Una oración del Padre Hurtado
Señor, ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes.
Y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.
Si me das fuerza que no pierda la razón.
Si me das éxito o fortuna, que no pierda la humildad.
Si me das humildad, que no pierda la dignidad.
Ayúdame siempre a ver el otro lado de la medalla.
No me dejes descalificar a los demás por no pensar como yo.
Enséñame a querer a la gente como a mi mismo o mejor como la quieres tú, y a juzgarme como yo juzgo a los demás.
Si fracaso, como fracasaste tú, recuérdame que ese dolor es la experiencia que precede al triunfo.
Enséñame que perdonar es lo más grande del fuerte y que la venganza es la señal primitiva del débil.
Si pierdo la fortuna, déjame la esperanza.
Si yo faltra a la gente, dame valor para disculparme y pedir perdón.
Si la gnete faltara conmigo, dame valor para perdonar.
Señor, si me olvido de ti, no te olvides de mi.