancho Cactus (Toconao 568) es un café abierto desde temprano en el centro del pueblo. Con cinco opciones de desayunos, 15 preparaciones de café y más de 20 para el té, el local funciona en una antigua caballeriza y ofrece además excelentes helados artesanales. Más información, tel. (55) 851 506.
Cinco aciertos en el Valle de Elqui
1 Frente al Museo Gabriela Mistral, en Montegrande, el restorán el Mesón del Fraile lleva siete años con el plato más tradicional del sector: cabrito a la olla. El chef Sergio Ortega cuenta que probó la receta tradicional de cabrito asado o al horno, pero le pareció muy duro. "Probé preparar cabritos de máximo 6 meses en su jugo, con salsas y verduras". El delicioso resultado corre de boca en boca. Más información: tel. (51) 451 232; mesondelfraile@hotmail.com
2 Un vino de uva moscatel rosada es la novedad del año en Cavas del Valle (ruta R-485, un kilómetro antes de Montegrande; tel. 51/451 352; contacto@casasdelvalle.cl), una de las bodegas emergentes del Elqui. Es un vino seco pese a usar uva moscatel, más asociada a vinos dulces. La bodega ocupa una casona del siglo 19 que debe recorrer antes de conocer la cava subterránea y realizar la degustación de sus vinos nacidos a más de mil metros de altura sobre el nivel del mar.
3 Tejidos en lanas naturales, orfebrería, arte textil y cerámica diaguita son parte de las productos de Hatha (O'Higgins s/n, Pisco Elqui), la mejor tienda de artesanía y decoración del Valle. Tiene productos de todo Chile, pero las estrellas son los locales como jabones y champú en base a vegetales del Elqui o los cotizados cojines herbales. Abre de lunes a domingo. Más información, cel. (09) 8507 8328; hathartesania@hotmail.com
4 La mezcla de distintas técnicas de masaje y la reflexología es la base de los tratamientos de Masajes la luna (Calle Prat s/n, Pisco Elqui). A cargo de Alejandra López, los tratamientos son realizados con aceites fabricados en el Valle. Masajes de media hora, 10 mil pesos; una hora, 18 mil. Agendar al cel. (09) 8330 9798 o alelope2@yahoo.com
5 Aplicando recetas familiares y tradiciones típicas del sector, Frutos del Elqui (O'Higgins s/n, Pisco Elqui) lleva una década haciendo mermeladas artesanales, jarabes y conservas. Vale la pena atreverse con sus opciones más exóticas de mermeladas: zanahoria-naranja, kiwi-plátano y manzana con nueces. Más información, tels. (51) 411 945 y (09) 9011 9192.
Ruta costera
El ambicioso proyecto implica una carretera de Arica a Puerto Montt, pero pegada a la costa. O sea, prácticamente paralela a la Ruta 5. Son 3.346 kilómetros en total, de los cuales este año se habría completado el 95 por ciento (incluyendo desde tramos pavimentados a los de ripio).
Iglesias del Altiplano que debiera conocer
Parinacota. Es uno de los principales templos del Altiplano por una razón bien simple: es de los más concurridos durante las fiestas (que es cuando muchos templos andinos cobran vida; el resto del tiempo se mantienen prácticamente cerrados). Si quiere ver la transformación, visítelo el 25 de julio (San Santiago, patrono del pueblo).
Guañacagua. Nadie va a hacer un ránking al respecto, pero los que han recorrido la zona y estudiado sus cerca de ochenta iglesias, tienden a coincidir en que la torre de Guañacagua es, si no la más hermosa, una de las construcciones de su tipo más bellas del altiplano (fiesta principal: 29 de junio, San Pedro).
Chitita. En esta iglesia se realizó uno de los proyectos de restauración más exitosos entre las iglesias del Altiplano, con participación de la Fundación Altiplano, recursos privados y apoyo de la revista Vivienda y Decoración de El Mercurio.
MÁS INFORMACIÓN
La Fundación Altiplano ha desarrollado un paciente trabajo para promover la conservación de estas iglesias y otros patrimonios culturales del norte chileno. Tiene programas de divulgación, muestras y prepara hasta un festival de cine.
www.fundacionaltiplano.cl
En auto por el Altiplano
Arica-Putre
Es la fase de aclimatación. Créanlo: es imprescindible. Son 145 kilómetros que permiten que uno se acostumbre a la altura y la falta de oxígeno (y además, tiene bonitos paisajes, como el valle de Lluta). En el kilómetro 80 hay una zona magnética, donde puede sorprender a los amigos: si detiene el auto, éste retrocederá solo. Luego de visitar sitios como Socoroma (hay que desviarse un poco, pero el pueblo es bonito y tiene arcos tallados en piedra del siglo 17), puede terminar el día en Putre, al que algunos califican como "el nuevo San Pedro". Tiene algunos hotelitos donde descansar. Y está cerca del Parque Nacional Lauca.
Putre-Surire
Mejor salir temprano. De Putre son 54 kilómetros hasta un clásico: el Lago Chungará. Está en el Parque Lauca, a 4.500 metros sobre el nivel del mal y no necesita mucha suerte para ver flamencos y guanacos. Después, la ruta sigue a Parinacota, casi siempre abandonada, a menos que haya fiesta religiosa. Después, avance a Chucuyo, de donde sale un camino de tierra al sur, hasta Ancuta y, 9 kilómetros después, el pueblito de Guallatiri con el volcán del mismo nombre a la vista. El camino llega a Viluvio (otro pueblito de mucho silencio), y sigue casi pegado al río (lo que permite ver vicuñas y suris, la versión local del ñandú) hasta el Salar de Surire. Enorme. Blanco. Hay un refugio de Conaf en la zona, pero conviene verificar antes de salir.
Surire-Iquique
Vea el amanecer sobre el Salar, y siga el camino que lo bordea hasta las Termas de Polloquere. De ahí hay que devolverse unos kilómetros hasta el cruce que lleva a Enquelga, y partir otra vez al sur, hasta Mucomucone, donde es fácil ver pastores aymaras y comprar productos de lana de alpaca. Más tarde, en Vilacoyo, verá que comienza el Parque Nacional Volcán Isluga y a partir de ahí hay pueblitos más frecuentemente. El más importante es Enquelga, que tiene una bonita iglesia. Siga. Isluga. Colchane. Más allá, Bolivia. De regreso al oeste (quizá quiera ver los Baños de Puchildiza, a 29 kilómetros), el camino baja a Huara. De ahí a Iquique falta nada.
Si hace el recorrido, use vehículo 4x4, lleve bencina, cargue agua (bébala aunque no tenga sed), lentes y bloqueador solar.
Neorrealismo en colores Ilusiones ópticas
Por Jorge Morales
Si la película se lleva a un nivel minimalista aún el simple sonido de una tos puede ser bastante dramático. Si el personaje principal se resbala y cae en una alcantarilla, el espectador inmediatamente se interesa por lo que le va a pasar, aún cuando en otros filmes tiran a la gente desde aviones y estos sobreviven sin ni siquiera un rasguño. Siempre he tenido la secreta ambición de hacer películas en las que el espectador después de salir del cine se sienta un poco más feliz que cuando entró. Debía encontrar optimismo sin perder la noción de la realidad, hacer neorrealismo moderno en colores.
Esta cita pertenece a una entrevista a Aki Kaurismäki a propósito del estreno de Nubes Pasajeras en 1996, pero perfectamente podría definir a Ilusiones ópticas. El lacónico y absurdo humor de Kaurismäki, su puesta en escena fría y alocada, la expresividad contenida de los actores, la composición geométricamente depurada (y fija) de sus planos –que han sido su marca registrada-, Cristián Jiménez las hace suyas con total propiedad. No es que el director chileno imite a Kaurismäki, sino que habla con fluidez la misma jerga audiovisual. Y no digo lenguaje porque Jiménez toma las entonaciones, la cadencia y el ritmo cómico sutil del cineasta finlandés, pero con tanta convicción y seguridad, que dialoga con idioma propio. De hecho, la película –aún siendo una rareza-, es mucho más realista, contemporánea, burguesa (si cabe) y menos esquemática que el cine de Kaurismäki con sus cerradas fábulas morales con look anticuado sobre la clase obrera. La película de Jiménez es más locuaz, "suelta", y por cierto, también más dispersa.
Ilusiones ópticas cruza las historias de Juan (Iván Álvarez de Araya), un ciego que recupera parcialmente la vista y no se siente satisfecho con lo que ve; Rafael (Eduardo Paxeco), un joven cesante que consigue empleo como guardia de seguridad en un mall y se enamora de Rita (Valentina Vargas), una madura cleptómana ABC1; David (Gregory Cohen), un trabajólico y amargado funcionario de la clínica Vida Sur que se siente atraído por la secretaria Manuela (Paola Lattus), hermana de Rafael. En casi todos los casos, se trata de personajes que no están a gusto –o no saben exactamente- lo que son: Juan se siente tan ajeno al mundo de los no videntes como al de los que pueden ver; Manuela quiere agrandarse los senos porque no está conforme con su cuerpo ni se siente atractiva para los hombres; y David tiene origen judío pero no sintoniza con su religión, aunque su hijo encuentre refugio en ella. El único personaje en la película que se siente bien consigo mismo resulta ser el más inescrupuloso de todos: Gonzalo (Álvaro Rudolphy), el publicista que propone a Juan –operado de la vista en Vida Sur- ser "niño símbolo" de la campaña propagandística de la clínica. Sin embargo, no se trata de un desalmado (de hecho, empatiza sinceramente con Juan) sino más bien de un conformista, un tipo que se adapta feliz al sistema sobreviviendo sin remordimientos.
La primera escena –Juan mirando Valdivia desde el ventanal de un mall- explica por sí sola las tres variables en que se balancea la película. La inconformidad sobre uno mismo, que parte con la insatisfacción de Juan sobre cuál es ahora su lugar en el mundo; la mirada parcial, fragmentaria y aparente que tenemos de la realidad, filtrada por distintos "soportes": la ceguera, la ventanilla de un auto en movimiento, los binoculares, los monitores de las cámaras del mall (donde Rafael "ve" a Rita cometer robos), y el choque entre modernidad y provincia, posiblemente la mayor de las ilusiones ópticas, donde las señales de crecimiento o desarrollo de una ciudad se reflejan a través del consumo (con el mall como icono) o la importancia de la apariencia (con la cirugía como perverso instrumento moderno de mutación).
Toda una serie de paralelos, supuestos y contradicciones en que un funcionario como David trabaja incansablemente en un empleo que no lo hace feliz ni lo valora (del que se le "desplaza" en vez de despedirlo –una muestra de cómo el lenguaje también funciona como una ilusión óptica-), una mujer adinerada como Rita roba sin motivo ni necesidad o un ex ciego como Juan debe cerrar los ojos para ver mejor (como en la escena de la grabación del spot). Con ironía, en Ilusiones ópticas la forma de superar la amargura de vivir es aceptando lo que se es, aunque sea en un acto de desesperación (David se circuncida más como un gesto urgente de consuelo que de fe) o de amor: para ver, hay que querer ver también, como en la tierna escena final.
Si bien la película tiene una potente carga visual, con una seca fotografía de Inti Briones –de colores precisos pero opacados- y una particular dedicación a trabajar la profundidad de campo a lo Jacques Tati, ocupando hasta los límites del encuadre como el mismo Jiménez ha reconocido, es interesante como esos elementos no están disociados y se integran conceptualmente a las escenas. Ver, por ejemplo, en un segundo o tercer plano a algunos funcionarios de Vida Sur con sus caras vendadas –por haber aceptado la cirugía estética que les "obsequiaron" (que en realidad es sólo un descuento, otra ilusión óptica verbal)-, aparte de llenar de gozosos chispazos de humor, es ilustrativo en términos narrativos sobre lo que no hemos visto. En ese sentido, el montaje de la película es sólido, manejando varias líneas argumentales y sus elipsis sin que se pierda la hebra de ninguna ni haya desequilibrios ni lagunas lo que siempre es complejo en una cinta coral.
Por construcción y porfía a un estilo, Ilusiones ópticas está dentro de las películas chilenas más aplicadas de los últimos años. El mayor riesgo, por tanto, estaba en que esa aplicación terminara quitándole oxígeno, que su precisa factura condicionara la historia, que la caligrafía fuera más importante que el contenido, o que ese preciosismo fuera tan premeditado que no pudiese ocultar "la mano del hombre", como de hecho ocurre cuando Juan está acostado con su esposa albina (Rosa Calderón) y el elaborado diseño del plano (donde cada mechón de cabello de la mujer está dispuesto organizadamente sobre la almohada) se "come" al plano.
Sin embargo, Jiménez tuvo varias virtudes complementarias más que impidieron que esa plástica pudiese pecar de snob: un magnífico casting, una estupenda dirección de actores (basta comparar la notable y silenciosa actuación de Valentina Vargas en Ilusiones ópticas con su participación en All inclusive, o a un Gregory Cohen a sus anchas, un actor cuya presencia y talento ha sido subexplotada) y el sur. Esa brisa austral que respira toda la película, que tiñe de gris la fotografía, que templa los diálogos y por consecuencia el humor, más cerca de las sonrisas que de las carcajadas, y ralentiza toda esa urbanidad hipócrita y deshumanizante de las grandes metrópolis.
Palabras para Amalia
FRANCISCO MOUAT
Cómo decirte, Amalia, una palabra de aliento cuando la necesites; cómo tenderte un vaso de agua cuando tengas sed, y abrazarte cuando te sientas sola. Cómo ayudarte a ir nombrando el mundo palabra a palabra. Cómo hago, querida mía, yo, que apenas vengo conociéndote, para ser parte de tu vida ahora que tu madre me elige tu padrino.
Es bueno que lo sepas de inmediato, de mi boca, cuando aún no cumples ni un año de vida: difícilmente podré mostrarte el camino de la fe, al menos como la entienden las iglesias, sino más bien uno lleno de dudas, grietas y preguntas que, sin embargo, fortalecen la aventura de estar vivos. A tu mamá no le importa que no te llene de cruces ni santitos. Se lo agradezco. Ella me ha encomendado una tarea enorme y difícil, pero tal vez la más noble a la que me hayan convocado después de ser padre: acompañar tu vida, poner una mano sobre tu cabeza y quererte, quererte mucho, quererte tanto que sea una fiesta contestarte cuando me llames, sacarte a pasear a una plaza en días de sol, curarte las heridas, llevarte al viento en bicicleta y leerte un día un cuento que te haga dormir en mis brazos.
Te confieso que he sido un padrino ausente, de un ahijado bueno como el pan que merece mucho más y al que conozco poco, mucho menos de lo que quisiera y debiera, tal vez por no entender desde el comienzo qué significaba serlo. No quiero que esto me vuelva a pasar. Pero no puedo estar seguro. Me gustaría siempre poder contenerte, especialmente en aquellos días en que nada brille a tu alrededor.
Prométeme, Amalia, que sabrás hacerme reír, de la misma manera como ahora yo lo hago contigo, maravillosa criatura recién nacida. Te esperan días y noches impredecibles, ojalá colores vivos en tu mirada y buena gente en el camino. Hay unos versos de Rilke que me gustaría heredarte en el tiempo: "¿Quién te dice que todo desaparece?/ Del pájaro que hieres,/ ¿quién sabe si no queda el vuelo?/ Y tal vez las flores de las caricias/ nos sobrevivan y también a su tierra".
No haré ningún esfuerzo especial por imponerte gustos y aficiones, pero difícilmente podrás impedir que en tu dormitorio haya una estantería con libros, y algún muro con fotografías desplegadas en blanco y negro. Un día las apreciarás, un día aprenderás a leer, un día querrás, estoy seguro, que te lleve de viaje al mar o a la montaña, a ver las aguas correntosas de un río, y sentarnos sobre piedras y escuchar el incomparable sonido de la naturaleza salvaje.
No necesitamos dinero, Amalia, para emprender el viaje, del mismo modo como recordarnos será una manera de estar el uno en el otro. Quiero que en nuestras vidas los sentidos hagan su trabajo: que así como un día recuperé el aroma de las salas de cine de mi infancia, a donde iba acompañado de mi madrina, tú también puedas olfatear mi piel en la distancia. Quiero que a tu piel no le falte emoción. No te ofrezco bienes, porque no los tengo. Prefiero obsequiarte palabras, fotografías, gestos y escenas que atesores en esa memoria privilegiada que hoy recién comienza a ocuparse.
Ojalá no pierdas la capacidad de asombrarte, Amalia; ojalá descubras por ti misma nuevos placeres mundanos, ejercites la curiosidad y cultives la amistad. Mientras tenga energía y salud, formarás parte de mi paisaje vital, y habrá un día en que veremos juntos algún amanecer. ¿Me dejarás despertarte esa madrugada con los primeros cantos de los pájaros, para entre sueños saludar el milagro de un nuevo día de vida?
En un pasaje de su Diario íntimo, Gabriela Mistral recuerda a su madre, "con su mínimo cuerpo, reidora y feliz", allegándole una jarra de agua cuando ella volvía de trotar en los cerros del valle de Elqui: "Es el gesto más límpido que guardo y que viene a mí sin ser llamado". Un día, Amalia, espero, encontrarás en el recuerdo, sin buscarlo, sin que lo llames, gratuito, un episodio de cariño y amor que nos reúna. Quiero que sepas que en ese momento, donde sea que me encuentre, compartiré contigo la felicidad de este gran regalo que me ha hecho tu madre: ser tu padrino, hoy, mañana, hasta el último de los días.
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La felicidad trae suerte
La película nos recuerda que el último fin de la pedagogía es el aprendizaje del dolor: descubrir que el mundo es más duro que gentil.
Ascanio Cavallo
En el cine de Mike Leigh, la gente entra en la pantalla como si fuese pasando frente a una ventana. Son personas vivas, y su aspecto es una delicada síntesis de su identidad, pero en los primeros minutos no se sabe bien hacia dónde van, qué buscan, cuál es la profundidad de su relación con el mundo. Poppy (Sally Hawkins), por ejemplo, emerge en la secuencia de créditos pedaleando alegremente en bicicleta, feliz consigo misma y con el mundo, saludando, sonriendo y haciendo muecas.
Poco a poco nos vamos enterando de que tiene 30 años, comparte un piso con su amiga Zoe (Alexis Segerman) y vive haciendo bromas, algo que no cae bien a todo el mundo y que es una excentricidad dentro del barrio de clase trabajadora de Camden, en el norte de Londres.
Luego sabemos que es profesora primaria: y aquí descubrimos que no es excéntrica, sino una maestra dedicada, que atiende con detalle a su pequeña tribu multicultural. Desde ese punto y en forma sorpresiva, La felicidad trae suerte, se despliega como una película sobre la pedagogía, aunque en un sentido más amplio del que tiene, por ejemplo, en Entre los muros.
Es, claro, la pedagogía afectiva de Poppy. Pero es también la pedagogía fascista del instructor de conductores Scott (Eddie Marsan), la pedagogía dramática de la profesora de flamenco (Karina Fernández), la pedagogía social del asistente Tim (Samuel Roukin), un repertorio de modelos que nos recuerdan que, despejada la hojarasca, el último fin de la pedagogía es -para usar un bello título de Carlo Emilio Gadda- el aprendizaje del dolor, o el descubrimiento de que el mundo es más áspero que suave, más duro que gentil.
En la secuencia más hermosa, nocturna y enigmática de la película, Poppy se acerca a un vagabundo que repite un estribillo y unas sílabas sueltas, un hombre que podría ser peligroso, pero que también es el reflejo de una soledad sin fondo, una conciencia estragada por el desafecto, la locura y quizás el Alzheimer. Poppy no sabe cómo ser buena con este despojo humano, pero los encuadres de Mike Leigh sugieren que él sí la entiende a ella.
Este momento epifánico está en el centro del relato, e identifica sintéticamente la pedagogía de Poppy con el deseo de hacer el bien, que a su turno explica su alegría continua, sus bromas y su optimismo. La ingenuidad de Poppy emerge entonces como una estrategia lúcida y profunda para reponer a su alrededor la idea casi olvidada de felicidad.
La felicidad trae suerte confirma qué gran cineasta es Mike Leigh, sentimental, realista, fiel a la clase trabajadora. Sus mejores películas (Secretos y mentiras, Vera Drake, A todo o nada) tratan sobre gente que intenta hacer el bien en un mundo donde ese propósito carece de prestigio intelectual y político. Y es por eso mismo, como un desafío al nihilismo, como un acto de resistencia contra el abandono, que la cámara alerta de Leigh las captura, igual que a Poppy, mientras van pasando frente a la ventana.
Happy-go-lucky
Y las mejores de la década son… Cristián Ramírez
A sabiendas que cualquier lista de “lo mejor” parte derrotada por su propia ambición, la tentación por compilar los momentos más destacados del último decenio era demasiado grande como para pasarla por alto. Tanto por la calidad del material y todas las transformaciones del período como por nuestro propio cambio como espectadores. Porque vaya que hemos cambiado.
He pasado estos últimos días haciendo algo que había abandonado hace años. Listas. Listas. Listas. Se supone que son el placer del cinéfilo, pero también pueden ser una tortura. Por lo que uno incluye, por lo que deja fuera o lo que se olvida. Imposible dar en el gusto a todos si uno no puede ponerse de acuerdo ni consigo mismo; pero aún así, vale la pena mirar hacia atrás, aunque sea sólo para comprobar cuánto de lo que se vio y se admiró todavía goza de buena salud.
¿Hay 100 películas que se puedan rescatar de esta primera década del siglo? Las hay. Y tal vez haya lugar para doscientas. Mal que mal, la porción que se estrena en las salas o de lo que se compra/arrienda, ya es sólo otra parte más del total: hoy, más que nunca en la historia las películas parecen estar por todas partes, listas para que las veamos. Si el problema antes era rastrearlas y conseguirlas antes que salieran de los cines o de los festivales que las exhibían, el desafío ahora es disponer del tiempo suficiente para mirar lo que se pueda. En salas, en la tele, en computador, en mp4… En apenas diez años la forma en que nos relacionamos con el cine cambió profundamente y apenas nos dimos cuenta, porque -con toda seguridad- estábamos cambiando junto a él. ¿Cuánto? Es cosa de ver:
- El envase. ¿Se acuerdan de su colección de VHS? ¿En qué parte de la casa la tienen botada? ¿Cuándo fue la última vez que vieron uno? No deja de ser extraño haber partido la década haciendo espacio en la casa para los videocasetes y terminarla ordenando nuestras películas en un disco duro externo.
- Un blockbuster no es una película. Es decir se parecen, pero no son iguales. La manera en que hoy se coordina el lanzamiento de megaestrenos como Luna nueva está más cerca del lanzamiento de un software o un videojuego, que de un artefacto narrativo. Los problemas que enfrenta hoy James Cameron -que en estos momentos trabaja contrarreloj terminando Avatar- son tanto gerenciales como ingenieriles. ¿Qué fue del artista que desafió a medio mundo filmando Titanic? Bueno, murió con la década pasada. El Cameron de hoy es una mezcla entre CEO, científico y director de cine, una bestia de tres cabezas que hasta a él mismo le cuesta coordinar.
- El señor Documental. Da lo mismo si le creen a esta lista o a cualquier otra: cualquier revisión de la década tiene sí o sí que dar cuenta del advenimiento del documental -más bien, del registro de no ficción- como el nuevo formato rey en un mundo donde las cámaras se asoman por todas partes. Filmes documentales como Los recolectores y la recoletora, En construcción, El cielo gira, Los Angeles plays itself, Of time and the city o Aquí se construye, aportaron un nivel de comprensión de nuestro entorno y la forma en que vamos asimilando los cambios de la modernidad con una intensidad que sólo se había alcanzado antes a través de la literatura y las ciencias sociales. Y mejor aún: sin perder en ningún momento la capacidad de identificar, entretener y emocionar. ¿El futuro? Como dicen los expertos en realities: “nuestro consumo de hechos reales y vidas privadas está siempre en aumento”. Y seguirá subiendo.
- Chile, tardío despertar. Por más que los críticos del financiamiento estatal y de las pequeñeces de nuestra industria sigan teniendo material para quejarse, las cuentas son positivas: es impresionante ver cómo la calidad de nuestra producción ha ido aumentando a medida que nos acercamos al bicentenario (ver recuadro). El grave problema es que con la misma velocidad ha ido disminuyendo la recaudación de las películas chilenas. ¿Acaso estamos haciendo un cine para élites? Vale la pena preguntárselo, porque todo indica que en la próxima década nuestras cintas ganarán más y más premios internacionales. Los años que vienen serán claves.
- Lo bueno. La aparición en escena de Corea del Sur, cuna del mejor cine narrativo de estos días. El regreso del “mejor” Eastwood. La película reducida a archivo de 700MB. Lynch transmutado en pintor de imágenes. La apertura a nuevos cines, vía el DVD. El adiós de Bergman. La revitalización del cine italiano.
- Lo malo. El lento eclipse del cine taiwanés (la gran sorpresa de los 90). La inevitable guerra de los formatos digitales. El bajón mexicano (tras un gran comienzo). Disney marca el paso (hasta que es rescatada por Pixar). El 3-D usado para cualquier cosa. La lentitud de nuestra cartelera (como verán, los mejores filmes de estrenados en Chile el 2009 son, en realidad, de 2008).
- ¿Jubilados? Lo siento, pero les advierto que en esta lista no figuran Scorsese, Coppola, Allen, Kusturica, Burton ni Almodóvar. En lo que a la década respecta podrían haberse acogido a retiro y no se habría sentido la diferencia. Scorsese está transformado en gran agente de relaciones públicas para su obra. Kusturica usó estos años para vivir sus sueños de músico de rock, Tim Burton administra con criterio de curador de arte el legado que gestó en los 90 -exhibición en el MoMa incluida-, Woody se fue de tour por Europa y Coppola se reinventó como un humilde aprendiz del cine digital (ojo, que algo bueno podría salir de ahí). Lo más doloroso corre por cuenta de Almodóvar, cuyos momentos más brillantes están contenidos, mejor dicho arrinconados, en películas donde ya no tiene puesto ni la cabeza ni el corazón sino sólo su marca registrada (como si en vez de director cine, se hubiera convertido en perfumero). Es duro admitirlo, pero de ellos seguimos esperando con magullada fe obras de madurez que no llegan. Apúrense, por favor.
- Las películas pasarán de moda. Del cúmulo de impresiones que arroja la década, tal vez ésta sea la más extraña e inquietante de todas. Los formatos y la tecnología han cambiado hasta volverse irreconocibles, pero en el intertanto la industria ha seguido empeñada en producir películas de la misma manera (y mayor costo) en circunstancias que muchos ya poseen los medios para contar historias -y muchas otras cosas- desde sus propias casas. No es una idea nueva: a principios de los años ochenta, Francis Coppola soñaba despierto con la posibilidad de hacer cine como quien hacía un libro, en soledad, con mínimos recursos. Y ese sueño hace rato es realidad: en 2003, Wang Bing -un joven periodista chino- estrenó Al oeste de los rieles, un impresionante relato acerca de la muerte de una ciudad del circuito industrial de Shenyang, proceso que dejó en la miseria a miles de personas. Wang había ido con mochila y cámara de video casero a grabar un registro personal, pero emergió con un documento desgarrador.
De modo que sí, la fantasía de Coppola ya es posible, pero no estoy seguro que en el futuro -en la década que viene y más allá- esos artefactos visuales, esta suerte de “micro cine”, de “cine a lápiz”, siga el mismo camino que las películas, en especial las de gran formato. Estas seguirán existiendo, pero eventualmente tendrán que dejarle espacio a su primo hermano, que será tan vital y tan intenso como ellas.
Y ahora, las listas de rigor… (en los siguientes días iremos dedicando un artículo a cada lista, pero por ahora todas van juntas)
¿Qué películas escogerían ustedes para representar a la década? ¿Las que expresan continuidad, las que rompen con todo, las que desde ya forman parte del futuro? Un poco de todo eso -y también de ambición, coraje, grandilocuencia, curiosidad, buena y mala fe- hay en lo que sigue. Aunque se trata de una elección arbitraria y personal, cada uno de los títulos mencionados amerita búsqueda y revisión, independiente de que su propia memoria cinematográfica esté en desacuerdo con la mía. Al final esa es la idea: que hagan su propia lista, una que incluya todo lo que se le escapó a ésta (decenas de títulos) y que -por cierto- la mejore.
(Notas: Ninguna película está ordenada por jerarquía. Las del cuadro de honor van por año. El resto, por orden alfabético. 2009 está incompleto y subrepresentado porque nuestra escuálida cartelera no deja de conspirar en nuestra contra.)
El cuadro de honor
- Yi yi, Edward Yang (Taiwán, 2000). Mitad saga, mitad íntima reflexión, se trata de la palabra final en torno al espacio vital y la dinámica familiar del cambio de siglo. Si alguien quisiera examinarnos a partir de nuestros afectos debería partir por esta obra maestra absoluta.
- Los recolectores y la recolectora, Agnes Varda (Francia, 2000). Considerar que Varda es sólo una veterana de la Nueva Ola Francesa sería insultarla. Su documental sobre cómo el reciclaje está incorporado en lo profundo de nuestra especie más que una película es una lección de vida y modernidad.
- En construcción, José Luis Guerín (España, 2001). La demolición y reedificación de un barrio de Madrid, de pie a una reflexión sobre el incesante cambio a que está sujeto el viejo mundo. Aunque inexplicablemente perdió en el Festival de San Sebastián frente a nuestra Taxi para tres, su posteridad está más que asegurada.
- 10, Abbas Kiarostami (Irán, 2002). Diez secuencias. Sólo primeros planos. Cámara fija. Un cine reducido a su mínima expresión da cuenta del disminuido estatus de la mujer en la vida diaria del Islam (y de más allá). La culminación del perfecto y económico arte de uno de los directores más grandes de todos los tiempos.
- La niña santa, Lucrecia Martel (Argentina, 2004). El filme de tribu por excelencia: sea a nivel de grupo colegial, de amigas, de colegas, de pueblo provinciano o nación de tercer mundo, la mirada de Martel sobre lo que en apariencia es un simple drama adolescente, es implacable.
- Los amantes regulares, Philippe Garrel (Francia, 2005). ¿Cómo filmar mayo del 68 sin parecer un viejo gagá (a lo Bertolucci) y sin caer en las simplificaciones de la ficción? Al imaginarlo a la manera de los poetas malditos, Garrel se deshace de todo ridículo y rescata impagables dosis de verdad.
- Imperio, David Lynch (Estados Unidos, 2006). ¿Se trata en realidad de una película? A juzgar por su poder de combinatoria, por su tamaño y ambición, Inland empire más bien parece un enorme cuadro, una suerte de supremo collage que resiste con todas sus fuerzas estar colgado en un museo.
- Zodiac, David Fincher (Estados Unidos, 2007). La historia más vieja del libro -”descubrir al asesino”- se convierte en una meditación sobre las trampas de la memoria, el transcurso del tiempo y la derrota inevitable.
- Petróleo sangriento, Paul Thomas Anderson (Estados Unidos, 2007). El capitalismo como pulsión animal. La historia como máquina. El cine como liturgia. Scorsese habría matado por hacer un filme como éste, pero el joven Anderson le ganó en su propio territorio.
- Synecdoche NY, Charlie Kaufman (Estados Unidos, 2008). Parábola desesperada acerca de un artista que llega hasta las últimas consecuencias para escenificar su vida, su ciudad y su mundo, es también el punto de convergencia de las mejores y más claustrofóbicas tendencias del cine americano. Atención, que es uno de los próximos estrenos del Festival de Cine Wikén.
El resto:
2000
- El círculo (Jafar Panahi, Irán)
- Con ánimo de amar (Wong Kar-wai, Hong-Kong)
- No quarto da Vanda (Pedro Costa, Portugal)
- Platforma (Jia Zhang-Ke, China)
- Código desconocido (Michael Haneke, Francia)
2001
- Donnie Darko (Richard Kelly, USA)
- El espinazo del diablo (Guillermo del Toro, México)
- El viaje de Chihiro (Hayao Miyazaki, Japón)
- Gosford Park (Robert Altman, USA)
- Inteligencia artificial Steven Spielberg, USA)
- Kairo (Kiyoshi Kurosawa, Japón)
- La comunidad del anillo (Peter Jackson, USA)
- La habitación del hijo (Nanni Moretti, Italia)
- Mulholland Dr. (David Lynch, USA)
- Y tu mama también (Alfonso Cuarón, México)
2002
- Adaptation (Spike Jonze, USA)
- Blissfully yours (Apitchapong Weerasetakul, Tailandia)
- Bajo mi piel (Marina de Van, Francia)
- El arca rusa (Aleksandr Sokurov, Rusia)
- El hijo (Jean Pierre y Luc Dardenne, Bélgica)
- El pianista (Roman Polanski, USA-Francia)
- Identidad desconocida (Doug Liman, USA)
- Infernal affairs (A. Lau y A. Mak, Hong Kong)
- Turning gate (Hong Sang-soo, Corea del Sur)
- Uzak (Nuri Bilge Ceylan, Turquía)
2003
- Al oeste de los rieles (Wang Bing, China)
- All the real girls (David Gordon Green, USA)
- Bright leaves (Ross McElwee, USA)
- Café Lumiere (Hou Hsiao-hsien, Taiwán)
- Capturing the Friedmans (Andrew Jarecki, USA)
- Coffee and cigarettes (Jim Jarmusch, USA)
- Elephant, (Gus Van Sant, USA)
- Los Angeles plays itself (Thom Andersen, USA)
- Memories of murder (Bong Joon-ho, Corea del Sur)
- Old boy (Park Chan-wook, Corea del sur)
- Río místico (Clint Eastwood, USA)
- Saraband (Ingmar Berman, Suecia)
- Triple agente (Eric Rohmer, Francia)
2004
- Código 46 (Michael Winterbottom, Inglaterra)
- Collateral (Michael Mann, USA)
- El cielo gira (Mercedes Álvarez, España)
- Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (Michel Gondry, USA)
- L’intrus (Claire Denis, Francia)
- Metallica: Some kind of monster (J. Berlinger y B. Sinofsky, USA)
- Nadie sabe (Hirokazu Kore-eda, Japón)
- Nuestra música (Jean-Luc Godard, Francia)
- Whisky (J.P. Rebella y J. Stoll, Uruguay)
2005
- Crossing the bridge (Fatih Akin, Alemania)
- El gran silencio (Philip Gröning, Alemania)
- El nuevo mundo (Terrence Malick, USA)
- La nube errante (Tsai Ming-liang, Taiwán)
- Lords of Dogtown (Catherine Hardwicke, USA)
- Los tres entierros de Melquíades Estrada (Tommy Lee Jones, USA)
- Waking life (Richard Linklater, USA)
2006
- El tiempo (Kim Ki-duk, Corea del Sur)
- La conquista del honor (Clint Eastwood, USA)
- La muerte del señor Lazarescu (Cristi Puiu, Rumania)
- Old joy (Kelly Reichardt, USA)
- The fog of war (Errol Morris, USA)
- Una historia de violencia (David Cronenberg, Canadá)
- When the levees broke (Spike Lee, USA)
2007
- Beowulf (Robert Zemeckis, USA)
- Death proof (Quentin Tarantino, USA)
- En la ciudad de Sylvia (José Luis Guerín, España)
- Hacia rutas salvajes (Sean Penn, USA)
- Las horas de verano (Olivier Assayas, Francia)
- Marie Antoinette (Sofia Coppola, USA)
- Michael Clayton (Tony Gilroy, USA)
- Ratatouille (Brad Bird, USA)
2008
- Che (Steven Soderbergh, USA)
- Encuentros en el fin del mundo (Werner Herzog, USA)
- Entre los muros (Laurent Cantet, Francia)
- Gomorra (Mateo Garrone, Italia)
- La felicidad trae suerte (Mike Leigh, Inglaterra)
- Of time and the city (Terence Davies, Inglaterra)
- Vals con Bashir (Ari Folman, Israel)
- WallE (Andrew Stanton, USA)
2009 (hasta ahora)
- A serious man (Joel y Ethan Coen, USA)
- The hurt locker (Kathryn Bigelow, USA)
- UP (P. Docter y B.Peterson, USA)
Chile
- Aquí se construye (Ignacio Agüero, 2000)
- Cofralandes, rapsodia chilena (Raúl Ruiz, 2002)
- Días de campo (Raúl Ruiz, 2004)
- El cielo, la tierra y la lluvia (J.L. Torres Leiva, 2008)
- La fiebre del loco (Andrés Wood, 2001)
- La nana (Sebastián Silva, 2009)
- La mamá de mi abuela le contó a mi abuela (Ignacio Agüero, 2005)
- Huacho (Alejandro Fernández, 2009)
- Tony Manero (Pablo Larraín, 2008)
- Turistas (Alicia Scherson, 2009)
Cristián Warnken
Jueves 26 de Noviembre de 2009
Sé tú quien eres
Me entero por azar de que alguien, usando mi nombre, “twittea” mensajes —supuestamente míos— en internet. Creo que hasta he opinado —en realidad lo ha hecho mi falso otro yo— sobre el conflicto con Perú, la baja del dólar y qué sé yo… El Twitter parece ser el paraíso de los opinólogos, y ahora lo es de los usurpadores de identidad. Hasta hace poco no sabía lo que era “twittear” y el verbo me ha parecido siempre una de esas siutiquerías en spanglish que abundan hoy entre los “hiperconectados”, los esclavos de Blackberry, los adictos de Facebook y otras yerbas.
Dos fenómenos aparentemente opuestos coexisten hoy en la red: un narcisismo exhibicionista desatado, por un lado, y un travestismo de identidades, por otro. En realidad, intuyo que son dos caras de una misma moneda.
Pero ése es tema para otra columna. Por ahora me centraré en esa subespecie de los travestis virtuales: los que usurpan una identidad o se refugian bajo un nombre falso, y practican el deporte de atacar y enlodar a otros impunemente. Son tiempos de cobardía, de no dar la cara, de espadachines de debates virtuales que, en la realidad, serían incapaces de discutir frente a frente con otro.
Nuestros tatarabuelos resolvían sus diferencias en duelos cuerpo a cuerpo. Hoy, muchos se dan “tunazos” en encendidos blogs, pero jamás se atreverían a pegar o recibir un buen combo, como en los viejos tiempos. Hay algo psicopático y esquizofrénico en todo esto. Alumnos —escudados en el anonimato o bajo falsas identidades— linchan públicamente a un profesor o a un compañero. Esto no es el “ágora” virtual, como algunos eufóricos del cibermundo han querido sugerir. Por favor, no ofendamos a los griegos, que sí supieron dialogar, con altura y estilo, al aire libre, en los jardines de la academia. Esto es la orgía de ociosos que se lo pasan pegados al computador, falsos héroes de guerras de mentira. Es la gran escuela de la cobardía, de la falta de virilidad.
De estas prácticas se están alimentando las nuevas generaciones: en no dar la cara, en no arriesgarse al intercambio directo, con voz, cuerpo, presencia, réplica y contrarréplica mirándose a los ojos. ¿Qué engendros saldrán de esta sopa de tecnología y cobardía? Bienvenidos al gran Carnaval 2.0, donde bajo máscaras de todo tipo muchos anónimos se sienten controlando el mundo con un zapping y un mouse, como en el circo romano.
Estamos ante un nuevo tipo de terrorismo virtual diseminado, una red de pequeños Bin Laden dispuestos a disparar a quemarropa, sin dios ni ley. Pero sin riesgo personal alguno. No estoy diciendo que internet y todos sus derivados sean malos ni buenos en sí mismos. El tema es quién los usa. No son lo mismo Oscar Wilde o la Madre Teresa de Calcuta opinando, que cualquier ocioso e incontinente verbal manejando estos nuevos medios de comunicación. Ése es el problema de fondo: hemos llegado al máximo desarrollo y disponibilidad de tecnología, pero sin un desarrollo espiritual y cultural acordes. Hoy tenemos circulando libremente a una legión de monos con navaja. Y las navajas son Facebook, Twitter y los blogs —estos últimos, extraordinarios medios de comunicación: he aprendido mucho de nuestros lectores leyendo sus opiniones.
En los blogs a veces asistimos a conversaciones enriquecedoras y estimulantes (un verdadero caleidoscopio de puntos de vista), pero que terminan siendo arruinadas por resentidos de todo tipo, psicópatas, hackers y toda una fauna más bizarra que la corte de los milagros. El imperativo “Sé quien eres” fue formulado por Píndaro, el gran poeta griego, hace más de dos mil años. ¿No nos estaremos volviendo adictos a hablar desde las sombras, donde no llega la luz, como niños mentirosos y sin voluntad de ser lo que somos de verdad? Leo que los “twitteros” están eligiendo en estos días al “rey” o “reina” del Twitter. Lo único que faltaría es que mi usurpador me presente de candidato.
Por Jorge Morales
Si la película se lleva a un nivel minimalista aún el simple sonido de una tos puede ser bastante dramático. Si el personaje principal se resbala y cae en una alcantarilla, el espectador inmediatamente se interesa por lo que le va a pasar, aún cuando en otros filmes tiran a la gente desde aviones y estos sobreviven sin ni siquiera un rasguño. Siempre he tenido la secreta ambición de hacer películas en las que el espectador después de salir del cine se sienta un poco más feliz que cuando entró. Debía encontrar optimismo sin perder la noción de la realidad, hacer neorrealismo moderno en colores.
Esta cita pertenece a una entrevista a Aki Kaurismäki a propósito del estreno de Nubes Pasajeras en 1996, pero perfectamente podría definir a Ilusiones ópticas. El lacónico y absurdo humor de Kaurismäki, su puesta en escena fría y alocada, la expresividad contenida de los actores, la composición geométricamente depurada (y fija) de sus planos –que han sido su marca registrada-, Cristián Jiménez las hace suyas con total propiedad. No es que el director chileno imite a Kaurismäki, sino que habla con fluidez la misma jerga audiovisual. Y no digo lenguaje porque Jiménez toma las entonaciones, la cadencia y el ritmo cómico sutil del cineasta finlandés, pero con tanta convicción y seguridad, que dialoga con idioma propio. De hecho, la película –aún siendo una rareza-, es mucho más realista, contemporánea, burguesa (si cabe) y menos esquemática que el cine de Kaurismäki con sus cerradas fábulas morales con look anticuado sobre la clase obrera. La película de Jiménez es más locuaz, "suelta", y por cierto, también más dispersa.
Ilusiones ópticas cruza las historias de Juan (Iván Álvarez de Araya), un ciego que recupera parcialmente la vista y no se siente satisfecho con lo que ve; Rafael (Eduardo Paxeco), un joven cesante que consigue empleo como guardia de seguridad en un mall y se enamora de Rita (Valentina Vargas), una madura cleptómana ABC1; David (Gregory Cohen), un trabajólico y amargado funcionario de la clínica Vida Sur que se siente atraído por la secretaria Manuela (Paola Lattus), hermana de Rafael. En casi todos los casos, se trata de personajes que no están a gusto –o no saben exactamente- lo que son: Juan se siente tan ajeno al mundo de los no videntes como al de los que pueden ver; Manuela quiere agrandarse los senos porque no está conforme con su cuerpo ni se siente atractiva para los hombres; y David tiene origen judío pero no sintoniza con su religión, aunque su hijo encuentre refugio en ella. El único personaje en la película que se siente bien consigo mismo resulta ser el más inescrupuloso de todos: Gonzalo (Álvaro Rudolphy), el publicista que propone a Juan –operado de la vista en Vida Sur- ser "niño símbolo" de la campaña propagandística de la clínica. Sin embargo, no se trata de un desalmado (de hecho, empatiza sinceramente con Juan) sino más bien de un conformista, un tipo que se adapta feliz al sistema sobreviviendo sin remordimientos.
La primera escena –Juan mirando Valdivia desde el ventanal de un mall- explica por sí sola las tres variables en que se balancea la película. La inconformidad sobre uno mismo, que parte con la insatisfacción de Juan sobre cuál es ahora su lugar en el mundo; la mirada parcial, fragmentaria y aparente que tenemos de la realidad, filtrada por distintos "soportes": la ceguera, la ventanilla de un auto en movimiento, los binoculares, los monitores de las cámaras del mall (donde Rafael "ve" a Rita cometer robos), y el choque entre modernidad y provincia, posiblemente la mayor de las ilusiones ópticas, donde las señales de crecimiento o desarrollo de una ciudad se reflejan a través del consumo (con el mall como icono) o la importancia de la apariencia (con la cirugía como perverso instrumento moderno de mutación).
Toda una serie de paralelos, supuestos y contradicciones en que un funcionario como David trabaja incansablemente en un empleo que no lo hace feliz ni lo valora (del que se le "desplaza" en vez de despedirlo –una muestra de cómo el lenguaje también funciona como una ilusión óptica-), una mujer adinerada como Rita roba sin motivo ni necesidad o un ex ciego como Juan debe cerrar los ojos para ver mejor (como en la escena de la grabación del spot). Con ironía, en Ilusiones ópticas la forma de superar la amargura de vivir es aceptando lo que se es, aunque sea en un acto de desesperación (David se circuncida más como un gesto urgente de consuelo que de fe) o de amor: para ver, hay que querer ver también, como en la tierna escena final.
Si bien la película tiene una potente carga visual, con una seca fotografía de Inti Briones –de colores precisos pero opacados- y una particular dedicación a trabajar la profundidad de campo a lo Jacques Tati, ocupando hasta los límites del encuadre como el mismo Jiménez ha reconocido, es interesante como esos elementos no están disociados y se integran conceptualmente a las escenas. Ver, por ejemplo, en un segundo o tercer plano a algunos funcionarios de Vida Sur con sus caras vendadas –por haber aceptado la cirugía estética que les "obsequiaron" (que en realidad es sólo un descuento, otra ilusión óptica verbal)-, aparte de llenar de gozosos chispazos de humor, es ilustrativo en términos narrativos sobre lo que no hemos visto. En ese sentido, el montaje de la película es sólido, manejando varias líneas argumentales y sus elipsis sin que se pierda la hebra de ninguna ni haya desequilibrios ni lagunas lo que siempre es complejo en una cinta coral.
Por construcción y porfía a un estilo, Ilusiones ópticas está dentro de las películas chilenas más aplicadas de los últimos años. El mayor riesgo, por tanto, estaba en que esa aplicación terminara quitándole oxígeno, que su precisa factura condicionara la historia, que la caligrafía fuera más importante que el contenido, o que ese preciosismo fuera tan premeditado que no pudiese ocultar "la mano del hombre", como de hecho ocurre cuando Juan está acostado con su esposa albina (Rosa Calderón) y el elaborado diseño del plano (donde cada mechón de cabello de la mujer está dispuesto organizadamente sobre la almohada) se "come" al plano.
Sin embargo, Jiménez tuvo varias virtudes complementarias más que impidieron que esa plástica pudiese pecar de snob: un magnífico casting, una estupenda dirección de actores (basta comparar la notable y silenciosa actuación de Valentina Vargas en Ilusiones ópticas con su participación en All inclusive, o a un Gregory Cohen a sus anchas, un actor cuya presencia y talento ha sido subexplotada) y el sur. Esa brisa austral que respira toda la película, que tiñe de gris la fotografía, que templa los diálogos y por consecuencia el humor, más cerca de las sonrisas que de las carcajadas, y ralentiza toda esa urbanidad hipócrita y deshumanizante de las grandes metrópolis.
Palabras para Amalia
FRANCISCO MOUAT
Cómo decirte, Amalia, una palabra de aliento cuando la necesites; cómo tenderte un vaso de agua cuando tengas sed, y abrazarte cuando te sientas sola. Cómo ayudarte a ir nombrando el mundo palabra a palabra. Cómo hago, querida mía, yo, que apenas vengo conociéndote, para ser parte de tu vida ahora que tu madre me elige tu padrino.
Es bueno que lo sepas de inmediato, de mi boca, cuando aún no cumples ni un año de vida: difícilmente podré mostrarte el camino de la fe, al menos como la entienden las iglesias, sino más bien uno lleno de dudas, grietas y preguntas que, sin embargo, fortalecen la aventura de estar vivos. A tu mamá no le importa que no te llene de cruces ni santitos. Se lo agradezco. Ella me ha encomendado una tarea enorme y difícil, pero tal vez la más noble a la que me hayan convocado después de ser padre: acompañar tu vida, poner una mano sobre tu cabeza y quererte, quererte mucho, quererte tanto que sea una fiesta contestarte cuando me llames, sacarte a pasear a una plaza en días de sol, curarte las heridas, llevarte al viento en bicicleta y leerte un día un cuento que te haga dormir en mis brazos.
Te confieso que he sido un padrino ausente, de un ahijado bueno como el pan que merece mucho más y al que conozco poco, mucho menos de lo que quisiera y debiera, tal vez por no entender desde el comienzo qué significaba serlo. No quiero que esto me vuelva a pasar. Pero no puedo estar seguro. Me gustaría siempre poder contenerte, especialmente en aquellos días en que nada brille a tu alrededor.
Prométeme, Amalia, que sabrás hacerme reír, de la misma manera como ahora yo lo hago contigo, maravillosa criatura recién nacida. Te esperan días y noches impredecibles, ojalá colores vivos en tu mirada y buena gente en el camino. Hay unos versos de Rilke que me gustaría heredarte en el tiempo: "¿Quién te dice que todo desaparece?/ Del pájaro que hieres,/ ¿quién sabe si no queda el vuelo?/ Y tal vez las flores de las caricias/ nos sobrevivan y también a su tierra".
No haré ningún esfuerzo especial por imponerte gustos y aficiones, pero difícilmente podrás impedir que en tu dormitorio haya una estantería con libros, y algún muro con fotografías desplegadas en blanco y negro. Un día las apreciarás, un día aprenderás a leer, un día querrás, estoy seguro, que te lleve de viaje al mar o a la montaña, a ver las aguas correntosas de un río, y sentarnos sobre piedras y escuchar el incomparable sonido de la naturaleza salvaje.
No necesitamos dinero, Amalia, para emprender el viaje, del mismo modo como recordarnos será una manera de estar el uno en el otro. Quiero que en nuestras vidas los sentidos hagan su trabajo: que así como un día recuperé el aroma de las salas de cine de mi infancia, a donde iba acompañado de mi madrina, tú también puedas olfatear mi piel en la distancia. Quiero que a tu piel no le falte emoción. No te ofrezco bienes, porque no los tengo. Prefiero obsequiarte palabras, fotografías, gestos y escenas que atesores en esa memoria privilegiada que hoy recién comienza a ocuparse.
Ojalá no pierdas la capacidad de asombrarte, Amalia; ojalá descubras por ti misma nuevos placeres mundanos, ejercites la curiosidad y cultives la amistad. Mientras tenga energía y salud, formarás parte de mi paisaje vital, y habrá un día en que veremos juntos algún amanecer. ¿Me dejarás despertarte esa madrugada con los primeros cantos de los pájaros, para entre sueños saludar el milagro de un nuevo día de vida?
En un pasaje de su Diario íntimo, Gabriela Mistral recuerda a su madre, "con su mínimo cuerpo, reidora y feliz", allegándole una jarra de agua cuando ella volvía de trotar en los cerros del valle de Elqui: "Es el gesto más límpido que guardo y que viene a mí sin ser llamado". Un día, Amalia, espero, encontrarás en el recuerdo, sin buscarlo, sin que lo llames, gratuito, un episodio de cariño y amor que nos reúna. Quiero que sepas que en ese momento, donde sea que me encuentre, compartiré contigo la felicidad de este gran regalo que me ha hecho tu madre: ser tu padrino, hoy, mañana, hasta el último de los días.
mouatfrancisco@gmail.com
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La felicidad trae suerte
La película nos recuerda que el último fin de la pedagogía es el aprendizaje del dolor: descubrir que el mundo es más duro que gentil.
Ascanio Cavallo
En el cine de Mike Leigh, la gente entra en la pantalla como si fuese pasando frente a una ventana. Son personas vivas, y su aspecto es una delicada síntesis de su identidad, pero en los primeros minutos no se sabe bien hacia dónde van, qué buscan, cuál es la profundidad de su relación con el mundo. Poppy (Sally Hawkins), por ejemplo, emerge en la secuencia de créditos pedaleando alegremente en bicicleta, feliz consigo misma y con el mundo, saludando, sonriendo y haciendo muecas.
Poco a poco nos vamos enterando de que tiene 30 años, comparte un piso con su amiga Zoe (Alexis Segerman) y vive haciendo bromas, algo que no cae bien a todo el mundo y que es una excentricidad dentro del barrio de clase trabajadora de Camden, en el norte de Londres.
Luego sabemos que es profesora primaria: y aquí descubrimos que no es excéntrica, sino una maestra dedicada, que atiende con detalle a su pequeña tribu multicultural. Desde ese punto y en forma sorpresiva, La felicidad trae suerte, se despliega como una película sobre la pedagogía, aunque en un sentido más amplio del que tiene, por ejemplo, en Entre los muros.
Es, claro, la pedagogía afectiva de Poppy. Pero es también la pedagogía fascista del instructor de conductores Scott (Eddie Marsan), la pedagogía dramática de la profesora de flamenco (Karina Fernández), la pedagogía social del asistente Tim (Samuel Roukin), un repertorio de modelos que nos recuerdan que, despejada la hojarasca, el último fin de la pedagogía es -para usar un bello título de Carlo Emilio Gadda- el aprendizaje del dolor, o el descubrimiento de que el mundo es más áspero que suave, más duro que gentil.
En la secuencia más hermosa, nocturna y enigmática de la película, Poppy se acerca a un vagabundo que repite un estribillo y unas sílabas sueltas, un hombre que podría ser peligroso, pero que también es el reflejo de una soledad sin fondo, una conciencia estragada por el desafecto, la locura y quizás el Alzheimer. Poppy no sabe cómo ser buena con este despojo humano, pero los encuadres de Mike Leigh sugieren que él sí la entiende a ella.
Este momento epifánico está en el centro del relato, e identifica sintéticamente la pedagogía de Poppy con el deseo de hacer el bien, que a su turno explica su alegría continua, sus bromas y su optimismo. La ingenuidad de Poppy emerge entonces como una estrategia lúcida y profunda para reponer a su alrededor la idea casi olvidada de felicidad.
La felicidad trae suerte confirma qué gran cineasta es Mike Leigh, sentimental, realista, fiel a la clase trabajadora. Sus mejores películas (Secretos y mentiras, Vera Drake, A todo o nada) tratan sobre gente que intenta hacer el bien en un mundo donde ese propósito carece de prestigio intelectual y político. Y es por eso mismo, como un desafío al nihilismo, como un acto de resistencia contra el abandono, que la cámara alerta de Leigh las captura, igual que a Poppy, mientras van pasando frente a la ventana.
Happy-go-lucky
Y las mejores de la década son… Cristián Ramírez
A sabiendas que cualquier lista de “lo mejor” parte derrotada por su propia ambición, la tentación por compilar los momentos más destacados del último decenio era demasiado grande como para pasarla por alto. Tanto por la calidad del material y todas las transformaciones del período como por nuestro propio cambio como espectadores. Porque vaya que hemos cambiado.
He pasado estos últimos días haciendo algo que había abandonado hace años. Listas. Listas. Listas. Se supone que son el placer del cinéfilo, pero también pueden ser una tortura. Por lo que uno incluye, por lo que deja fuera o lo que se olvida. Imposible dar en el gusto a todos si uno no puede ponerse de acuerdo ni consigo mismo; pero aún así, vale la pena mirar hacia atrás, aunque sea sólo para comprobar cuánto de lo que se vio y se admiró todavía goza de buena salud.
¿Hay 100 películas que se puedan rescatar de esta primera década del siglo? Las hay. Y tal vez haya lugar para doscientas. Mal que mal, la porción que se estrena en las salas o de lo que se compra/arrienda, ya es sólo otra parte más del total: hoy, más que nunca en la historia las películas parecen estar por todas partes, listas para que las veamos. Si el problema antes era rastrearlas y conseguirlas antes que salieran de los cines o de los festivales que las exhibían, el desafío ahora es disponer del tiempo suficiente para mirar lo que se pueda. En salas, en la tele, en computador, en mp4… En apenas diez años la forma en que nos relacionamos con el cine cambió profundamente y apenas nos dimos cuenta, porque -con toda seguridad- estábamos cambiando junto a él. ¿Cuánto? Es cosa de ver:
- El envase. ¿Se acuerdan de su colección de VHS? ¿En qué parte de la casa la tienen botada? ¿Cuándo fue la última vez que vieron uno? No deja de ser extraño haber partido la década haciendo espacio en la casa para los videocasetes y terminarla ordenando nuestras películas en un disco duro externo.
- Un blockbuster no es una película. Es decir se parecen, pero no son iguales. La manera en que hoy se coordina el lanzamiento de megaestrenos como Luna nueva está más cerca del lanzamiento de un software o un videojuego, que de un artefacto narrativo. Los problemas que enfrenta hoy James Cameron -que en estos momentos trabaja contrarreloj terminando Avatar- son tanto gerenciales como ingenieriles. ¿Qué fue del artista que desafió a medio mundo filmando Titanic? Bueno, murió con la década pasada. El Cameron de hoy es una mezcla entre CEO, científico y director de cine, una bestia de tres cabezas que hasta a él mismo le cuesta coordinar.
- El señor Documental. Da lo mismo si le creen a esta lista o a cualquier otra: cualquier revisión de la década tiene sí o sí que dar cuenta del advenimiento del documental -más bien, del registro de no ficción- como el nuevo formato rey en un mundo donde las cámaras se asoman por todas partes. Filmes documentales como Los recolectores y la recoletora, En construcción, El cielo gira, Los Angeles plays itself, Of time and the city o Aquí se construye, aportaron un nivel de comprensión de nuestro entorno y la forma en que vamos asimilando los cambios de la modernidad con una intensidad que sólo se había alcanzado antes a través de la literatura y las ciencias sociales. Y mejor aún: sin perder en ningún momento la capacidad de identificar, entretener y emocionar. ¿El futuro? Como dicen los expertos en realities: “nuestro consumo de hechos reales y vidas privadas está siempre en aumento”. Y seguirá subiendo.
- Chile, tardío despertar. Por más que los críticos del financiamiento estatal y de las pequeñeces de nuestra industria sigan teniendo material para quejarse, las cuentas son positivas: es impresionante ver cómo la calidad de nuestra producción ha ido aumentando a medida que nos acercamos al bicentenario (ver recuadro). El grave problema es que con la misma velocidad ha ido disminuyendo la recaudación de las películas chilenas. ¿Acaso estamos haciendo un cine para élites? Vale la pena preguntárselo, porque todo indica que en la próxima década nuestras cintas ganarán más y más premios internacionales. Los años que vienen serán claves.
- Lo bueno. La aparición en escena de Corea del Sur, cuna del mejor cine narrativo de estos días. El regreso del “mejor” Eastwood. La película reducida a archivo de 700MB. Lynch transmutado en pintor de imágenes. La apertura a nuevos cines, vía el DVD. El adiós de Bergman. La revitalización del cine italiano.
- Lo malo. El lento eclipse del cine taiwanés (la gran sorpresa de los 90). La inevitable guerra de los formatos digitales. El bajón mexicano (tras un gran comienzo). Disney marca el paso (hasta que es rescatada por Pixar). El 3-D usado para cualquier cosa. La lentitud de nuestra cartelera (como verán, los mejores filmes de estrenados en Chile el 2009 son, en realidad, de 2008).
- ¿Jubilados? Lo siento, pero les advierto que en esta lista no figuran Scorsese, Coppola, Allen, Kusturica, Burton ni Almodóvar. En lo que a la década respecta podrían haberse acogido a retiro y no se habría sentido la diferencia. Scorsese está transformado en gran agente de relaciones públicas para su obra. Kusturica usó estos años para vivir sus sueños de músico de rock, Tim Burton administra con criterio de curador de arte el legado que gestó en los 90 -exhibición en el MoMa incluida-, Woody se fue de tour por Europa y Coppola se reinventó como un humilde aprendiz del cine digital (ojo, que algo bueno podría salir de ahí). Lo más doloroso corre por cuenta de Almodóvar, cuyos momentos más brillantes están contenidos, mejor dicho arrinconados, en películas donde ya no tiene puesto ni la cabeza ni el corazón sino sólo su marca registrada (como si en vez de director cine, se hubiera convertido en perfumero). Es duro admitirlo, pero de ellos seguimos esperando con magullada fe obras de madurez que no llegan. Apúrense, por favor.
- Las películas pasarán de moda. Del cúmulo de impresiones que arroja la década, tal vez ésta sea la más extraña e inquietante de todas. Los formatos y la tecnología han cambiado hasta volverse irreconocibles, pero en el intertanto la industria ha seguido empeñada en producir películas de la misma manera (y mayor costo) en circunstancias que muchos ya poseen los medios para contar historias -y muchas otras cosas- desde sus propias casas. No es una idea nueva: a principios de los años ochenta, Francis Coppola soñaba despierto con la posibilidad de hacer cine como quien hacía un libro, en soledad, con mínimos recursos. Y ese sueño hace rato es realidad: en 2003, Wang Bing -un joven periodista chino- estrenó Al oeste de los rieles, un impresionante relato acerca de la muerte de una ciudad del circuito industrial de Shenyang, proceso que dejó en la miseria a miles de personas. Wang había ido con mochila y cámara de video casero a grabar un registro personal, pero emergió con un documento desgarrador.
De modo que sí, la fantasía de Coppola ya es posible, pero no estoy seguro que en el futuro -en la década que viene y más allá- esos artefactos visuales, esta suerte de “micro cine”, de “cine a lápiz”, siga el mismo camino que las películas, en especial las de gran formato. Estas seguirán existiendo, pero eventualmente tendrán que dejarle espacio a su primo hermano, que será tan vital y tan intenso como ellas.
Y ahora, las listas de rigor… (en los siguientes días iremos dedicando un artículo a cada lista, pero por ahora todas van juntas)
¿Qué películas escogerían ustedes para representar a la década? ¿Las que expresan continuidad, las que rompen con todo, las que desde ya forman parte del futuro? Un poco de todo eso -y también de ambición, coraje, grandilocuencia, curiosidad, buena y mala fe- hay en lo que sigue. Aunque se trata de una elección arbitraria y personal, cada uno de los títulos mencionados amerita búsqueda y revisión, independiente de que su propia memoria cinematográfica esté en desacuerdo con la mía. Al final esa es la idea: que hagan su propia lista, una que incluya todo lo que se le escapó a ésta (decenas de títulos) y que -por cierto- la mejore.
(Notas: Ninguna película está ordenada por jerarquía. Las del cuadro de honor van por año. El resto, por orden alfabético. 2009 está incompleto y subrepresentado porque nuestra escuálida cartelera no deja de conspirar en nuestra contra.)
El cuadro de honor
- Yi yi, Edward Yang (Taiwán, 2000). Mitad saga, mitad íntima reflexión, se trata de la palabra final en torno al espacio vital y la dinámica familiar del cambio de siglo. Si alguien quisiera examinarnos a partir de nuestros afectos debería partir por esta obra maestra absoluta.
- Los recolectores y la recolectora, Agnes Varda (Francia, 2000). Considerar que Varda es sólo una veterana de la Nueva Ola Francesa sería insultarla. Su documental sobre cómo el reciclaje está incorporado en lo profundo de nuestra especie más que una película es una lección de vida y modernidad.
- En construcción, José Luis Guerín (España, 2001). La demolición y reedificación de un barrio de Madrid, de pie a una reflexión sobre el incesante cambio a que está sujeto el viejo mundo. Aunque inexplicablemente perdió en el Festival de San Sebastián frente a nuestra Taxi para tres, su posteridad está más que asegurada.
- 10, Abbas Kiarostami (Irán, 2002). Diez secuencias. Sólo primeros planos. Cámara fija. Un cine reducido a su mínima expresión da cuenta del disminuido estatus de la mujer en la vida diaria del Islam (y de más allá). La culminación del perfecto y económico arte de uno de los directores más grandes de todos los tiempos.
- La niña santa, Lucrecia Martel (Argentina, 2004). El filme de tribu por excelencia: sea a nivel de grupo colegial, de amigas, de colegas, de pueblo provinciano o nación de tercer mundo, la mirada de Martel sobre lo que en apariencia es un simple drama adolescente, es implacable.
- Los amantes regulares, Philippe Garrel (Francia, 2005). ¿Cómo filmar mayo del 68 sin parecer un viejo gagá (a lo Bertolucci) y sin caer en las simplificaciones de la ficción? Al imaginarlo a la manera de los poetas malditos, Garrel se deshace de todo ridículo y rescata impagables dosis de verdad.
- Imperio, David Lynch (Estados Unidos, 2006). ¿Se trata en realidad de una película? A juzgar por su poder de combinatoria, por su tamaño y ambición, Inland empire más bien parece un enorme cuadro, una suerte de supremo collage que resiste con todas sus fuerzas estar colgado en un museo.
- Zodiac, David Fincher (Estados Unidos, 2007). La historia más vieja del libro -”descubrir al asesino”- se convierte en una meditación sobre las trampas de la memoria, el transcurso del tiempo y la derrota inevitable.
- Petróleo sangriento, Paul Thomas Anderson (Estados Unidos, 2007). El capitalismo como pulsión animal. La historia como máquina. El cine como liturgia. Scorsese habría matado por hacer un filme como éste, pero el joven Anderson le ganó en su propio territorio.
- Synecdoche NY, Charlie Kaufman (Estados Unidos, 2008). Parábola desesperada acerca de un artista que llega hasta las últimas consecuencias para escenificar su vida, su ciudad y su mundo, es también el punto de convergencia de las mejores y más claustrofóbicas tendencias del cine americano. Atención, que es uno de los próximos estrenos del Festival de Cine Wikén.
El resto:
2000
- El círculo (Jafar Panahi, Irán)
- Con ánimo de amar (Wong Kar-wai, Hong-Kong)
- No quarto da Vanda (Pedro Costa, Portugal)
- Platforma (Jia Zhang-Ke, China)
- Código desconocido (Michael Haneke, Francia)
2001
- Donnie Darko (Richard Kelly, USA)
- El espinazo del diablo (Guillermo del Toro, México)
- El viaje de Chihiro (Hayao Miyazaki, Japón)
- Gosford Park (Robert Altman, USA)
- Inteligencia artificial Steven Spielberg, USA)
- Kairo (Kiyoshi Kurosawa, Japón)
- La comunidad del anillo (Peter Jackson, USA)
- La habitación del hijo (Nanni Moretti, Italia)
- Mulholland Dr. (David Lynch, USA)
- Y tu mama también (Alfonso Cuarón, México)
2002
- Adaptation (Spike Jonze, USA)
- Blissfully yours (Apitchapong Weerasetakul, Tailandia)
- Bajo mi piel (Marina de Van, Francia)
- El arca rusa (Aleksandr Sokurov, Rusia)
- El hijo (Jean Pierre y Luc Dardenne, Bélgica)
- El pianista (Roman Polanski, USA-Francia)
- Identidad desconocida (Doug Liman, USA)
- Infernal affairs (A. Lau y A. Mak, Hong Kong)
- Turning gate (Hong Sang-soo, Corea del Sur)
- Uzak (Nuri Bilge Ceylan, Turquía)
2003
- Al oeste de los rieles (Wang Bing, China)
- All the real girls (David Gordon Green, USA)
- Bright leaves (Ross McElwee, USA)
- Café Lumiere (Hou Hsiao-hsien, Taiwán)
- Capturing the Friedmans (Andrew Jarecki, USA)
- Coffee and cigarettes (Jim Jarmusch, USA)
- Elephant, (Gus Van Sant, USA)
- Los Angeles plays itself (Thom Andersen, USA)
- Memories of murder (Bong Joon-ho, Corea del Sur)
- Old boy (Park Chan-wook, Corea del sur)
- Río místico (Clint Eastwood, USA)
- Saraband (Ingmar Berman, Suecia)
- Triple agente (Eric Rohmer, Francia)
2004
- Código 46 (Michael Winterbottom, Inglaterra)
- Collateral (Michael Mann, USA)
- El cielo gira (Mercedes Álvarez, España)
- Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (Michel Gondry, USA)
- L’intrus (Claire Denis, Francia)
- Metallica: Some kind of monster (J. Berlinger y B. Sinofsky, USA)
- Nadie sabe (Hirokazu Kore-eda, Japón)
- Nuestra música (Jean-Luc Godard, Francia)
- Whisky (J.P. Rebella y J. Stoll, Uruguay)
2005
- Crossing the bridge (Fatih Akin, Alemania)
- El gran silencio (Philip Gröning, Alemania)
- El nuevo mundo (Terrence Malick, USA)
- La nube errante (Tsai Ming-liang, Taiwán)
- Lords of Dogtown (Catherine Hardwicke, USA)
- Los tres entierros de Melquíades Estrada (Tommy Lee Jones, USA)
- Waking life (Richard Linklater, USA)
2006
- El tiempo (Kim Ki-duk, Corea del Sur)
- La conquista del honor (Clint Eastwood, USA)
- La muerte del señor Lazarescu (Cristi Puiu, Rumania)
- Old joy (Kelly Reichardt, USA)
- The fog of war (Errol Morris, USA)
- Una historia de violencia (David Cronenberg, Canadá)
- When the levees broke (Spike Lee, USA)
2007
- Beowulf (Robert Zemeckis, USA)
- Death proof (Quentin Tarantino, USA)
- En la ciudad de Sylvia (José Luis Guerín, España)
- Hacia rutas salvajes (Sean Penn, USA)
- Las horas de verano (Olivier Assayas, Francia)
- Marie Antoinette (Sofia Coppola, USA)
- Michael Clayton (Tony Gilroy, USA)
- Ratatouille (Brad Bird, USA)
2008
- Che (Steven Soderbergh, USA)
- Encuentros en el fin del mundo (Werner Herzog, USA)
- Entre los muros (Laurent Cantet, Francia)
- Gomorra (Mateo Garrone, Italia)
- La felicidad trae suerte (Mike Leigh, Inglaterra)
- Of time and the city (Terence Davies, Inglaterra)
- Vals con Bashir (Ari Folman, Israel)
- WallE (Andrew Stanton, USA)
2009 (hasta ahora)
- A serious man (Joel y Ethan Coen, USA)
- The hurt locker (Kathryn Bigelow, USA)
- UP (P. Docter y B.Peterson, USA)
Chile
- Aquí se construye (Ignacio Agüero, 2000)
- Cofralandes, rapsodia chilena (Raúl Ruiz, 2002)
- Días de campo (Raúl Ruiz, 2004)
- El cielo, la tierra y la lluvia (J.L. Torres Leiva, 2008)
- La fiebre del loco (Andrés Wood, 2001)
- La nana (Sebastián Silva, 2009)
- La mamá de mi abuela le contó a mi abuela (Ignacio Agüero, 2005)
- Huacho (Alejandro Fernández, 2009)
- Tony Manero (Pablo Larraín, 2008)
- Turistas (Alicia Scherson, 2009)
Cristián Warnken
Jueves 26 de Noviembre de 2009
Sé tú quien eres
Me entero por azar de que alguien, usando mi nombre, “twittea” mensajes —supuestamente míos— en internet. Creo que hasta he opinado —en realidad lo ha hecho mi falso otro yo— sobre el conflicto con Perú, la baja del dólar y qué sé yo… El Twitter parece ser el paraíso de los opinólogos, y ahora lo es de los usurpadores de identidad. Hasta hace poco no sabía lo que era “twittear” y el verbo me ha parecido siempre una de esas siutiquerías en spanglish que abundan hoy entre los “hiperconectados”, los esclavos de Blackberry, los adictos de Facebook y otras yerbas.
Dos fenómenos aparentemente opuestos coexisten hoy en la red: un narcisismo exhibicionista desatado, por un lado, y un travestismo de identidades, por otro. En realidad, intuyo que son dos caras de una misma moneda.
Pero ése es tema para otra columna. Por ahora me centraré en esa subespecie de los travestis virtuales: los que usurpan una identidad o se refugian bajo un nombre falso, y practican el deporte de atacar y enlodar a otros impunemente. Son tiempos de cobardía, de no dar la cara, de espadachines de debates virtuales que, en la realidad, serían incapaces de discutir frente a frente con otro.
Nuestros tatarabuelos resolvían sus diferencias en duelos cuerpo a cuerpo. Hoy, muchos se dan “tunazos” en encendidos blogs, pero jamás se atreverían a pegar o recibir un buen combo, como en los viejos tiempos. Hay algo psicopático y esquizofrénico en todo esto. Alumnos —escudados en el anonimato o bajo falsas identidades— linchan públicamente a un profesor o a un compañero. Esto no es el “ágora” virtual, como algunos eufóricos del cibermundo han querido sugerir. Por favor, no ofendamos a los griegos, que sí supieron dialogar, con altura y estilo, al aire libre, en los jardines de la academia. Esto es la orgía de ociosos que se lo pasan pegados al computador, falsos héroes de guerras de mentira. Es la gran escuela de la cobardía, de la falta de virilidad.
De estas prácticas se están alimentando las nuevas generaciones: en no dar la cara, en no arriesgarse al intercambio directo, con voz, cuerpo, presencia, réplica y contrarréplica mirándose a los ojos. ¿Qué engendros saldrán de esta sopa de tecnología y cobardía? Bienvenidos al gran Carnaval 2.0, donde bajo máscaras de todo tipo muchos anónimos se sienten controlando el mundo con un zapping y un mouse, como en el circo romano.
Estamos ante un nuevo tipo de terrorismo virtual diseminado, una red de pequeños Bin Laden dispuestos a disparar a quemarropa, sin dios ni ley. Pero sin riesgo personal alguno. No estoy diciendo que internet y todos sus derivados sean malos ni buenos en sí mismos. El tema es quién los usa. No son lo mismo Oscar Wilde o la Madre Teresa de Calcuta opinando, que cualquier ocioso e incontinente verbal manejando estos nuevos medios de comunicación. Ése es el problema de fondo: hemos llegado al máximo desarrollo y disponibilidad de tecnología, pero sin un desarrollo espiritual y cultural acordes. Hoy tenemos circulando libremente a una legión de monos con navaja. Y las navajas son Facebook, Twitter y los blogs —estos últimos, extraordinarios medios de comunicación: he aprendido mucho de nuestros lectores leyendo sus opiniones.
En los blogs a veces asistimos a conversaciones enriquecedoras y estimulantes (un verdadero caleidoscopio de puntos de vista), pero que terminan siendo arruinadas por resentidos de todo tipo, psicópatas, hackers y toda una fauna más bizarra que la corte de los milagros. El imperativo “Sé quien eres” fue formulado por Píndaro, el gran poeta griego, hace más de dos mil años. ¿No nos estaremos volviendo adictos a hablar desde las sombras, donde no llega la luz, como niños mentirosos y sin voluntad de ser lo que somos de verdad? Leo que los “twitteros” están eligiendo en estos días al “rey” o “reina” del Twitter. Lo único que faltaría es que mi usurpador me presente de candidato.
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