Monday, December 25, 2006

Como todos ya lo sabemos, la sexualidad femenina es más compleja y rica de que a veces los hombres creemos y esta nota de la nación repasa este misterio que tanto nos fascina y gusta.

Orgasmo: expertos detallan los pasos necesarios para llegar al clímax
Son pocos, pero intensos y placenteros segundos no siempre fáciles de obtener. Porque entra una serie de factores en juego, incluyendo variables sociales, anatómicas y sicológicos. Confianza y entrega son las clave para obtener un buen orgasmo. Pero ojo, la perfección puede ser exceso de ambición.
“Pequeña muerte llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace”. Las palabras de Eduardo Galeano distan mucho de la definición -bastante menos poética- que hace la Real Academia de la Lengua de un orgasmo: “Culminación del placer sexual” o la “exaltación de la vitalidad de un órgano”. Pero ni la prosa latinoamericana ni el diccionario de la RAE mencionan que dura unos pocos segundos, ni describe la serie de contracciones musculares involuntarias que se producen en la vagina. Menos aún, lo difícil que puede ser para una mujer llegar a obtenerlo. Tampoco hace mención de que, según estimaciones, cerca del 70 por ciento de las mujeres ha sufrido algún tipo de anorgasmia. Alcanzar un orgasmo “perfecto”, ya sea en intensidad, duración y satisfacción es a lo menos ambicioso, dice la sexóloga Elena Sepúlveda, académica de la Universidad de Santiago de Chile(Ussach), quien de plano descarta los manuales, reglas y recetarios para alcanzarlo. “Simplemente no se puede tener sexo con manual en mano”, dice. Las dificultades y el camino Los hombres son la primera dificultad para llegar al clímax, dice la experta, medio en broma, medio en serio. E inmediatamente explica: “Alcanzar un orgasmo no depende sólo de una causa. Es multifactorial. La mujer debe ser estimulada adecuadamente, porque cuando esto no es así, no se genera la respuesta orgásmica. También son importantes una serie de factores socioculturales a la hora de vincularse o no con el erotismo, como la culpa de sentir placer, por ejemplo ¡Las mujeres sufren todas las culpas del mundo!”, exclama. Agrega, además, que la sexualidad se construye de acuerdo a los aprendizajes de cada uno y de acuerdo a lo que se desea vivir con esa pareja y en ese minuto, porque no todos los encuentros con la mismas personas son iguales y provocan el mismo efecto. Aún así, hay una serie de condiciones que facilitan un buen orgasmo. Lo primordial es querer vivir la experiencia de vincularse con el placer, de ser lúdico y pasarlo bien. Para ello, se debe tener el estímulo sensorial adecuado, donde el tacto, olfato, gusto u oído juegan un gran papel. Si esto es así, el cuerpo se despierta, lleva el estímulo al cerebro y ahí recién se activa el sistema circulatorio: comienza el viaje sanguíneo. Pero en este juego también es relevante el cómo una mujer quiere vivir la intimidad, el afecto y la desnudez, que es más que un cuerpo sin ropa. “Es entregarse abiertamente al otro, y confiando en él. Y ahí comienza una fiesta de los sentidos, que es el intercambio lúdico, que se produce entre el habla, el gusto en los besos, y el olfato”, explica Sepúlveda. Y agrega que el desarrollo de la fantasía y la permanente estimulación son vitales, “además de una dualidad corporal, un ritmo entre ambos, que se logra cuando hay conocimiento del otro. Cuando te permites la libertad de dar y recibir en la intimidad desde lo que tú y yo sentimos”. Pero sin duda un actor nada de secundario es el clítoris, que requiere una especial atención, porque es simplemente fundamental. Con sólo la frotación del clítoris (dispositivo biológico creado por la naturaleza sólo para el placer), se puede lograr un orgasmo. (Esto quiere decir que se excita el clítoris de muchas maneras, porque se encuentran en él los cuerpos cavernosos (igual que en el pene) que se llenan de sangre con la excitación y el roce. Se trata de aquella región pequeña -que se toca como una pequeña fosita en el techo del conducto vaginal y en la entrada del mismo- conocida como "Punto G", que hace relieve cuando la mujer se encuentra excitada sexualmente.) Pero al revés, difícil. “Hay un montón de mujeres que están preocupadas porque sólo tiene orgasmos cuando no las penetran, y eso es súper común”, dice la sexóloga. Pero ojo, a pesar de la importancia del órgano, cuya principal función es otorgar placer, no se trata de sólo tocarlo. “Eso es algo que los hombres deben aprender: No es como tocar un timbre”, asevera Sepúlveda, quien hace hincapié en que no hay que perder de vista ninguno de los otros aspectos mencionados, parte de la compleja y amplia sexualidad femenina.